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ABC MADRID 12-12-1991 página 3
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ABC MADRID 12-12-1991 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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EDITADO POR PRENSA ESPAÑOLA SOCIEDAD ANÓNIMA 12 DICIEMBRE 1991 FUNDADO EN 1905 POR DON TORCUATO LUCA DE TENA ABC EUROPA GRIS DOMICILIO SOCIAL S E R R A N 0 61 28 0 0 6- M A D R I D DL: M- 13- 58. PAGS! 120 N O he podido interesarme demasiado por la reunión europea de Maastricht, tan traída y llevada en los periódicos y la televisión. Tengo la impresión de que en ese desinterés he estado acompañado por la inmensa mayoría de los europeos. Las únicas excepciones son los políticos y los que se ocupan profesionalm e n t e de e s e t i p o de r e u n i o n e s y conferencias. No es que Maastricht no pueda tener consecuencias de cierto alcance, y por tanto no se le puede negar importancia Pero la cualidad de ésta es la que me parece inquietante. Ni siquiera se ha tratado propiamente de política -y creo, cada vez más, que la política es una actividad secundaria, por mucho que nos complique y aun amargue la v i d a- Europa se ha puesto decididamente a la carta de la administración Lo que se ha debatido ha sido el conjunto de regulaciones de todo tipo que van a encorsetar cada vez más la vida de los europeos. Se podría pensar que se trata de un espacio más amplio- l a s naciones son evidentemente angostas e insuficientesdonde se pueda respirar a pleno pulmón e inventar algo nuevo. Mi impresión es que los representantes de los Estados europeos- y muy poco o nada las sociedades correspondientes- han llevado sus intereses o conveniencias particulares, acompañados de una dosis de vanidad que los ha llevado a mostrar que se han salido con la suya aunque sea muy claro que no ha sido así. Tal vez la única excepción haya sido Inglaterra- oficialmente el Reino U n i d o- que parece haber tenido en cuenta algunas cosas propias de ese país, que no está demasiado dispuesto a abandonar, y que no le han impedido ser Europa como el que más, desde la Edad Media. Aparte de las regulaciones, no he oído ni leído una sola palabra que permita imaginar qué podrá ser la vida en Europa al acabar el siglo. Se han tratado, por ejemplo, cuestiones tan graves como la de la presencia de extranjeros en cada uno de los países, y de ajenos a Europa en cualquiera de ellos; pero se ha hablado de visados -u n a vez más, la administración- y no parece que se haya pensado en los motivos de la afluencia de extranjeros y en las consecuencias que puede tener para la realidad misma de cada uno de los países. Lo que parece importante a los políticos y funcionarios es pasar una goma de borrar sobre las líneas fronterizas, al mismo tiempo que se están multiplicando otras, dentro de lo que eran unidades mayores; y lo peor es que esas líneas suelen ser de alambre espinoso, símbolo de la hostilidad y antipatía, o líneas de fuego, consecuencia del odio puro y simple. Echo de menos mi vieja evidencia de que las fronteras no son primariamente los lugares en que los países terminan, sino no se puede hacer; y por lo regular se encuentra, hasta en países que se consideran aquellos en que se encuentran, y que las libres, una larga lista. Al proyectar la Euhace ser el aparato sensorial de Europa. ropa unida, yo formularía la pregunta La supresión de las fronteras como trabas opuesta: qué se va a poder hacer después parece excelente, pero no como puntos en de su unificación. Recuérdese la dilatación que se produce el contacto de sociedades que experimentaron las pequeñas sociedadiversas, con diferencias de potencial, de des medievales al irse incorporando para manera que pasa la corriente de una a formar las naciones modernas; la fabulosa otra. que significó la incorporación de Castilia y Y hay que plantearse la cuestión de lo Aragón para construir la española, y que que es cada una de las naciones de Eu- pareció multiplicar los elementos integranropa, como repertorio de formas de vida, tes. Se podría esperar algo semejante, tousos, vigencias, estilos, que permiten estar davía mayor, de la unión europea. en casa con la espontaneidad que la En lugar de intentar anular o desdibujar vida imperiosamente exige, con la comolas naciones, habría que procurar que efecdidad propia de la vida cotidiana, incomparablemente más importante que lo que tivamente conviviesen que estuvieran se llama bienestar y que suele reducirse juntas; que lejos de perder sus cualidades propias, su sabor, sus proyectos, los coma nivel económico y seguridad (es decir, más regulaciones) En los países en que partiesen; es decir, que cada nación tomase posesión de las demás y se nutriera es más perfecto, las personas lo tienen de ellas. Que se fuesen imaginando todo previsto y asegurado desde la cuna a la sepultura- y digo esto porque lo que proyectos imposibles de realizar por las naprecisamente no es seguro es que las de- ciones aisladas, pero que serían hacederos para una Europa íntegra; sobre todo, la rejen llegar a la cuna. lación con los otros continentes, y en priPuede haber motivos poderosos para mer lugar la construcción de Occidente, que entren en un país personas ajenas; enque requiere la plenitud europea articulada tre ellos, la compasión o la solidaridad. De con la de las diversas Américas. hecho, los más fuertes y que más han acImagino con entusiasmo una Europa tuado ha sido la resistencia de los habitanmúltiple y convergente, compuesta de nates a hacer ciertos trabajos poco agradaciones insustituibles y capaces de aportar bles o mal pagados. Esto ha ocurrido ante tantas cosas que son nuestras el patritodo dentro de las naciones, con las inmimonio común, pero que no poseemos ni graciones internas, de una región a otra; aun conocemos. Una Europa en que no luego, de una nación a otra; ahora le toca esté todo previsto y meticulosamente reguel turno a los distintos continentes. El penlado, en que se hayan suprimido trabas, samiento abstracto- q u e se confunde mudocumentos, impuestos; en que haya lugar chas veces con la omisión del pensapara la improvisación y la invención, condimiento- concluirá que da lo mismo. Pero ciones con las cuales se ha hecho Europa la perturbación de una sociedad es tanto mayor cuanto mayor sea la diferencia de y que, precisamente, han faltado en otros los que se agreguen a ella; hay límites más ámbitos históricos. allá de los cuales resulta imposible esa coNo puedo evitar la impresión de que se modidad, esa espontaneidad, esa esencial está invitando a Europa a que lo sea, a impresión de estar en casa condición de que imite aquellos otros países en que la la vida habitual. Eso es lo que perdieron vida está prefijada de la mañana a la nomuchos países al ser colonizados, en gra- che, y que por eso están amenazados de dos y formas diferentes; en los peores, los petrificación. habitantes se encontraron siendo extranjeDe Europa hablan solamente los polítiros en su propio país cos, los funcionarios internacionales y los Cuando alguien se queja de no tener liperiodistas, que cuentan y comentan lo que bertad, o muy escasa, mi pregunta es qué los otros hacen y dicen. Durante la gravísima crisis de los Estados Unidos, entre Vietnam y Watergate, me angustiaba el silencio de los americanos más inteligentes y responsables; sólo hablaban los políticos, los periodistas investigativos y algunos jueces. Ahora pasa algo semejante, y cuando alguien habla de Europa después de haber pensado, es casi seguro que nadie le hará caso ni parecerá haberlo oído. Se nos ofrece una Europa gris; yo la veo todavía, y sobre todo la imagino, deslumbrante de colores. Y creo que el gris no es sólo un color mortecino y que invita a la depresión, sino además muy peligroso. RIVF. OROITE (INTEHMAN) -SERRANO- 53 MADRID- TÉL. (91) 575.85.14 RIVE DROÍTE (PRODIMEX) -GOYA- 40 MADRID- TÉL. (91) 435.5735 Julián MARÍAS de la Real Academia Española

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