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ABC MADRID 02-05-1992 página 90
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ABC MADRID 02-05-1992 página 90

  • EdiciónABC, MADRID
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90 A B C LA FIESTA NACIONAL Decimotercera corrida de la feria de Sevilla SÁBADO 2- 5- 92 Infinito dolor en la Maestranza El toro de Atanasio Fernández le cogió por su absoluta entrega en el segundo tercio Eran las siete de la tarde de esta corrida, marcada con el número 13, que traía mucha muerte en los pitones del toro Cabatisto de la ganadería de los herederos de don Atanasio Fernández, marcado con el número 27, con 528 kilogramos de peso. Había lanceado Manzanares con el capote entre ovaciones y también se había lucido en un quite. Montoliú, tras el cambio de tercio, tomó las bandeCuando inició la carrera, trayéndose la embestida con la hombrera, para girar y darle la cara a las guadañas de los pitones, estaba cantada la culminación de uno de los formidables pares del extraordinario banderillero valenciano. Salió apoyado en los palitroques, haciendo la reunión con autenticidad. En ese momento el toro le prendió. Montoliú se había recreado en la ejecución del difícil y hermoso tercio de banderillas. La cogida resultó escalofriante. La fiera le enganchó en el primer derrote. Le suspendió por el pecho, metiéndole el pitón hasta la cepa. Trágica pirueta la del extraordinario torero girando como un pelele en el asta criminal de Cabatisto Los servicios médicos de la Maestranza no pudieron hacer nada por el infortunado torero rillas con su habitual elegancia. El finísimo torero valenciano iba vestido de oro viejo y azabache. El toro Cabatisto se encontraba en terreno del 9 Montoliú, con paso firme y garboso, provocó la arrancada, dejándose ver, andándole a la fiera paso a paso, con torería. Lejos de cualquier ventaja, de precipitados cuarteos, de alocadas carreras. Quiso hacer la suerte con toda la verdad del mundo. Tomo el teléfono para comunicarme con la Redacción. En el silencio de la Maestranza los de las localidades de delante me oyen. Corre el run run por el tendido 4 Se vuelve el matador de toros retirado Manuel Vázquez y me hace señas, ¿qué pasa, Vicente? No puedo contenerme. Acongojado, le hago señas de que Manolo Montoliú ha muerto. El torero del barrio de San Bernardo sale corriendo para la enfermería. Todavía se lidiaría el toro del Niño de la Capea, sin que las cuadrillas supieran nada. Es precisamente por nuestro tendido por donde había corrido la noticia. El presidente ya lo sabe. Me acerco hacia el palco presidencial, muy próximo al mío. Le digo al asesor, al que fuera gran matador de toros, Manuel Carmona, que lo tradicional en estos casos es suspender la corrida. En ello estaban. Esperan a que doble el toro del Niño de la Capea. ¿Culpables? Cuando le cogieron las asistencias, Manolo Montoliú iba prácticamente- muerto. Se apreciaba que llevaban un cuerpo sin vida, desmadejado, sangrando por la parte de atrás de la casaquilla. El pitón del toro había quedado con una mancha roja de sangre. Sin embargo, nadie quería pensar en lo peor. Hasta Manzanares, muy decidido, muleteó al toro asesino con ansias de triunfo. Antes de entrarle a matar una mano me da en el hombro en mi delantera de palco. Cuando me xy 4 vuelvo, me encuentro a mi compañero Fernando Carrasco, de la Redacción de nuestra edición sevillana de ABC, demudado. Fernando sólo acierta a decirme tartamudeando, Vicente, vengo de la enfermería. Lo ha matado La Reina Madre, que asiste a la corrida acompañada del teniente hermano mayor de la Real Maestranza, conde de Peñaflor, también decide retirarse. La corrida se ha suspendido. Se hace un espontáneo silencio, uno de los silencios más tristes y dolorosos que recordamos en esta plaza. Ahora algunas gentes de mala fe quieren Sangre en la arenaMadrid. Informes El noble arte del toreo tiene su vertiente trágica. Muchas veces la sangre de toreros y subalternos tiñe el ruedo. He aquí la relación de muertes en los ruedos españoles en los últimos veinte años. 1971, 25 de julio: Cascabel coge al torero canario José Mata en la. plaza de Villanueva de los Infantes (Ciudad Real) Falleció dos días después. 1973, 5 de junio: Muere en Barcelona el banderillero Joaquín Camino, hermano del matador Paco Camino, que había sido cogido en la corrida del día anterior. 1974, 11 de agosto: Fallece en Barcelona el torero portugués José Falcones, tras ser cogido por un toro de nombre Cuchareta 1975, 7 de octubre: Un año después de su retirada de los ruedos, Antonio Bienvenida es volteado, en un momento de descuido, por una vaquilla en la plaza de tientas de Amelia Pérez Tabernero, en El Escorial (Madrid) Sufrió una lesión medular que le causó la muerte. 1977, 24 de abril: Resulta muerto Juan Álvarez Salas, puntillero de la plaza de Cáceres, al ser cogido por un novillo. 1981, 14 de septiembre: Muere Fernando Eles Villarroel, apodado El Chocolate que se había lanzado al ruedo en Albacete como espontáneo. Al citar al toro Sospechoso que lidiaba El Cordobés fue cogido de lleno, lo que le produjo la muerte instantánea. 1984, 26 de septiembre: Muere el diestro Francisco Rivera, Paquirri tras ser cogido por Avispao en la plaza de toros de Pozoblanco (Córdoba) 1985, 2 de agosto: José Cubero, Yiyo muere en la plaza de toros de Colmenar Viejo (Madrid) después de ser corneado por Burlero un toro que le causó una rotura cardíaca. José Cubero había formado cartel con Paquirri en la corrida de Pozoblanco. 1988, 31 de mayo: El banderillero Antonio González Gordón, El Campeño fallece en Madrid a consecuencia de una cornada muy grave que sufrió el día 22 en la plaza de Las Ventas de Madrid, en la décima corrida de la feria de San Isidro. Expiró tras permanecer sus últimos nueve días en estado de coma. CORAZÓN PARTIDO EN DOS Tragedia y honor, grandeza y miseria, espanto y rabia de un rito solemne y bárbaro, incomparablemente bello en su pasmosa e incomprensible magia, insolidariamente cruel en el precio del triunfo o el fracaso, indiscriminada e inapelablemente traidor en eJ reparto de la suerte y la desgracia, la fiesta de los toros se ha cobrado ayer la vida de un hombre vestido de afición y plata. Una cornada feroz segó la vida de Manolo Montoliú, el eficaz peón de confianza de tantos maestros del arte insondable de torear, el poderoso banderillero de tantas tardes de sol y moscas El torero que probó la difícil aventura de matador cosechaba en cada actuación, en esa profesión insustituible y oscura de subalterno, el reconocimiento público de su bonhomía y su bien hacer; saludaba a menudo, montera en mano, tras un par de poder a poder asomándose al balcón dejándose ver en terrenos imposibles Con el corazón partido en dos, como el torero, como la cuadrilla, como la afición y el arte entero, está la fiesta: de azabache y pena desgrana hoy su llanto por un torero.

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