ABC MADRID 12-05-1993 página 76

767 A B C MADRID MIÉRCOLES 12- 5- 93 El guetto del Cerro de la Plat Minutos después de las ocho los sacaron a todos. Les dieron tiempo para recoger sus enseres antes de salir. El resultado fue de veintiocho detenidos: cuatro reclamados judicialmente y el resto emigrantes ilegales. Estos- decía un agente del Cuerpo Superior- a lo más mañana, todos en la calle Los responsables del desalojo habían llegado muy pronto, apenas amanecido, con una orden judicial y deceBolsas de papelinas, jeringuillas, cabezas de muñecas despedazadas, restos de comida... Al olor fétido de tanta inmundicia se vino ayer a sumar el polvo del derribo. Frente a la cantina de la que fuera usada como estación ferroviaria del Cerro de la Plata, María Luisa AldaAkakpo, guineana de padres españoles, negra, está sentada sobre una bolsa naranja inmensa. Mece a su hijo, un bebé de cuatro meses, que pese al ruido de caballos, coches y gente no se ha despertado. Todavía no las han tirado, si quiere verlas... Allí siguen las casas. Me mandan a un albergue. Claro que con mi hijo, porque de él no me separa nadie María Luisa lleva el pelo impregnado del mismo polvo que el aire, entrenzado. Ante la insistencia de los cámaras, salta por encima de la bolsa y dando un grito, escupiendo con una blasfemia, pide que la dejen en paz, que no salga en ningún sitio. A las diez y veinte, la pala excavadora de la contrata municipal ha empezado a derribar el techo de la nave más grande que se levantaba al otro lado de la calle de Pedro Bosch, bajo el puente elevado. Allí no estaban ya ni Emi, la toxicómana blanca embarazada; ni el gigante camello negro, ni la muchacha cara de ángel que se protituía por unas dosis en las camas de todos aquellos africanos. Sólo basura, despojos y heces, orines... En frente, Enrique Muñoz Romero, gitano rubiajo de dieciséis años, barre el escalón de su casa Aquí vivimos mi padres y mis siete hermanos, que están trabajando y en el El Ayuntamiento, a petición de Renfe, demolió las naves ocupadas por emigrantes africanos en terrenos de uso ferroviario, previa autorización del juez colé. Yo no voy al colegio porque me quedo a cuidar de la casa, para que no roben los africanos, que ya han sido por lo menos tres las veces que nos han quitado algo. Aquí todavía se puede vivir, señora, que si no adonde nos vamos Mientras Fernando Macías, jefe del Departamento de Edificación Deficiente, continúa dirigiendo las tareas de demolición, al otro lado de una verja una mujer renegrida, también medio rubiaja, nos da la voz de aviso. ¡Que nosotros nos quedamos, nosotros sí porque somos blancos y españoles, vamos, que salta a la vista. Ni tenemos droga ni queremos puñaladas, así que nos dejan. Claro que los negros también son personas humanas que necesitan un techo, pero es que no se puede venir a España de esos modos... Juliana Barrueco, a la que Renfe permite seguir viviendo en su chamizo del Cerro de la Plata junto a otras veinticuatro personas más, nos cuenta su historia, la de un desahucio de Monte Oliveti, de cómo luego no le dieron a su familia el piso prometido, y de que, la con- Arriba, a la derecha de la imagen, Juliana Barrueco, una de las habitantes del Cerro a las que Renfe permite residir en sus terrenos, junto a sus vecinos. Debajo, un momento de las tareas de demolición Por acción sustitutoria Madrid. Esther Sánchez En fechas recientes, Renfe solicitó al Ayuntamiento de Madrid que los trabajos de demolición de las naves del Cerro de la Plata fueran realizados por equipos municipales. En estos casos, el departamento correspondiente está jurídicamente capacitado para actuar en virtud de lo que se denomina acción sustitutoria Los técnicos municipales montan el dispositivo necesario, solicitan la maquinaria adecuada, ejecutan el trabajo y hacen una evaluación de costes. Todos los gastos corren a cargo de la propiedad del edificio, en este caso Renfe. Femando Macías, arquitecto jefe del departamento de Protección de la Edificación, explica que los servicios del Ayuntamiento han actuado en este caso a petición de Renfe y de acuerdo con el juez. La compañía ferroviaria no cuenta con los medios necesarios para este tipo de trabajos. Nosotros estamos a disposición de cualquier organismo estatal que lo solicite, y neustra única condición es que se asuma el pago de las actuaciones. A Renfe se le hizo saber que nuestros precios son más caros que los del mercado, por los medios que movilizamos, la inmediatez y la dedicación. En este sentido, aceptaron incluso sin evaluación previa, porque por encima del coste han valorado otros factores. Si en un día les dejamos las naves inutilizadas, el coste será menor que tener el despliegue de máquinas y personal montado varios días Para este tipo de trabajos, el Ayuntamiento tiene establecidos acuerdos con empresas constructoras que suministran la maquinaria y la mano de obra. Hasta el pasado mes de abril, la zona Este, donde se encuentra el Cerro de la Plata, estaba asignada a Fomento y Construcciones. A partir de esa fecha, en la que se amplió el número de las constructoras que colaboran con el Ayuntamiento, la empresa a la que corres- ponde la zona en cuestión es CGS. Para garantizar los resultados, avisamos a Fomento y Construcciones, que tiene la experiencia de muchos años, y aprovechamos la ocasión para que el personal de la nueva contrata aprenda sobre la marcha afirma Fernando Macías. El equipo desplazado por Gerencia de Urbanismo estaba formado por tres arquitectos y cinco aparejadores, uno de los cuales tuvo que sumarse a las operaciones cuando comprobó que era necesario actuar en dos naves aisladas del núcleo central. La empresa constructora movilizó una grúa pesada, tres palas retroexcavadoras para desmontar las cubiertas, y una normal para descargar material, y motosierras oxicortes. Entre los obreros había electricistas y fontaneros, que tuvieron que condenar trazados ilegales enganchados a ¡as redes públicas de suministro. En total, las personas encargadas de los trabajos superaban las cuarenta.