ABC MADRID 16-02-1991 página 87

SÁBADO 16- 2- 91 ESPECTÁCULOS Crítica de teatro ABC. Pág. 87 Feliz retorno de Calvo- Sotelo con La pasión de amar enel Centro Cultural de la Villa Madrid Título: La pasión de amar de Joaquín CalvoSotelo. Dirección: Jesús Puente. Escenografía: Julián Pérez Muñoz. Figurines: Pedro Moreno. Luminotecnia: Miguel Ángel Camacho. IntérpreTras un período de silencio excesivamente prolongado, Joaquín Calvo- Sotelo, uno de los grandes autores de nuestro teatro de la postguerra, retorna al escenario con un drama que ha titulado La pasión de amar Aunque situada la acción entre 1502 y 1533 y referida al desdichado matrimonio de Catalina de Aragón con Enrique VIII de Inglaterra, Calvo- Sotelo no ha intentado construir una pieza estrictamente calificable como teatro histórico. La percepción del autor voluntariamente restringe el campo conocido de los sucesos históricos al círculo, más apretado, de una pasión de amor Esa restricción aleja, moderniza el drama. Lo sentimentaliza. Y sin embargo, la lente reductora no hace de este drama de amor un drama romántico al modo en que Schiller trataba este tipo de sucesos. Para Calvo- Sotelo el motivo interesante es el amor, mal correspondido, de una oscura castellana la hija de los Reyes Católicos, que aspira- a compensar el fracaso de un matrimonio prematuro con un principito, el príncipe Arturo, que no consumará en el tálamo los puros gozos del amor que la princesa importada se prometía. Sobre esa situación el dramaturgo embellece la peripecia un poco sórdida de una princesa castellana, de carácter devoto y retraído, producto de la cultura severa, militante, todavía nómada que rodea a sus padres y la convierte en una pasión amorosa juvenil que Catalina siente por el joven, fuerte, viril hermano de su no viril esposo no consumado. Probablemente, la historia no es tal. Es fama que Catalina opuso gran resistencia a su cuñado el príncipe Enrique y que accedió tarde a sus pretensiones, cuando ya el trono le había dado la corona paterna. Todos los personajes utilizados están en función de esa idea. El largo matrimonio de Catalina con su marido, algunos años más joven que ella, aparece hermoseado. Al desdén, a la infidelidad grosera del Rey, la esposa opone un amor desenfrenado, sensual. Todo lo demás queda en segundo plano. Incluso la influencia de Ana Bolena, más joven, que encela la pasión del Rey negándose a satisfacerla si no viene acompañada de la cotes: Amparo Larrañaga, José Coronado, Charo Soriano, Manuel Arias, Luis Zorita, Alberto Fernández, Paco Pino, Julio Téjela, Elena Cores, Paola Dominguín, Francisco Ruiz, Tomás Elizalde, David Zarzo. Centro Cultural de la Villa. en cambio, eficaz. Pero la obra, en su conjunto es un trabajo que nos prueba para nuestra satisfacción, que el autor conserva su mano; que sigue en su capacidad de mostrar un teatro bien hecho, pulcro, valioso en su forma literaria. Puente ha dirigido sin poner imaginación esa linealidad estructural situándola en el centro de un bello decorado flamígero que aprieta la acción, tal vez como el dramaturgo la ha apretado en torno a una idea sentimental y poética. Amparo Larrañaga es una actriz deliciosa y luce una variedad de registros que tornasola el lírico personaje de Catalina, la primera de las seis esposas del sensual monarca que consumó el Cisma de la Iglesia cuando ya se habían abierto camino en las cortes de Europa. Tiene personalidad física José Coronado, que se ajusta bien y con cierto parecido al famoso retrato que Hólbein hizo de Enrique VIII, aun a pesar de que el tiempo no está matizado en el montaje. Siempre es una actriz sólida y honda Charo Soriano. Pone densidad rona, está difuminada. Y algún gran personaje como el duro, maquiavélico luterano que fue Thomas Cromwell, caído en desgracia a causa del pleito divorcista de su señor, es utilizado en segundo plano. Calvo- Sotelo ha dialogado con finura, con alta calidad literaria una serie de escenas que componen estructuralmente el curso lineal de un problema al que se le resta el relieve de su largo transcurso. El enfoque se queda fijo en las figuras de Catalina y Enrique, dibujadas con calidad, con capacidad recreadora y destacadas sobre el segundo plano de las otras figuras en torno a un lecho que aparece y desaparece siempre como enseña pasional de un tiempo que se detiene pudorosamente ante los últimos años, ya anulado su matrimonio, de Catalina. Una coda para dar, como flash- back la razón suprema del suceso sentimental e histórico, llega después del climax dramático que está en la lectura de la carta postrera y la muerte de la reina. El atrevido anacronismo es lícito en el carácter poético del drama. No es, Joaquín Calvo Sotélo humana en un personaje bien escrito, la fiel, y muy segoviana, servidora de la reina. Téjela entorpece el Cromwell acentuando el voluntario difuminadq, del autor. No es creíble Paola Dominguín como la carnal, astuta y muy femenina Ana Bolena, y completan un friso los restantes personajes. La pasión de amar es una obra considerable. Un texto de calidad literaria no habitual en el escenario matritense. Montado con respeto, quizá demasido lento en las mutaciones, que puede ser mejorado, con vistas a la eficacia, en el necesario repaso técnico después de la noche triunfal de su estreno, que seguramente trajo a la memoria deí autor muchas de sus grandes noches de una larga carrera de magnífico autor de piezas teatrales. Lorenzo LÓPEZ SANCHO Gala: Los buenos días perdidos sigue teniendo una actualidad estremecedora Córdoba. Antonio Rodríguez El autor de Los buenos días perdidos Antonio Gala, junto con los actores y el director de la obra, presentaron en rueda de Prensa la comedia que volvió a estrenarse anoche en el Gran Teatro de Córdoba, diecinueve años después de su primera puesta en escena, que tuvo lugar también en esta ciudad. He escrito Los buenos días Explicó Antonio Gala que la perdidos con voluntad de contar obra se estrenó por vez primera una historia española. Sus peren Córdoba en 1972 y relacionó sonajes y su anécdota pertenea los actores con la ciudad del cen al censo de nuestra tradiestreno, destacando que Mary ción manifestó Gala. El autor, Carrillo tiene el premio Góngora refiriéndose a la interpretación en su poder; Jesús Bonilla, el de Mary Carrillo, dijo que no premio revelación Góngora, y así hay ningún elogio superior a su sucesivamente. Sobre Teresa nombre Hurtado explicó que es más conocida que la mezquita y sobre La obra de Gala, está dirigida el director, que es imposible mepor Ángel F. Montesinos, que ya la repuso en los años setenta, jorar este reestreno. Más adelante reconoció que se trata de una aunque el director de la primera obra superpremiada y que él le puesta en escena fue José Luis tenía un afecto especial. Alonso. La escenografía en esta Sobre la obra en sí y su gestaocasión también ha estado a cargo de Francisco Nieva, al ción declaró que en su día se igual que la interpretación del concibió como una especie de papel principal, a cargo de Mary cocido madrileño que debía oler Carrillo. El resto del reparto lo ina pobre, a cutre. Es una cometegran Teresa Hurtado, Jesús dia picaresca. Se pensó en MaBonilla y Luis Fernando Alves. drid; se escribió en parte en Granada, pero yo insistí en aquella ocasión en que debía ser estrenada en Córdoba. Entonces yo creí que Mary no iba a aceptar su interpretación, porque ella hacía otro tipo de papeles, pero ella dijo que ¡Tiene tanta carne este papel! Según Gala, en Los buenos días perdidos yo quería reflejar a una sociedad que tenía esperanza en que pasara su presente y ahora sentimos decepción porque esa sociedad aún no ha pasado. Hubo un momento inhóspito en la realidad española del siglo XVII, la solución era o salir por arriba, a través de la mística, o salir por los sótanos, que es la picaresca Para Gala, los personajes siguen teniendo una actualidad estremecedora y descorazonadora. Declaró el autor que el teatro es mucho peor que el Sida. Yo lo iba a dejar, pero como sucede con esa enfermedad, aún no se ha encontrado la vacuna para dejarlo