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ABC MADRID 12-03-1992 página 3
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ABC MADRID 12-03-1992 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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EDITADO POR PRENSA ESPAÑOLA SOCIEDAD ANÓNIMA 12 DE MARZO DE 1992 FUNDADO EN 1905 POR DON TORCUATO LUCA DE TENA E van haciendo frecuentes las cartas que recibo sin firmar. ¿Anónimos? No propiamente. Siempre han supuesto no me sorprende ni me mollegado, en unas épocas más, en otras lesta. menos; casi siempre agresivos; siempre Como he vivido siempre en España, cobardes. En la inmensa mayoría de los por adversas que hayan sido las circunscasos, procedentes de enfermos, des- tancias, como mis ausencias han sido licontentos de sí mismos. Con toda probamitadas y para hacer algunas cosas conbilidad, fanáticos- d e cualquier fana- cretas y regresar pronto; como estoy estismo: muchas veces cuesta trabajo des- cribiendo sin interrupción desde hace cubrir cuál, porque podrían nacer de cerca de sesenta años, en bastante más diversos extremos. de cincuenta libros y varios miles de arNo se trata de esto. Las cartas a que tículos, me extraña que a estas alturas ahora me refiero están llenas de simpa- haya españoles que muestren tal descotía y estimación; son cqrdialísimas. Ocul- nocimiento. tan el nombre y dirección del que las esEs maravillosa la capacidad que existe cribe, pero hacen un esfuerzo por pre- de no enterarse Por ejemplo, muchas sentarse intentan explicar quienes son, personas, en años pasados, me decían qué figura humana y social les perte- que me leían siempre en ABC. Lo malo nece, les gustaría que el destinatario los es que estuve veintidós años sin escribir imaginara, a veces con bastante detalle. en él, desde 1960 hasta 1982. Sin emTodo esto me parece conmovedor, y lo bargo, me leían asiduamente. Me haagradezco. bían leído, ciertamente, pero creían seEntonces, ¿por qué no firman? Casi guir leyéndome, por una extrañísima siempre lo dicen: por temor. Pienso que inercia que no acabo de comprender. exageran, que los dedos se les hacen Cuando publiqué en 1947 mi Introduchuéspedes Pero quizá me equivoco: he ción a la Filosofía durante varios mevivido siempre con una dosis de aisla- ses se vendió menos de lo que parecía miento que ha dejado en mí un inconmonormal. Mi mujer me dijo que probablevible sentimiento de independencia; he mente muchas personas no se habían renunciado a muchas cosas, que han de- enterado porque la confundían con la jado de importarme; más que todas ellas Historia de la Filosofía de 1941, y que me interesa ser quien soy y decir lo que había tenido varias ediciones. Me parepienso. ció inverosímil, y así se lo dije; pero teSon muchos los que viven de otra ma- nía razón, y pude comprobarlo: en los nera, los que tienen un puesto- y una escaparates habían leído Historia posición- que dependen de la benevo- donde ponía Introducción y habían lencia de otros, y temen comprometerlos. pensado que ya tenían el libro, como Sigo creyendo que exageran, que los aquel espectador que había visto la periesgos son lo suficientemente moderalícula del león de la Metro. dos para que se puedan aceptar; estoy Se me ocurren dos explicaciones de persuadido que es mucho más peligroso ese desconocimiento de lo que soy y he no afrontarlos, porque ello disminuye la sido antes del artículo que algunos realidad y hace cada día más vulnerable. acaban de leer. Una de ellas es que hay De todas maneras, el hecho de que un número bastante crecido de publicamuchas personas normales sientan te- ciones para las que no existo que hamor, hasta el punto de ocultar un nombre cen cuestión de honor no nombrarme, que desearían comunicar y compartir, es no comunicar a sus lectores ni siquiera sumamente inquietante, y debería preo- la noticia de que he publicado un libro. cupar sobre todo- insisto: sobre todo Corno hay bastantes lectores de estas a los que tienen la responsabilidad de publicaciones que no dan entrada a ninque sea así. guna otra, porque les parece una imperPero hay otro aspecto que me sorprende y también, en cierta medida, me preocupa. Algunas cartas rebosan simpatía y estimación, me llenan de elogios- probablemente inmerecidos o exagerados- a causa de los artículos que han leído. Pero muestran que sus autores no tienen la menor idea de quién soy. Suponen cosas extrañas y sin fundamento; por ejemplo, que he sido un exiliado TODOS LOS SÁBADOS. que no soy de los que se quedaron en España O imaginan que he tenido ó TODOS LOS PRECIOS DE tengo estimación por partidos, instituciones o personas que me han repugnado TODOS LOS COCHES NUEVOS Y siempre considerablemente, con las que TODOS LOS COCHES USADOS no he tenido nunca la menor relación, que por lo general me han mostrado- o me muestran- -una hostilidad que por ABC DOMICILIO SOCIAL s E R R ANO, 6 61 2 800 MADRID DL: M- 13- 58. PAGS. 144 s SIGUEN LAS NO- FIRMAS EN ABC donable infidelid a d para ellos puede ser válida esta explicación. Pero suelen estar en una zona de edad muy determinada: no los verdaderamente jóvenes, sino los que lo han sido hace unos quince o veinte años. Para los demás, y muy especialmente para las personas maduras, no sirve. La otra posible es la falta de memoria, que casi siempre procede de falta de atención. Cuando publiqué Una vida presente a muchos sorprendió que mis recuerdos se remontaran a los dos años, y tuvieran considerable precisión hasta ayer mismo. Muchos suponían que yo tenía archivo, diarios, documentos coleccionados; no tengo nada de eso; ni siquiera he tomado nunca notas para retener cosas interesantes, por ejemplo mis incontables e interminables conversaciones con Ortega. Lo que pasa es que siempre he vivido con bastante atención, sin resbalar por las cosas ni, sobre todo, por las personas. La intensidad con que he solido vivir es la razón de una memoria que como aparato psíquico no pasa de normal. Tal vez son muchos los que se deslizan por la vida distraídamente y como de puntillas, que no dejan que sus contenidos penetren en ellos y así se graben, que no acumulan lo que han vivido. Desde hace mucho tiempo me ha parecido apasionante eso que se llama experiencia de la vida y que no tiene demasiado que ver con la experiencia de cosas -por eso la tienen muchas personas a las que no les ha pasado casi nada, y desde luego nada de particular, acaso un campesino o una madre de familia- Esa forma de saber superior falta a muchos que están llenos de noticias y hasta de actos, que no han retenido, con los que no han elaborado esa forma improbable de sabiduría Pero ello requiere una condición más: la razón La definí provisionalmentecomo la aprehensión de la realidad en su conexión pero en cerca de medio siglo no he encontrado definición mejor. Es la conexión entre las cosas la que permite comprenderlas, la que hace que tengan significación para nosotros, se incorporen a nuestra vida, funcionen dentro de ella para entender las otras que van entrando en ella. Y la razón está muy abandonada, incluso entre los que profesionalmente deberían utilizarla constantemente. A última hora, en esa crisis de la razón está la clave de por qué algunos simpáticos lectores no tienen la menor idea de a quién le están escribiendo una carta. En otros tiempos, al pie de algunas se estampaba la fórmula siguen las firmas Temo que estemos estrenando la situación inversa. Julián MARÍAS de la Real Academia Española

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