ABC MADRID 27-04-1991 página 61
- EdiciónABC, MADRID
- Página61
- Fecha de publicación27/04/1991
- ID0001734186
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27 abril 1991 ABcTífcrarío Nóvela ABC V Q mismo día y en los UEDAN ya lejos respectivos espacios los tiempos en madrileños de Palaque los preJosé María Guelbenzu cio, en su agostado mios literarios contrimatrimonio, y Mansur buían al d e s c u b r i Plaza Janes. Barcelona, 1991. 240 páginas. 1.800 pesetas entre sus colegas del miento de nuevos esbar que frecuenta, con la narración alternante c r i t o r e s Al c o n t r a r i o buscan el tética espera de un lectorado en Alemania. Y- n o sistemática- de lo que pasa por la reconocimiento de su discutido prestigio mela novela se configura como una reflexión de mente de ambos personajes, destruidos por diante la distinción de autores ya consolidacarácter neoexistencialista sobre distintas vala adversidad como la aralia moribunda entre dos. Un simple repaso de los últimos premios riaciones del fracaso de personajes de la las brumas del antro de bebedores. de novela entre los mejores dotados en Esmisma generación del autor en una sociedad paña es suficiente para comprobar que todos dominada por el dinero y el éxito, en absurda El intermedio es un elemento de transihan recaído en nombres ya conocidos de los ción a la segunda parte. Su hermética pesalectores. Ahí están para confirmarlo el Pladilla autodestructiva, posiblemente soñada neta de Antonio Gala, el Nadal de Alfredo por Palacio ya en la cama, da paso con sus Conde y el Herralde de Justo Navarro, el más diálogos y monólogos narrados en primera joven de todos. Y la lista se amplía ahora con persona al predominio de esta modalización el Vil Premio Plaza Janes, concedido a en la segunda parte. En ella, la rememoraJosé María Guelbenzu por La tierra promeción es directa desde la voz y la visión de los tida su octava novela. personajes. El desvelamiento de la anterioridad de éstos por medio de los estilos indiGuelbenzu posee una larga trayectoria narecto libre y directo libre desemboca en la alrrativa, con altibajos en su evolución desde el ternancia- tampoco sistemática- de monóloexperirnentalismo de sus comienzos hasta la gos interiores de Mansur perdido en la noche síntesis de tradición y modernidad en su mamadrileña, Palacio y su mujer en la cama con durez. Entre los novelistas de la generación insomnios sucesivos, y un argentino que del 68 fue un adelantado en las prácticas naarrastra su pasado de represiones entre indirrativas innovadoras con EL mercurio viduos anulados por la bebida. Con la salve (1968) y El antifaz (1970) Tras un prolondad de que es de nuevo el narrador omnisgado silencio, reapareció con un acercaciente quien, en varios capítulos alternantes, miento a la novela policiaca en El pasajero dirige la rememoración del episodio ocurrido de ultramar (1976) a la cual siguieron dos entre Palacio y Amanda, con el fin de mantenovelas importantes a finales de los años 70 ner la coherencia, pues aquél se ha dormido. y principios de los 80: La noche en casa Finalmente, después de esta simbólica noche (1977) relato de alcance generacional con la de angustia en que nadie se recupera de su desengañada reflexión que el protagonista derrota, el epílogo descubre las desespeproyecta sobre un pasado de lucha antifranranzadas reflexiones de Palacio en la madruquista con ocasión del encuentro con una angada. Y la repetición de las emblemáticas retigua amiga, y El río de la luna (1981) bioferencias a Auschwitz, My Lai y Tlatelolco regrafía amorosa y sentimental de un hombre nuevan el alcance generacional de una desde su infancia en la dictadura hasta su novela concebida como un sombrío desahogo trágico enfrentamiento actual con una sociede unos personajes que han pasado dé los dad vulgar y mezquina. utópicos movimientos juveniles de liberación El libro contiene algunas Las tres novelas siguientes de Guelbenzu al dramático vacío de una abúlica madurez de las mejores virtudes aportan sendas prolongaciones de su prefeen soledad o en compañía. rencia por el relato intimista. En El espeliterarias de Guelbenzu. Con rado (1984) novela del aprendizaje, se re La tierra prometida contiene algunas de todo, el autor no ha crea el acceso de un adolescente a la expelas mejores virtudes literarias de Guelbenzu. riencia entre las conflictivas relaciones con el Merecen destacarse el complejo plantearematado una buena novela. mundo oscuro de los adultos. La mirada miento de su organización constructiva, la vaDe él cabe esperar algo más, (1987) es un texto construido con elementos riedad de técnicas narrativas y la diversidad mínimos sobre el autoanálisis de un individuo de registros estilísticos, desde el uso de exsiendo como es uno de los mentalmente arrastrado por la idea de un presiones insultantes y escatológicas hasta valores más sólidos de su asesinato gratuito. Y La tierra prometida típeríodos de fuerte intensidad emotiva y lírica, tulo reveladoramente irónico, supone una pasando por la caracterización de personajes generación vuelta al mundo de aquellos universitarios del por medio del habla que les es propia. Con tardofranquismo con un pasado ya desprotodo, Guelbenzu no ha rematado una buena visto de nostalgia y un presente dominado novela. De él cabe esperar algo más, siendo por el fracaso y la desolación. como es uno de los valores más sólidos de espiral de gastarlo para compensar el essu generación. Aquí ha planteado bien la naComo otras novelas anteriores del autor, fuerzo invertido en ganarlo. rración, pero no ha logrado pergeñar el desaEl texto está organizado en dos partes divitambién La tierra prometida arranca a partir rrollo adecuado hasta el final. Porque su model encuentro- casual en este caso- de sus didas en breves capítulos sin numerar, precevimiento polifónico progresivamente asumido didas de un prólogo separadas por un indos personajes principales. En La noche en por los personajes, aun obedeciendo a las casa y El río dé la luna el comienzo y la termedio y seguidas de un epílogo Este necesidades expresivas ya apuntadas, no posterior rememoración eran motivados por la diseño externo contribuye eficazmente a recristaliza en un entramado orgánico de voces saltar los valores de la modal ización conscita de dos antiguos amantes. Aquí se trata en que cada una justifique de modo convinde dos viejos compañeros de estudios en la tructiva de la novela. Porque, en ambos nivecente su presencia. Y por lo mismo, la releUniversidad madrileña. Veinte años más les, el relato se configura como una gradual vancia de algunos personajes no alcanza una interiorización de voces narrativas en busca tarde, en un presente de fines del siglo XX integración suficiente en la trama. (página 141) coinciden en un aeropuerto de de su propia intimidad desgarrada por los esAlemania los ya cuarentones Andrés Palacio tragos del tiempo, el cansancio y la frustraEsta dispersión sería coherente si en el y López Mansur. Después de tanto tiempo ción existencial. Por eso el prólogo en el texto sólo contasen las voces de los personatranscurrido muy deprisa, ambos son, de que se relata el fugaz encuentro de los dos jes. Al haber desde el principio un narrador modo diferente en cada caso, dos naufragios agentes del protagonismo dual, está contado omnisciente, que incluso refiere algunos capíde existencias destrozadas. El primero ha lle- en tercera persona por un narrador omnistulos de la segunda parte, no se explica bien gado a ser un ejecutivo de sienes plateadas y ciente que muy pronto adopta la visión de el escamoteo final. Y no vendría mal una recon dinero, pero íntimamente desorientado en ambos personajes por medio del estilo indivisión estilística de molestas consonancias la vida, representativo de esa generación que recto libre para dar paso a la rememoración, como: Trataba de escapar de sus interrogatriunfa por fuera mientras se llena de vacío favorecida primero por el recuerdo de un bolídores como Dolores de sus perseguidores por dentro. El segundo es un alcohólico inde- grafo de plata y después por la memoria de (páginas 30- 31) una amante común. Esta es la materia evociso entre ia poesía y la docencia, agotado en todos los órdenes y amargado en una pa- cada en la primera parte, siempre dentro del Ángel BASANTA La tierra prometida