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ABC MADRID 11-11-1993 página 3
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ABC MADRID 11-11-1993 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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EDITADO POR PRENSA ESPAÑOLA SOCIEDAD ANÓNIMA 11 NOVIEMBRE 1993 FUNDADO EN 1905 POR DON TORCUATO LUCA DE TENA URANTE bastante tiempo, ya desde el siglo pasado, de modo creciente en el nuestro, se ha pensado que la homogeneidad era uno de los peligros que nos acechaban. Se empezó a perder el color local los modos de vestir, las costumbres se iban uniformando; hasta el siglo XVIII se distinguían por su aspecto las clases sociales, incluso las profesiones; los países presentaban aspectos muy diferentes, y se tenía gran placer en comprobarlo, pero eso iba desapareciendo. Ya en el siglo XVIII se produjo una uniformidad en los estratos superiores que antes no existía. Basta pasar unas horas en un museo para comparar los retratos de personajes ilustres. Todavía en la época romántica- l o he dicho otras veces- las diversas profesiones correspondían a distintos tipos humanos, a una variedad de formas de vida. La multiplicación de las profesiones actuales ha ido acompañada de la semejanza humana entre los que las ejercen, de manera que no es fácil distinguirlos. Esa tendencia a la uniformidad, a la homogeneidad se está inviniendo en los últimos tiempos, tal vez en el espacio de dos o tres decenios. La imagen del crisol, el melting pot símbolo de los Estados Unidos, ha ido perdiendo la vigencia que tenía todavía hace cuarenta años; de modo creciente se afirman, se cultivan las diferencias de origen, costumbres, peculiaridades étnicas, lingüísticas, culturales. Cada grupo humano subraya lo que tiene de distinto de los demás, lo diferencial, con riesgo de olvidar o desdeñar los ingredientes comunes a otros, incluso a todos, es decir, los humanos. Como la uniformidad es muy poco deseable, a primera vista parece que la nueva tendencia es excelente y que la afirmación de la diversidad es un acierto, un enriquecimiento del mundo. Pero si se reflexiona sobre la forma en que esto acontece, empiezan las dudas. Sería de esperar que renaciese la complacencia en esa diversidad, que los hombres sintieran la alegría de no agotarse en un modelo único, de realizarse en una prodigiosa multiplicidad inagotable. No es así: las diferencias se afirman con un carácter exclusivo- -y de ser posible, excluyeme- con antipatía hacia las demás formas, que puede llegar a manifiesta hostilidad. No se quiere la variedad, sino más bien que no la haya fuera del grupo propio. Ya que no es así, se tiende a desconocerla, negarla, desdeñarla; si se dispone de medios, destruirla. Es la diferencia entre estar instalado en una condición- raza, nación, lengua, religión, sexo- con naturalidad, con los ojos abiertos a las demás peculiaridades, y estar enquistado o atrincherado en ella para mirar hostilmente las demás. Los ísmos son el indicio de la ABC DOMICILIO SOCIAL J. I. LUCA DE TENA, 7 28027- MADRID DL: M- 13- 58. PAGS. 136 D HOMOGENEIDAD Y DIFERENCIAS del ganado, no las cabezas p e n s a n t e s siempre diversas. Paradójicamente, la actitud que va predominando: racismo, naforma en que se presenta la diversidad cionalismo, feminismo, eso que se llama consiste en la fragmentación de la homogeahora, con palabra antes nunca usada en neidad. Se buscan, fomentan, cultivan vaEspaña, machismo fundamentalismo rias homogeneidades, una serie de uniforetcétera. midades, casi siempre separadas por la anCuando se repara en todo esto no patipatía o la enemistad. Dentro de cada una rece tan deseable la evitación de la homode ellas, se desatiende, acaso se persigue, geneidad. Porque si se hacen bien las la variedad humana, personal, la capacidad cuentas, se ve que lo diferencial es, entre de presentar matices distintos, de discrelos hombres, mucho menos y menos hondo par, de buscar diversos caminos de la vida, que lo propio de todos, de la condición huuna miltiplicidad de trayectorias. mana como tal; no digamos de las grandes Apenas se le consiente al hombre ser agrupaciones, resultado de la historia. La otra cosa que uno de tantos No un excesiva acentuación de lo distinto pone en miembro de la Humanidad, sino de un peligro lo esencial, amenaza con una desgrupo que aspira a prescindir de los dehumanización que puede llegar a la deshomás. Se podría definir esta actitud como minizaeión. particularismo gregario una pluralidad de Por otra parte, si seguimos pensando- y recintos aislados y homogéneos en su inteésta es la exigencia radical del pensarior. miento- caemos en la cuenta de que la ¿Es esto una reacción, en principio saluasombrosa diversidad de lo humano condable, frente al anterior peligro de uniformicierne a las personas. No hay dos iguales; dad? Podría serlo, si no fuera porque el las huellas digitales, que permiten la identiprincipio que la inspiraba rebrota con ficación, son el signo más externo de ello. mayor fuerza dentro de cada fracción. Creo Los rostros, no ya sus facciones, sino sobre todo su expresión, son distintos; se que lo que estoy exponiendo es la clave de la atroz situación de lo que se llamaba Yuestá llegando a que aparatos electrónicos goslavia; considéresela a la luz de estas respondan a las diversidades de la voz. ideas y se empezará a entender. Pero en Cuando se tiene experiencia real de una forma menos extremada es lo que está persona como tal, se ve hasta qué punto ocurriendo en la mayor parte del mundo. es única, nunca intercambiable, irreductible a ninguna otra, por próxima que sea. El La preterición de lo personal lleva al auniño que nace- o que iba a nacer- es una tomatismo, a la mecanización, la manipularealidad distinta a cualquier otra. ción, y casi necesariamente al fanatismo. Se atiende exclusivamente a qué es el Pues bien, esto es lo que está en trance otro hombre, a qué rebaño pertenece, y no de negarse, anularse, casi desaparecer. se pregunta quién es, cuál es su aspiraCuanto más se afirman y acentúan las difeción, su manera de entender la vida, sus rencias, más se esfuman las personales problemas, sus dificultades, sus tristezas o Los hombres de nuestra época tienden a alegrías. Parece una impertinencia intoleradefinirse por su pertenencia a un grupo -étnico, político, lingüístico, religioso, ecoble que pretenda ser alguien persona y nómico, de sexo, de edad, lo que s e a- no cosa, una modalidad, una palpitación dentro del cual parecen desdeñables las disingular e irrepetible de lo humano. ferencias individuales. Se organizan rebaPor eso es improbable amarlo; por eso ños con una marca común que los distinresulta inaceptable, una aspiración que gue y separa de otros rebaños, y dentro de solo merece escarnio, que espere seguir viellos se cuentan las cabezas en el sentido viendo después de la muerte, y sobre todo que sigan viviendo otras personas, igualmente únicas, a las que ha amado o ama. A la persona le ha pertenecido siempre un nombre propio. La tendencia a sustituirlo por un número- tan largo que no se pueda recordar, que haya que tenerlo escrito- es el símbolo, justificado con pretextos utilitarios, de la manera como se está entendiendo al hombre en estos últimos años. EDICIÓN INTERNACIONAL ¿Entendiendo? Más bien se trata de la decisión voluntaria de no entenderlo, de la Un medio publicitario único destrucción de lo único que es verdaderapara transmisión de mensajes mente inteligible: la vida personal. comerciales a ciento sesenta naciones Julián MARÍAS de la Real Academia Española

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