ABC MADRID 06-06-1990 página 153

Los milagros de Antoñito López salen a la escena del teatro Príncipe NTOÑITO parece un muchacho común, pero hay un dato nada desdeñable que le aparta del resto y lo hace diferente. Antoñito López habla con la Virgen, para disgusto de sus padres, preocupados porque su hijo, en vez de perderse en la noche de ías fiestas, haya preferido mantener esos largos diálogos en su propia casa. Pero para terminar de rematar el asunto, Antoñito López también hace milagros, lo que, eso sí, resulta del todo intolerable para la familia, que empieza a notar cómo la vecindad los mira de reojo como si fueran unos bichos raros. Esto es, en resumen, lo que nos cuenta Rafael Mendizábal en De cómo Antoñito López, natural de Játiva, subió a los cielos una divertida comedia que acaba de estrenarse en el teatro Príncipe. La historia se sazona con episodios del todo cómicos que- provocan la carcajada del público aunque oculten, en él fondo de la risa, una pizca de acida crítica. Así, cuando la madre de una inválida curada por Antoñito pide que le devuelva la invalidez para poder así seguir cobrando la pensión o cuando el sordo que vuelve a oír se entera de que su mujer le engaña con un amante. La obra, que cuenta con un final antológico con Antoñito subiendo a los cielos con la ayuda de una escalera plegable, tiene para llegar a buen puerto la ayuda de estupendos actores como Mary Begoña y Antonio del Real. Completan el eficaz reparto Marisa Porcel, Manuel Salguero, Alberto Magallares y Ángela Bernalt. De cómo Antoñito López, natural de Játiva, subió a los cielos pone en la cartelera madrileña humor en grandes cantidades al alcance del público, que no para de reír las ocurrencias de los personajes. Rafael Mendizábal procura así un respiro ideal para los días de verano que ya se viven en la ciudad. A S. G. MIÉRCOLES 6- 6- 90 El público que acude al teatro Príncipe no para de reír con las ocurrencias de los personajes de lá obra De cómo Antoñitb López, natural de Játiva, subió a los cielos un sainete que procura la sana carcajada en el preámbulo del verano. ABC 153