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ABC MADRID 22-10-1990 página 22
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  • EdiciónABC, MADRID
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22 A B C OPINIÓN LUNES 22- 10- 90 Prensa Extranjera Gibraltar, la última colonia La suspensión de las conversaciones de Douglas Hurd con los palestinos en Israel fue motivada tanto por las malévolas interpretaciones israelíes como por la indecisión británica sobre la cuestión palestina. Demostró con qué facilidad pueden perder el equilibrio quienes caminan por la cuerda floja de la neutralidad. Si hay que extraer una lección, es la falta de cordura de pretender estar con ambas partes en una cuestión controvertida. Otros cinco o seis objetivos de la política exterior británica adolecen de la misma falta de claridad. Los planes británicos con respecto a las islas Falkland (Malvinas) y Gibraltar comparten la ambigüedad demostrada en la cuestión palestina. La política sobre el Tíbet está marcada por la timidez; con Europa por las divisiones internas; con Georgia del Sur por la debilidad, y con Chipre por la negativa a cumplir las obligaciones del tratado. En el caso de Hong- Kong refleja las vacilaciones de un ratón negociando con un gato. Esto no quiere decir que toda la política exterior británica sea disparatada. Nadie duda de su claridad en cuanto a las armas nucleares, las sanciones contra Pretoria, los emigrantes vietnamitas, la democracia en Europa Oriental, las virtudes del presidente Gorbachov o la perversidad del coronel Gadafi. Considerada en su conjunto, la política británica refleja el conflicto entre Margaret Thatcher y sir Geóffrey Howe durante los seis años en que éste desempeñó la Secretaría de Estado. John Major no tuvo tiempo de aprender antes de encomendársele otra función. El nombramiento de Hurd hace un año cambió la situación. En cuanto a Gibraltar, el Acuerdo de Bruselas de 1984, en virtud del cual Gran Bretaña y España acordaron reunirse anualmente, fue un paso importante. Sir Geóffrey lo completó con una segunda señal clara de las intenciones británicas al anunciar la reducción y eventual retirada de la guarnición británica. Estas medidas fueron acompañadas por promesas de que Gibraltar no sería devuelto a España contra la voluntad de sus habitantes. Gran Bretaña parece hallarse en medio de una encrucijada y Mr. Hurd no ha esclarecido la confusión. Puesto que España es actualmente una democracia, integrada en la CE y en la OTAN, no existe justificación para continuar manteniendo la única colonia de Europa Occidental. Es hora de persuadir a los gibraltareños para que acepten de buen grado la soberanía española. Andrew McEwen. The Times (Londres) Escenas políticas LA CASA COMÚN E STÁN queriendo convertir al PSOE en la casa común de la izquierda, y a lo mejor lo consiguen. De momento avanzan hacia el partido, hacia el PRI celtibérico, Enrique Curiel y doscientos de los suyos, y Enrique Curiel no es el primero que llega, porque ya llueve sobre mojado. Hace tiempo que el PSOE está merendándose a la izquierda comunista y extraparlamentana. La rosa socialista nos ha salido una rosa carnívora que engulle al que se le aproxima y expele al que no se le acomoda. Pero también es posible que eso de la casa común de la izquierda se les esté quedando corto, y quieran convertir al PSOE en la casa común de todos los partidos. Por de pronto, también han engullido al centro, y don Adolfo Suárez está dentro del vientre de la ballena como el mismísimo Jonás. Empezaron nuestros socialistas por apartar discretamente a don Carlos Marx para acercarse de puntillas a la socialdemocracia y han terminado por apropiarse del centro tan pronto como ha caído el muro de Berlín. Y aún hay más. Algunos procedimientos socialistas se identifican con los hábitos y los tics de la derecha más cerril y autoritaria. En eso de derechistas cerriles van más allá de lo que iría Javier Tusell, pongo por ejemplo de derechista cerril y de extremista mastuerzo. A este paso se quedan con la tienda política íntegra, -con todo el arco parlamentario y con la gaita extraparlamentaria. don Manuel Azaña, a quien desde luego desprestigió y vituperó la derecha. Los Tusell de entonces le llamaron el Verrugas, lo mismo que a don Niceto Alcalá- Zamora, que era todavía más de derechas que don Manuel, le llamaj, ron el Botas. Por muy inclemente y cerril que sea una parte de a l a derecha española, especial, mente algunos ejemplares de la- -J democracia cristiana, hay que reconocer que la izquierda es aún más inclemente en lo del vituperio, el mote, la mofa y el escarnio. Ahí, entre la mordacidad de Alfonso Guerra y el desangelado empecinamiento de los javiertuselles no hay mucha diferencia. Bueno, sí, la diferencia del ingenio. Guerra es mucho más ingenioso. Javier Tusell no pasa de la estatura epigramática y polémica de Chiqui Benegas. mesas de estudio do b a l b o a 9 Por ejemplo, puesto don Chiqui a regañar a Jorge Semprún por las críticas que ha adelantado al programa del socialismo 2000, dice que ninguna persona sensata criticaría el programa sin esperar a que fuese aprobado. ¡Anda, don Chiqui! ¿Es que no se puede criticar algo que todavía no haya alcanzado su redacción definitiva? ¿No serán más útiles las críticas cuando aún se esté a tiempo de hacer correcciones? Este don Chiqui, desde que saltó a la calle el escándalo del viudo de Sevilla, tiene una sensibilidad de princesa del guisante. Parece don Chiqui Mírameynometoques. Lo de la casa común, vaya por Dios. Si unos abren las puertas y otros entran por Lo mismo hacen con las figuras que ya uvas y pasan por el aro, paciencia y barajar. Tampoco es cuestión de dejar a Juan son estatuas. No hace mucho, don Alfonso Guerra como el habitante de la casa desGuerra se montaba encima del caballito habitada. profesoral y ético de don Julián Besteiro, que también se necesita tupé, y ahora Jaime CAMPMANY quieren quedarse también con la figura de

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