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ABC MADRID 31-03-1993 página 122
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ABC MADRID 31-03-1993 página 122

  • EdiciónABC, MADRID
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f ¿í Al Pacino (a la izquierda) por su trabajo en Esencia de mujer y Emma Thompson por Regreso a Howards End (a la derecha) fueron los ganadores de los Osear al mejor actor y a la mejor actriz respectivamente. La sala estalló en aplausos cuando se escuchó el nombre de Pacino, nominado en numerosas ocasiones anteriores para este premio cuatro estatuillas, ha sido la película que más ha destacado en esta pobre noche de los Osear 1992, colocándose como el tercer filme del Oeste que alcanza el premio grande de la Academia; antes la habían precedido en esta distinción Cimarrón en 1930- 31, y Bailando con lobos en el 90. Al subir Clint Eastwood el escenario- posiblemente corriéndole hielo por las venas- los grandes hitos del género, como John Ford, John Wayne, Howard Hawks y Henry Fonda, se habrán puesto a llorar, viendo ensalzado y glorificado este anti western que eso es, al fin y al cabo, Sin perdón O o 1 IN perdón con Sobró misericordia en la noche de Sin perdón siera en pie para saludar al viejísimo y simpático Bob Hope y que hiciera tres cuartos de lo mismo con Clint Eastwood y Pacino; pero me parece de muy mal gusto que al anunciar Gregory Peck la presencia de Sean Ferrer para recoger, a título postumo, el premio humanitario Jean Hersholt en memoria de su madre, Audrey Hepburn, nadie se moviera de su butaca, aunque posiblemente influyera en el respetable la gélida intervención del chico. Novecientas limusinas han invadido los alrededores del Pavillion para transportar a los famosos; vanidad de vanidades. Pero la atracción de estos sexagésimoquintos Osear estaba en el vestíbulo, antes y después del espectáculo, con el público buscando por todos los rincones al actor Jaye Davidson para comprobar cómo había decidido presentarse, si vestido de hombre o de mujer. Este secundario, seleccionado por su labor en Juego de lágrimas adoptó, antes de salir del hotel, la decisión de vestirse de ni fu ni fa una combinación con la que ha podido complacer a ellos y a ellas. Pero durante toda la representación, emulando a su compatriota La Pimpinela escarlata ha jugado con los asistentes, que se preguntaban ¿estará por aquí o estará por allá? Lo cierto es que durante las largas tres horas y treinta y cinco minutos que ha durado la celebración, Davidson no se ha movido de su butaca, ni para ir al servicio de señoras ni al de caballeros. La fórmula de montar este programa que ha podido ser visto por cerca de mil millones de personas se la sabe al dedillo la Academia. Se busca un presentador- ancla que lo pone en marcha; a su alrededor se montan cinco números musicales con las cinco canciones nominadas y las voces de primeras figuras de la canción; este año han actuado Plácido Domingo (ésta ha sido la tercera vez que el tenor participa en los Osear, la primera fue en el 82, después en el 84, pero nunca había cantado hasta ahora, cosechando los aplausos musicales más fuertes de la velada) Natalie Colé, Nell Cárter y Lea Salonga. Se agrega una actuación especial, esta vez a cargo de Liza Minelli, bailando y cantando, haciéndonos recordar a su inolvidable madre, Judy Garland. Después tienen asegurada la presencia de casi todos los nominados y captan la de los que ganaron en la edición anterior y, por si fuera poco, logran la de figuras de relleno tales como Jane Fonda, Elizabeth Taylor, Richard Gere, Barbra Streisand y otros participantes que hacen que los Osear sé coloquen a cien años luz de cualquier inauguración o clausura del festival europeo más pretencioso y no señalamos a ninguno. Es irónico decir que las dos mujeres mejor vestidas de la noche no eran estrellas de cine sino las modelos internacionales Cindy Crawford y Claudia Schiffer. Pero Geena Davis se presentó en el Chandler Pavillion luciendo provocativamente sus encantos delanteros. La intervención desde Nueva York de Anne Bancroft y Dustin Hoffman ha sido acertada y graciosa; evocando. El graduado Hoffman le preguntó: ¿Me intenta usted seducir? Ella le respondía: Ya lo hice una vez y recuerda lo que ocurrió. Esta vez Billy Cristal ha estirado demasiado sus intervenciones, lo ha hecho como si se tratara de una pastilla de chicle. Empezó mal, de salida: Esa desmitificación del Osear gigantesco por los suelos fue muy desafortunada. Entre los premios que horas antes se cantaban por las reuniones de Hollywood estaba claro el de Emma Thompson, la gran actriz inglesa made in Cambridge el de Phillipe Rousselot, operador de El río de la vida y el del actor Gene Hackman por el secundario de Sin perdón La primera sorpresa de la noche nos la dio Marisa Tomei, llevándose el secundario femenino por Mi primo Vinny frente a cuatro firmes actrices inglesas. Esta vez, para olvidar la buena lista de británicos que han MIÉRCOLES 31- 3- 93 Pero estos premios de la sesenta y cinco edición muy bien se podrían llamar los Osear de la Casa de la Misericordia, ya que sólo les ha faltado premiar a un perro- tipo Lassie -que por acompañar a un ciego coronel levantase también otra estatuilla. Al Pacino, gran actor con gran constancia- ocho nominaciones, dos de ellas en esta ocasión- ha conseguido al fin lo que nunca pudieron aquellos Richard Burton o Peter O Toole, que son dos de los cómicos que más nominaciones han acaparado sin encaramarse nunca en la noche de los Osear. Pero entre los asistentes ha brillado algo la indelicadeza. Encuentro muy acertado que la sala se pu 22 A B C

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