ABC MADRID 10-08-1991 página 44
- EdiciónABC, MADRID
- Página44
- Fecha de publicación10/08/1991
- ID0001748473
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IV ABC ABC Ü 7 C 1 51 10 10 agosto 1991 -Poesía Las tradiciones Andrés Trapiello La Veleta. Granada, 1991. 392 páginas. 3.180 pesetas El anulo de Baudelaire Jesús Antonio Rojas Diputación de Cuenca, 1991 244 páginas D IEZ años de ejercicio lírico se resumen en este volumen de poesía, que, como todos los de su autor, el joven y exquisito poeta Andrés Trapiello, tiene de entrada una delicada inmersión en el pasado modernista. Pasado digo, porque el lírico l e o n é s sin duda atraído por los maestros de sus lecturas juveniles- los modernistas y simbolistas en primer y último términoda un auténtico salto a la comba para no tropezarse con el culturalismo dentro de cuyo caldo de cultivo viven y crecen- algunos es Andrés Trapiello obvio que languidecen y mueren- los poetas más conspicuos de su generación: desde Pere Gimferrer acá. gio Corazzini del Crepuscularismo italiano, teje unos mimbres propios, que están en la raíz de su sensibilidad. Hay en éste, como en los restantes libros, una variabilidad argumental y hasta temática casi abusiva. Funcionan a las mil maravillas las apelaciones absolutas- l a naturaleza, el mar, el otoño, los caminos, los miradores, etcétera- es decir, todo aquello que nos deja una honda huella de su alma. En cambio, se tornan de un cierto cardenillo u óxido algunos poemas que recuerdan un excesivo cartoon melancólico. La influencia modernista- e n cuyo contexto bebe voluntariamente el poeta leonésmás que dañar la palabra de Trapiello, la encauza y la amplía. Y, por eso, sus notas de paisaje, sus pulsiones íntimas son de ley: Murieron los maestros El extraño Travesía La flor del espino La visita El pasado entre otros. Sucede que el amor a los maestros y a los libros actúa con cierto reflejo condicionado. Es algo que se nota más en La vida fácil donde los mimetismos- s i bien son en realidad homenajes -pedalean demasiado junto al ritmo o la metáfora. Aunque sólo en determinados poemas. E He seguido la carrera poética de Andrés Trapiello un poco a salto de mata, y por lo tanto su proceso de alquitaramiento. Y no estoy muy seguro de que todos los peldaños de la escalera hayan sido bien cronometrados. Da la impresión de que Andrés Trapiello reAnte Las tradiciones el volumen que recoge la summa de su obra lírica- cantan sulta más artista, pero acaso menos ambilos cuatro títulos publicados hasta ahora: cioso. Pues su poesía lógicamente no aspira a descubrir a Agustín de Foxá, ni a Emilio Junto al agua Las tradiciones La vida Carrere, ni siquiera a Ramón Gómez de la fácil y El mismo libro y algunos poemas Serna, sino a conectar, con esa emoción fuañadidos- ya pueden hacerse ciertas consiturible que deja el tiempo pasado. Y en el deraciones generales. que Trapiello es uno de los líricos más sutiles Me interesan sus libros puros, todavía no mezclados del colorismo del tardomodernista a la hora de atraparlo. -y que los sitúa fuera de la poesía de proDe todos modos- y no obstante considerar vincias de un González Blanco o un López tanto La vida fácil como El mismo libro Velarde, con algo colonial e indianista como poemarios en algún punto fuera del raíl acaso- desnudos y hasta desvaídos en una lírico típicamente trapiellano- el poeta leodesrealización sugerente. nés, como se ve muy bien en esta obra reuHablaría aún de Junto al agua en el que nida, enriquece su voz de muchos matices extrae de una tradición un tanto retórica- l a- cierto epicureismo, determinado spleen que pervive en los ritmos atlánticos de Mora- revitalizado, un tono ya decididamente eleles- una simplicidad lírica enormemente sen- giaco- y madura a ojos vistas. Nos gana sitiva. Sus neologismos y sus bellas imáge- cuando encontramos repercusiones leoparnes, aparentemente caedizas, testimonian dianas, incluso artísticas refracciones preciouna sensibilidad en la que Trapiello forja, sistas de la pintura o la literatura. Y desde como en hierro frío, su voz. Es asimismo luego, en el momento en que logra comunicar una azogada existenm a g n í f i c o en sus apuntes oníricos. y cialidad que no por Diez años de ejercicio cede un poco de su bebida o absorbida en lírico se resumen en este verdad lírica en lo evolibros, tiene menos pucativo simplemente. reza, menos diafanivolumen de poesía, que, Acaso, con toda la como todos los de su autor, dad anímica. Quiero referirme a relatividad que da el tiene de entrada una un extremo concreto tiempo pasado desde que es el que da sensu publicación, sigue delicada inmersión en el tido de orientación a la siendo Las tradiciopasado modernista lírica trapiellana: su nes el poemario que conexión con las esfemejor resiste el tiempo ras borgeanas, donde- no lo consideraría el mejor, porque en los el poeta de Ficcioúltimos libros apunta a un borgismo de claras nes le regala ese no sé qué que las coposibilidades de futuro para sortear ese mes- sas- El viajero y su sombra Retrato de tizaje no siempre feliz de un poeta casi incon- mi padre La casa de la vida Malte taminado con las taraceas y ornamentos de Visión de un buscador de libros etcéterala melancolía sobrepuesta- y en el que apa- transportan y que sólo los poetas registran en su palabra. En ningún momento puede un recen todos los hilos temáticos de su poesía. poeta dejarse sobrepasar por un modelo. Y Alguien juzgará delito de lesa dehiscencia en este caso, Trapiello logra trascenderlo e lírica algunos de los poemas de Las tradicio- inyectárselo hipodérmicamente. nes -e n su libro aparecido en 1982- si no Florencio MARTÍNEZ RUIZ es consciente de que Trapiello como el Ser- NCASTILLADO en las altas soledades de Cuenca, Jesús Antonio Rojas apenas tiene tiempo de asomarse al panorama poética, tal y como exige la calidad y novedad de su poesía. Produce un cierto rubor el desconocimiento que acompaña a su obra. El culturalismo que padecemos hace mal en dejar marginado en sus orillas esta voz, desenfadada y libre, como la de un minissinger de nuestros días- e n realidad, se trata de una significativa voz, pues su autor es un hijo del siglo, un producto del mayo francés y de sus filosofías- en cuya desinhibición y frescura tiene Ja lírica española uno de sus mejores acentos. Y un punto de afluencia inevitable. El anillo de Baudelaire recopila tanto la obra publicada- siempre en ediciones inencontrables- como la obra inédita. Ésta es la lista por títulos: Las revueltas del Romanticismo (1966) Noche previa (1968) Poemas experimentales (1972) El viaje necesario (1981) El tiempo y otros poemas (1983) Poesía en Democracia (inédito) Las posiciones (en elaboración) y Latiliricas etcétera. Reunidos ahora, confirman la fuerza y armonía de la pulsión lírica de Rojas. Un poeta abierto y desenfadado, en la distancia de Kerouac o Felinghetti, que desahucia, tanto en los poemas amorosos como en los dedicados al tiempo de una ciudad, el cliché de un lirismo decadente o provinciano, para lograr una lírica más amplia. Jesús Antonio Rojas destruye toda retórica y todo tipismo. Es un lírico marcado por su tiempo- y ahí está la condición de su voz poética- y por lo mismo, inserto en un culturalismo de gran ámbito, al que afluyen tanto un erotismo bien asimilado como el flujo de una existencia temporal muy consciente. Ama a una mujer infinita, por entre estos o aquellos accidentes, y vive el tiempo como una eternidad. De ahí que sobreviva siempre en su poesía la conciencia de lo que en cada momento siente y vive. La dialéctica de la libertad, en la que el amor es el mejor cauce para lograrla. Pero también la libertad como condición inexcusable para el amor, según un mensaje que Umbral hace años puso en la banda de su estética. En los versos de Rojas nunca se desmiente una mitología culturalista de rastro sublimado y melancólico que dota a su poesía de un atractivo emblemático y testimonial. De ahí que se pueda leer su obra a la luz del París del 68. Pero no importa tal vinculación porque en la ley entrópica del poeta, la aprehensión de la vida con su perfume existencial es total y el fuego nuclear de las emociones apenas tiene residuos inútiles. Dentro de esa melena renovadora del mayo mítico- e l disco de Turrentine o las canciones de Cohén- irradia Rojas fulgores muy vivos, bien embutidos en una textura que acoge a la vez el nivel de la conciencia y el nivel de la expresión. Al poeta le va bien tanto el poema denso como la tanka el soneto y el poema más libre. Los accidentados conocimientos carnales y las descargas eléctricas de sus sentimientos se ciñen a una sintaxis- o la eluden, que lo mismo d a- tan afinada que viene a constituir el principio de decisión de su estilo. Y de su voz. F. M. R.