ABC MADRID 01-12-1991 página 99

DOMINGO 1- 12- 91 SUCESOS A B C 99 El caso del siniestro chef convertido ahora en un auténtico culebrón Según sus dos primeras esposas, cuando perdía los nervios era un animal Madrid. S. S. El caso del siniestro cocinero John Perry lleva camino de convertirse en un auténtico culebrón de esos que se pueden ver en todos los canales de televisión y que parecen no tener final. Y es que, tras la condena a cadena perpetua del chef por el Tribunal británico de Mold Crown, ahora son sus dos ex mujeres las que han salido a la palestra para describir a este individuo como un hombre particularmente desalmado y salvaje. La opinión pública ha asistido durante estos días, entre sorprendida y horrorizada, pero siempre muy atenta, a las distintas revelaciones que han ido surgiendo en el juicio contra John Perry. En un principio, se supo que este mecánico de aviones había asesinado a su mujer, y posteriormente la había descuartizado con una técnica depurada que había aprendido, en lo que se puede considerar como un cursillo acelerado de un excelente amigo suyo, carnicero de profesión. En esas primeras sesiones de la vista oral, también trascendió que con los restos de su media naranja había preparado varios guisados, que fueron calificados por los policías que acudieron a su vivienda de la Avenida Myrtle de Higher Kinnerton, en Clwyd, como apetitosos y humeantes evidentemente, hasta que conocieron su contenido. Es decir, que tenían todo el aspecto de tratarse del típico asado de los domingos... En efecto, las dos primeras esposas del mecánico de aviones han decidido que ellas también quieren ser protagonistas del culebrón para dar su propia, y no cabe la menor duda que fundada, opinión sobre el siniestro cocinero Así la primera mujer que tuvo a bien compartir su destino con John Perry fue Julia. El matrimonio, que fue descrito por la mujer como un reino del terror duró seis largos años, durante los cuales este gales de 52 años llegó a intentar estrangularla. Como es lógico, con estos antecedentes a Julia no le extraña ni lo más mínimo lo que le ha ocurrido a la infeliz Annabelle, y no duda en declararlo: No me ha sorprendido en modo alguno- asegura la mujer- que su carácter le haya llevado a matar a alguien. Cuando perdía los estribos era como un animal salvaje, y no se detenía ante nada Estaba orgulloso de su carácter violento, y no perdía ocasión para alardear del mismo. Me pegaba muchas veces, casi todos los El cocinero afeitó la cabeza de Annabelle antes de cocerla a fuego muy lento días, y el bestia se regodeaba después mirando las heridas que me había hecho. Estoy segura de que disfrutó mientras descuartizaba a Annabelle. Para que la gente se de cuenta de que cómo es, voy a dar otro detalle: no paró de darme palizas, a pesar de estar embarazada, hasta días antes de dar a luz Julia afirma además que Perry le quemaba su ropa y pegaba a su padre, y que incluso un día tuvo que ser sujetado por seis hombres porque quería estrangularla en un bar, delante de todos los presentes. Me escupía y me llegó a morder por todo el cuerpo. Muchas veces me amenazó con matarme, y yo sabía que era capaz de hacerlo Se da la circunstancia de que Annabelle le había pedido ayuda meses antes de ser asesinada. Yo quería hacerlo- asegura Julia con lágrimas en los ojos- pero tenía miedo de que él me persiguiera. Sé que de haberlo hecho habría sido yo la asesinada En parecidos términos se expresa Susan, la segunda mujer del chef que le conoció con tan sólo 18 años. Me daba puñetazos y me pegaba. Sólo le respondí una vez, y entonces intentó estrangularme Como se ve, y aunque a todos esta historia todavía le puede parecer increíble, hay dos personas que saben que ese hombre, que ya ha sido puesto de una vez por todas a buen recaudo, es capaz de cometer esa serie de atrocidades. Un gato bien alimentado Las jornadas posteriores del juicio alcanzarían unas cotas de surrealismo difícilmente superables en cualquier otro proceso, sobre todo al confesar el chef que había sido su gato el que había degustado los platos que con tanto mimo y esmero había preparado. Pero, por supuesto, su actuación tenía una explicación, una explicación que él baso en los supuestos devaneos amorosos de la bella, dulce y joven Annabelle, que no dudaba en humillarle en público y hasta en meter sus manos en los pantalones de aquel hombre que le gustase delante de él... Claro, -manifestó al Tribunal- ella era una prostituta cuando la conocí, en Filipinas A lo largo del juicio el mecánico de aviones continuó dando detalles sobre el caso, y entre ellos, uno especialmente macabro: tras cortar la cabeza de su mujer, la puso a cocer á fuego lento, como si fuese a hacer un consomé Una vez más, Perry fue cuidadoso y considerado pues, consciente de que no hay nada más desagradable que encontrar pelos en un plato, había afeitado el ingrediente de tan especial caldo. Durante los interrogatorios, el procesado reconoció que no sabía muy bien la receta y la cantidad de agua que había que poner en el puchero para despegar fácilmente la carne de los huesos Quizá no lo supiese, pero como él mismo declaró, tras unas horas de cocción pudo abrir el cráneo, encontrando una masa gris (el cerebro) muy repugnante que puso en un barreño. Lo mismo haría con esos bonitos ojos achinados, que cuando Annabelle vivía miraban de esa forma apasionada que años antes le habían cautivado... El último capítulo del caso parecía escribirse el pasado martes, cuando el Tribunal le comunicaba a John Perry su decisión: deberá pasar el resto de su vida entre rejas. Sin embargo, nada más lejos de la realidad y el caso continúa, ahora fuera del edificio que alberga el Tribunal de Mold Crown... Madrid: roban 150 millones de pesetas en joyas en el chalé de una hija de Cuqui Fierro Madrid. S. S. Una vez más la inseguridad ciudadana ha vuelto a enseñorearse en Madrid, logrando los maleantes un botín en joyas de unos 150 millones de pesetas. El golpe fue perpetrado por cuatro hombres que debían formar una banda organizada y que actuaron, como los chacales, amparándose en la noche, en un chalé cercano a la calle del Cardenal Herrera Oria. En efecto, según ha podido conocer ABC de fuentes de toda solvencia, la víctima de este suceso no es otra que un miembro de la conocidísima familia Fierro, y para ser aún más concretos una hija de Cuqui, María de la Gracia Torróntegui Fierro, quien sufrió la desagradable visita de unos delincuentes. A tenor de nuestros informes- las investigaciones se realizan con la máxima discreción- -el suceso se produjo entre las cinco y las seis de la madrugada del pasado día 8, horas éstas en que tanto la señora de la casa- -el chalé se encuentra situado en la calle de Cambrils, 5 (urbanización Mirasierra) como la empleada de hogar, Lourdes, se vieron despertadas de sus sueños por la presencia de cuatro individuos, quienes les hicieron pasar un mal trago, tanto por la brutalidad de sus ademanes como por sus exigencias. Y, entre ellas, el objetivo primordial: la entrega de las alhajas, que han sido valoradas en la cantidad antes mencionada. Se da la circunstancia ¡de que en la vivienda también se hallaban los tres hijos pequeños de María de la Gracia, mientras que el cabeza de familia, Antonio Sabater, estaba fuera, de viaje, por lo que no sería descabellado pensar que los delincuentes hubieran vigilado a la familia y tenido en cuenta esto para cometer el expolio en el momento oportuno. Durante el tiempo que los maleantes permanecieron en el chalé, al parecer muy dilatado, arrancaron el cable del teléfono con el que inmovilizaron a sus víctimas, al parecer atándolas a sillas, al tiempo que propinaron a Lourdes un fuerte golpe en la cabeza, lo que le produjo una herida de la que fue asistida, ya entrada la mañana, en el Hospital Ramón y Cajal. Dado que María de la Gracia es una mujer con mucho aplomo, parece que no perdió los nervios, por lo que aún tendría la sangre fría de decir a los asaltantes: Llevároslo todo, pero... ¡por favor, no nos toquéis! Según las informaciones a las que ha tenido acceso ABC, los maleantes se expresaban con un marcado acento suramericano, al parecer peruano, detalle éste por lo que se sabe que, tras la denuncia- -fue presentada en la Comisaría de Fuencarral- se habrían pedido informes, a través de Interpol, sobre individuos de los que podría ya sospecharse. Obtenido el botín, los asaltantes se dieron a la fuga, desconociéndose el método que utilizaron para ello, aunque se hablado de dos furgonetas. Tampoco ha trascendido el método para acceder al chalé, si bien se conoce que no se disparó la alarma de seguridad, y que en la inspección ocular no se observaron señales de violencia. La serenidad de la señora de la casa serviría igualmente para continuar con una relativa, calma una vez que los ladrones se marcharon, y proceder a liberarse de sus ligaduras, tras lo cual pidió socorro.