ABC MADRID 26-06-1990 página 137

Boom, boom Jill Jones M ORENA como la pólvora, prendió su primer cartucho en España durante el festival de música Ibiza 92. La explosión se produjo junto a Ruichy Sakamoto, el David Bowie oriental, pero sus primeros pinitos en el mundo de la música los ejecutó en la banda del inefable Prince, el mismo que ha decidido producir su segundo disco de larga duración que promete ser una bomba: Boom, boom y el mismo que figura como amante suyo en la película que próximamente se estrenará en España: Graffiti bridge Jill Jones nació en Ohio hace veinticuatro años, hija de padres músicos, lleva en la sangre notas de color y en su cuerpo el envidiable movimiento de la gente de su raza. Niega que Prince sea una maldición del infierno y que sus canciones sólo sean aptas para mayores de edad, la gente está equivocada con él, a pesar de la fama de bad boy que tiene, el príncipe es un chico elegante. A los dieciséis años conseguí entrar en su banda, de pura casualidad, ya que fue un asunto que decidieron nuestros respectivos representantes y trabajar juntos fue muy positivo para mí. Pero ha llegado la hora de la verdad y tengo que volar sola. En este disco he puesto todo lo que llevo dentro y he cuidado hasta la última coma de las letras, de las que soy también autora aseguró a ABC. Sin embargo, esta chica boom donde las haya, con la misma dosis de inteligencia que de belleza y tranquila por naturaleza, pierde la compostura cuando se cita a Sakamoto. Es un tipo de hombre que sólo se conoce una vez en la vida. Posee el embrujo propio de los orientales. Consigue al hablarte que sientas que no eres de este mundo Aunque las comparaciones resulten siempre odiosas, sobre todo para el que sale perjudicado, Jill Jones no duda en inclinar la balanza a favor de la serenidad amarilla de Sakamoto frente al nervio negro del escurridizo Prince. Sakamoto es un genio, un verdadero artista que tiene todas las posibilidades del mundo, y no sólo porque reconozca su trabajo como actor en diversas películas como Feliz Navidad Mr. Lawrence o por componer bandas sonoras tan admirables como la de El último emperador él es un verdadero artista que respira talento por todos sus poros. Entre Prince y él no hay color. La morena Boom, boom Jill Jones pisa fuerte, pisa con garbo y lo hace con gracia, de momento sus terrenos son el vinilo y el celuloide, pero, ¿quién sabe por dónde andará de aquí a unos años? De momento sobre tablas de Graffiti bridge Carmen DE CARLOS MARTES 26- 6- 90 ABC 137