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ABC MADRID 29-04-1991 página 46
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ABC MADRID 29-04-1991 página 46

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC. Póg. 46 TRIBUNA ABIERTA LUNES 29- 4- 91 ROLIFERAN los libros de memorias. Algunos tratan exclusivamente de justificar actitudes políticas más o menos dudosas y están escritos a modo de avales democráticos que los autores se otorgan a sí mismos: su nulidad es manifiesta. Otros no ocultan su parcialidad, y son defensas encendidas de determinadas causas, todas opinables. Sólo unos cuantos, muy contados, responden a la intención de narrar la historia, de ser historia; éstos se desmarcan de toda subjetividad y suelen aportar el acervo documental en que el autor sustenta sus asertos. El nuevo libro de memorias de Laureano López Rodó, subtitulado Años decisivos abarca el período 1966 a 1969; es la segunda parte del que publicó el año pasado y que hacía referencia al período comprendido entre 1956 y 1965. Es difícil discernir en esta obra recién aparecida lo que más sorprende al lector: si el torrencial derroche de datos que hilvanan y alumbran unos episodios todavía oscurecidos por la parcialidad de la mayor parte de sus relatores, o si la altura política e intelectual de un hombre que trató en todo momento, desde su significativa posición en el régimen anterior como ministro comisario del Plan de Desarrollo, de dirigir los destinos de nuestro país hacia una monarquía constitucional y democrática. El profesor López Rodó, al socaire del proverbio oriental la tinta más débil vale por la mejor memoria apoya en hechos documentales, con rigor implacable, el grueso de sus manifestaciones. En ello estriba, en gran medida, la relevancia de su libro. Durante la larga vida del franquismo fui adversario político del autor porque no llegué a creer ni en la capacidad del régimen para abrirse a las libertades, ni siquiera en la posibilidad real de que alguien trabajara desde dentro para favorecer la evolución razonable del sistema. Las páginas de este libro demuestran que en el franquismo hubo también hombres de buena fe que consiguieron frenar el impulso excluyeme y represor de los fanáti- P UNAS MEMORIAS EJEMPLARES dictadura- y valedor de Don Juan Carlos, de quien fue- según se deduce de los innuPor Rafael PÉREZ ESCOLAR merables encuentros entre ambos y de la referencia a sus conversaciones- colaborador eos; sería, pues, una injusticia negarle a Lóprivilegiado. pez Rodó su condición de estadista que hubo Entendía Osear Wilde que cualquiera de actuar en un ámbito, supongo más bien puede hacer historia, pero sólo un gran homincómodo para su dignidad intelectual, en pro de una evolución política que condujera al bre puede escribirla En este caso singular, restablecimiento de la democracia. De todas un eminente protagonista de los acontecisuertes, y ello es un ejemplo mientos nos entrega ahora la vivo de las quiebras de la dictahistoria de su tiempo político. Y dura, no deja de resultar groes tan curioso como apasionante tesco el desfile por El Pardo de comprobar, pasados tantos años personajes relevantes empeñadesde aquellos episodios, cómo dos en presentar sus fórmulas el calor del presente, de las vimágicas al dictador para resolver vencias concretas recién acaecilos espinosos problemas de la das, matiza los sucesos que sucesión; todos, entre la buena aparecen ante nosotros con nuevoluntad y el afán de protagovos perfiles y con matices insosnismo y la ambición, se ofrecían pechados. Cuando la memoria entonces como esperpénticos sedimenta, cuando el recuerdo salvadores de la Patria. se afirma y enclava en el pasado En este libro de memorias y los ímpetus, otrora hasta irahay, a mi entender, dos ilaciones cundos, se templan, los retazos arguméntales. Una es el forcejeo de historia casan sorprendenteentre las distintas familias del rémente en un trayecto distinto del Rafael Pérez Escolar que se creyó vivir. Surgen, a la gimen, entre quienes quieren Abogado institucionalizar el sistema mepostre, razones ignoradas, móvidiante la ley orgánica del Estado, les ocultos, factores imprevistos y aquellos otros que pretenden mantener el que mediatizaron aquella realidad en gran monopolio ideológico y de poder de un parmedida. Y aunque uno no cambie sus ideas tido único- -el Movimiento- cuyos hilos conni modifique su enclavamiento intelectual, ni trolan. La otra es el proceso lento de desigsu modo de ser, el pasado adquiere claroscunación de sucesor de Franco en la figura de ros que no pudieron advertirse fácilmente enDon Juan Carlos; proceso que, impulsado por tonces. Entre aquellas tinieblas asoman, por una parte del régimen (López Rodó es en merecimientos propios, figuras tan cualificaesta corriente una de las figuras descollandas como 1 a del autor de este libro: no sería tes) cuenta con una oposición de diversa ín- justo que quienes habrán de escribir mañana, dole: desde los legitimistas de Estoril hasta en la distancia, el relato de aquellas páginas los partidarios de otras figuras de sangre real, de España ignoraran los servicios prestados pasando por el republicanismo inherente a la al Estado por el profesor López Rodó. Aunortodoxia falangista. Las memorias concluyen que decía Marañón que la historia juzga con el análisis del caso Matesa que desólo los resultados y no los propósitos no semboca en una crisis de Gobierno resuelta cabe duda de que son los propósitos, sobre con la caída de Fraga y Solís, los grandes promotores de aquel escándalo que se aireó todo los buenos propósitos, los que acaban escribiendo la historia. Éste es el caso. entonces en menoscabo del equipo económico. Es imposible hacer una síntesis del abundante material que se recoge en esta obra. La relación de episodios que no habían trascendido hasta ahora es interminable. El lector encontrará, por ejemplo, pormenorizada referencia a las presiones ejercidas por los distintos sectores del régimen, cada uno con sus propias listas, en los cambios de Gobierno; la pugna por la designación de vicepresidente tras la destitución de Muñoz Grandes (López Rodó quería que fuese López Bravo y no Carrero) cómo y por qué Don Juan Carlos sugirió a Franco, a través de Carrero e Iturmendi, que en el decreto de designación de sucesor a la Jefatura del Estado, a título de Rey, no se le otorgase el título de Príncipe de Asturias (curiosamente, Don Juan Carlos y López Rodó coincidieron separadamente en que el tratamiento fuera el de Príncipe de España) La lista es larguísima, y en ella quienes vivimos aquellos años con intensidad existencial y curiosidad política, tomando partido contra el régimen, encontramos las claves de muchos episodios que hasta ahora nos parecían inescrutables. Queda claro que López Rodó fue inspirador y coautor principal de la ley orgánica del Estado- e n cierta medida desvirtuada luego en sentido involucionista por la ley orgánica del Movimiento- promotor de la institucionalización y de la apertura del régimen- dentro de los angostos límites de la En la mejor zona del Parque Conde de Orgaz C Joselito 20. UNA SEMANA DE ENSUEÑO EN DISNEYWORLD- FLORIDA Con motivo de la presentación de una nueva fórmula de Ocio y Vacaciones de Lujo GRATIS 3 ÚNICOS CHALETS URPESA, S. A. Utilice las páginas de Anuncios por palabras AIRT Muy exclusivos, con jardín y piscina individual. Información y venta en la PROPIAOBRA de Martes a Sábados (mañana y tarde) Domingos y festivos (solo mañanas) o en: Antonio Maura, 20. Tel. 532 86 20 Asistencia previa cita telf. 308 70 00 Haga su reserva ahora y le confirmaremos la entrega del obsequio aqui prometido limitado durante esta campaña de Promoción Turística de 70 Países. 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