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ABC MADRID 20-03-1991 página 3
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ABC MADRID 20-03-1991 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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E D I T A D O PO R PRENSA ESPAÑOLA SOCIEDAD ANÓNIMA 20 DE MARZO DE 1991 FUNDADO EN 1905 POR DON TORCUATO LUCA DE TENA A vocación intelectual, literaria, artística, es algo extremadamente resistente. Es la explicación de la continuidad con que se ha realizado durante siglos, incluso milenios, a pesar de los grandes esfuerzos que se ha hecho para lograr su extinción. Estas vocaciones, apenas las circunstancias les permiten desplegarse, lo hacen con extraña tenacidad, movidas por una fuerza interior difícil de reprimir. Por eso creo que la única amenaza seria y duradera es la que podríamos llamar interna la pérdida de la tensión creadora. Porque las cosas son así, se ha mantenido durante un siglo la cultura española, a pesar de haber pasado por situaciones bien difíciles, con fases increíblemente penosas. Es un hecho que con frecuencia se desfigura. La ignorancia aliada con el partidismo suele descalificar, con manifiesta falsedad, diversos periodos de nuestra historia y los declara nulos y estériles, a pesar de que arrojan un saldo positivo que a veces asombra. Hasta poco antes de la guerra civil, los poderes públicos se ocupaban muy poco de la cultura, en gran parte abandonada a su espontaneidad, lo que hacía escasos sus recursos, pero no perturbaba su independencia. En los años de la República mejoraron considerablemente las instituciones culturales de todos los niveles, pero a la vez se inició una politización que había de ser funesta. La guerra significó el brutal aplastamiento de toda creación libre, y el compacto intervencionismo del Estado después de su terminación fue el golpe más fuerte que ha recibido en nuestro siglo: emigración, exclusiones, depuraciones, manipulación institucional, censura; todo ello hacía problemática la vida intelectual, que a pesar de ello sobrevivió con una vitalidad sorprendente. Lo que más se ha resentido es la continuidad a lo largo de las generaciones, en la medida en que ésta depende de la enseñanza y de los medios de comunicación. Las diversas legislaciones sobre la docencia, sin apenas excepción, han dado golpes difíciles de soportar, durante medio siglo, a la transmisión de la cultura. Si a esto se añade la función disuadora que han ejercicio muchas veces los medios de comunicación, para procurar que se lea lo que desean y se deje de leer lo que les estorba, se explica el hecho de que la creación sea muy superior a la difusión y asimilación general de la cultura. En Jos últimos tiempos, esto se ha intensificado cuando menos debía esperarse. La jubilación anticipada ha privado de la mayoría de sus cabezas a las instituciones docentes, en la fase de mayor rendimiento, y ha introducido un corte en la transmisión de la cultura. Las conse- ABC cuencias para los que son jóvenes serán inferiores sólo en grado a las que tuvo la depuración de 1939. Añádase a esto una hábil política de elogios, estímulos y silencios para modificar la realidad de la cultura y, sobre todo, su imagen pública. Sería iluminador estudiar la distribución de todo lo que llega a conocimiento de los españoles. Habría que precisar de qué personas y obras se habla de cuáles no se dice una palabra, qué fracción de la cultura se presenta ante los ojos y cuál sé procura esconder. Hay que advertir que a la larga esto no es eficaz. La verdadera cultura no se inventa; los autores a quienes hay que hacer la respiración artificial desaparecen tan pronto como los que la practican se cansan de ello- e s muy trabajoso- p juzgan que ya no es rentable. A la inversa, lo que tiene verdadero valor permanece y resulta casi siempre indestructible; lo que sí se perturba es el acceso a ello de los jóvenes, que son los que más pierden; el porvenir se presenta con una oscuridad que puede desembocar en una decadencia, a no ser que los individuos y la sociedad como tal hagan un esfuerzo enérgico para evitarlo. Y hay un aspecto cuya importancia me parece difícil de exagerar: la lengua española. No solamente es la lengua común de los españoles- que sea oficial es secundario- sino que lo es de más de trescientos millones de personas que la tienen como propia y en la cual viven y crean. No sólo es una de las grandes lenguas universales de Occidente, que ha alcanzado una perfección qüe acaso supera lo que en ella se ha escrito. No sólo el tesoro de lo creado en español es ilimitado, y en esta lengua es accesible gran parte de lo mejor que se ha compuesto en otras lenguas. Esta lengua es el vehículo de un milenio de historia de un gran pueblo europeo, y desde hace DOMICILIO S E R- R SOCIAL ANO, 6 1 2 8006- MADRID DL: M- 13- 58. PAGS. 144 L LA CULTURA Y LAS INTERFERENCIAS medio, de una inmensa porción de la humanidad; ha sido y es la radical instalación lingüística de una comunidad de países llenos de vitalidad y en pleno crecimiento. Pues bien, con pretexto de que en algunas partes de España se habla además otras lenguas, que también forman parte de nuestra cultura y son sumamente valiosas, se está llevando a cabo, y muy especialmente por parte de las instituciones y los poderes públicos, una limitación en el uso, un intento de desprestigio, de la lengua mediante la cual se realiza nuestra vinculación con el mundo hispánico y nuestro puesto en el mundo. El bilingüismo establecido legalmente en varias regiones es justo y legítimo; lo que no es, por el contrario, es su incumplimiento. Las Universidades y otras instituciones se nombran en la lengua regional, no, como debería ser, además de en la nacional, sino exclusivamente, en un increíble alarde de provincianismo o aldeanismo. Se está consiguiendo que muchos españoles jóvenes no consideren como propia la lengua que les puede permitir el acceso a la plenitud de la cultura; se puede llegar a que realmente no sea propia y queden confinados para toda su vida en el espacio de una lengua que puede ser entrañable y valiosa, pero que aislada es una limitación. Si se repasa todo lo que se ha hecho en esta dirección en los últimos años, se siente honda preocupación por el porvenir. Adviértase que no es que las cosas hayan quedado abandonadas a su espontaneidad; esto sería sano y no suscitaría ningún temor. Es la intervención de los poderes públicos- o de grupos ambiciosos que tratan de alcanzar parte de ese poder y del presupuesto- la que está llevando a cabo, una operación cuyos resultados pueden ser desastrosos antes de que termine el siglo. En algunos casos, se llega a extremos risibles, de los que prefiero no hablar. Y, por aña- didura, todo ello se combina con un conocimiento muy deficiente de lo verdaderamente interesante que se ha escrito en las otras lenguas de España. Confío en que no terminemos el siglo XX en plena decadencia. Creo profundamente en la vitalidad de los españoles y en la fuerza y autenticidad de sus vocaciones. Espero que dentro de algún tiempo, tan pronto como midan sus consecuencias, los que ahora son muy jóvenes pidan cuentas a los que han ejercido sobre ellos toda una serie de despojos que tienden a que sus vidas sean menos abiertas, ricas y verdaderas. Julián MARÍAS de la Real Academia Española EDICIÓN INTERNACIONAL Un medio publicitario único para transmisión de mensajes comerciales a ciento sesenta naciones

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