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ABC MADRID 15-01-1993 página 3
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ABC MADRID 15-01-1993 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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EDITADO POR PRENSA ESPAÑOLA SOCIEDAD ANÓNIMA 15 DE ENERO DE 1993 ABC DOMICILIO SOCIAL SERRANO, 61 28006- MADRID DL: M- 13- 58. PAGS. 192 FUNDADO EN 1905 POR DON TORCUATO LUCA DE TENA ENGO un armario lleno de p a p e l e s lo que parece inofensivo; sin embargo, lo miro de vez en cuando como una amenaza que se cierne sobre mí- y no sólo sobre mí, como se verá después- Tengo muchas veces tentación de quemar su contenido, pero me refrena la consideración de que puede hacerme falta en algún momento. No se sabe cuándo se va uno a morir, ni tampoco si antes se quedará imposibilitado para tomar decisiones razonables. La razón de esa alarma es la desapoderada avidez de inéditos que domina el mundo de lo que se llama- a veces me pregunto por qué- vida intelectual Son muchos a los que lo único que interesa son los llamados inéditos tras los cuales se precipitan con afán. Herederos, eruditos y, arrastrados por ellos, editores y críticos, se están convirtiendo en peligros muy serios para el porvenir de la literatura y el pensamiento. Las obras de muchos autores, muertos o vivos, están rodeadas de extraña indiferencia. No se leen demasiado, se habla poco de ellas, no se las reedita. De este modo se enrarece y estrecha el mundo realmente vivo de la cultura. Pero basta que algo no se haya publicado para que despierte insólito interés. Lo normal es que no se haya publicado porque no estaba destinado a ello, porque su autor no ha querido publicarlo, por no juzgar que valía la pena, más probablemente porque no le parecía publicable sino otra cosa, y muy probablemente le hubiera horrorizado su publicación. El escritor se llena de papeles que son sus papeles de trabajo; toma notas, hace esquemas, guarda guiones de conferencias o cursos; todo eso es para uso interno y lo utiliza para vivir, pensar, preparar sus obras, que no son nada de eso. Además, escribe cartas destinadas a alguien muy preciso, lo que se suele olvidar. Algunas de ellas pueden ser, al menos en la intención, cartas abiertas un género literario destinado a la lectura en común y la posible publicación; pero la mayoría son estrictamente privadas, dirigidas a una persona singular y a nadie más. Los intelectuales, sobre todo si son profesores, pueden dar conferencias o cursos enteros. Su destino es ser oídos y ejercer su influjo sobre los que los escuchan. En gran proporción son anticipos de un pensamiento no plenamente madurado y que quizá nunca llegue a ese estado; contienen innumerables repeticiones, por estar destinados a auditorios diferentes; muchas veces tienen carácter provisional, de tanteo c exploración de cuestiones que parecen interesantes. Por T LOS INÉDITOS COMO AMENAZA y que no se pueden acumular. Hay un problema de moral intelectual lo general tienen una estructura oral, que late en todas estas cuestiones. Se bien distinta de la que corresponde a los está enterrando literalmente a muchos escritos. Si se toman en su conjunto, autores en masas de escritos que no contienen innumerables repeticiones. fueron tales en su ánimo, sino materiales Los autores de estas exposiciones ora- privados, notas, cursos, reflejos de su les escriben artículos, ensayos o libros, vida o elementos útiles para seguir vique son sus obras En algunos casos viendo, pensando, escribiendo. -infrecuentes- un autor ha dejado esCreo que hay que respetar además la critos destinados a su publicación, y la intervención de la libertad, y también del muerte lo ha sorprendido antes de que azar, en la composición de las obras. No pudiera realizarla; en estos casos es lí- se escriben todos los libros que en algún cito que se publiquen, con las advertenmomento se desean o proyectan; se escias y precauciones necesarias. criben otros, que se imponen en cierto Otra cosa es una violación de los demomento de la vida. Algunos autores imrechos de los muertos, que no deberían primen en sus libros títulos de obras en prescribir. Si en el otro mundo se puede prensa o en preparación que nunca sentir indignación, imagínese la de muhan escrito. Son sus deseos, sus espechos autores ante sus herederos, alba- ranzas, sus expectativas; pero no son su ceas o eruditos. realidad. Intervienen en la vida humana La avidez- d e dinero o de prestigiomuchos delicados factores que compode herederos y eruditos está llevando, nen su tejido, y la producción literaria o además, a que se sepulten las obras, las artística, si es auténtica, es vida con verdaderas obras, de muchos autores en todos sus requisitos, sus azares, sus liuna masa de escritos que significaron en mitaciones, su dramatismo. sus vidas otra cosa muy distinta. En ocaJunto a los libros escritos hay que poner siones, las verdaderas obras quedan relos deseados, imaginados y nunca comducidas a una pequeña fracción de una puestos. Puede quedar de ellos constanmasa de impresos que las sepulta. cia, como complemento ideal de una vida Se está extendiendo a los contemporá- real. Podemos sentir el deseo de leer esos neos una serie de prácticas que pueden libros nunca escritos, como las Semanas tener alguna justificación cuando se trata del jardín que deseó escribir Cervantes; de autores de otras épocas. De ellos quedan restos publicaciones incom- pero no las escribió, que se sepa. Si se preguntara a los supuestamente pletas, en gran parte perdidas, de corrección problemática; el afán de completar ávidos lectores de los inéditos que se esas obras cotx materiales que sirvieron publican cada día por las obras publicapara componerlas y las aclaran, puede das que constituyen la obra de esos ser lícito. Por. lo general las figuras del autores, se encontraría con frecuencia pasado lejano quedan incompletas, y hay que no tienen la menor idea de ella, ni un deseo justificado de reconstruir su les importa. Con frecuencia, los editores no reimprimen libros agotados, con lo verdadera figura. cual quedan incompletas las obras de De épocas remotas quedan sólo restos insuficientes, como supervivencias del muc. hos autores, difíciles de conocer. en gran naufragio del tiempo; pero la situa- su conjunto; pero se apresuran a publición de la nuestra es estrictamente con- car lo que, los autores no destinaron a traria. Está afectada por eí exceso, por la ello, dé manera que en ocasiones no poconservación de todo, por los usos múlti- demos leer lo que ellos hubieran deples de materiales empleados con dife- seado, y leemos lo que les hubiera prorentes propósitos, en ocasiones distintas, ducido aversión o repulsión. Me gustaría saber qué proporción de inéditos son realmente leídos cuando se publican; y en qué medida contribuyen a la comprensión de sus autores. A veces superan extraordinariamente en volumen la obra real publicada por sus autores. Salvo en los casos de muerte prematura, esto es decididamente anormal. Y la consecuencia real es que los verdaderos libros de esos escritores queTodos los estilos en 18 tiendas espedan sepultados bajo una masa de papel cializadas exclusivamente en muebles impreso y nunca leído, que condena inEn la confluencia de Principe de Verjustamente al olvido lo que debería salyara con López de Hoyos varse de él y seguir viviendo. SI PIENSA EN MUEBLES... La Costa del pueble ABIERTO SÁBADOS MAÑANA Y TARDÉ Julián MARÍAS- de la Real Academia Española

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