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ABC MADRID 31-05-1990 página 30
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ABC MADRID 31-05-1990 página 30

  • EdiciónABC, MADRID
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30 ABC INTERNACIONAL Cumbre EE. UU- URSS- JUEVES 31- 5- 90 VENTA Un Bush muy seguro tratará de no desestabilizar a un Gorbachov debilitado La oposición interna mina el prestigio del presidente soviético Washington. J. V. Boo A. Sotillo Los presidentes de Estados Unidos, George Bush y de la URSS, Mijail Gorbachov, se reúnen hoy en la cumbre de Washington con una importante agenda que cumplimentar. Aunque la posición del mandatario norteamericano es de arrolladura superioridad respecto de la del soviético; George Bush se ve obligado a prestar atención a los intereses de la URSS pues corre el peligro de desestabilizar el Kremlin y llevar el caos al país. Bush está verdaderamente fuerte en todos los aspectos. En el terreno doméstico, las encuestas le otorgan el apoyo abrumador de la mayoría de los norteamericanos, incluidos, por primera vez, los de color. En política exterior, el panorama es igualmente claro: éxitos en Panamá y Nicaragua, consolidación del liderazgo en la OTAN, sintonía plena con Alemania y apoyo cada vez más claro de los países del Pacto de Varsovia. Pero el presidente norteamericano sabe G. Bush que Gorbachov no está en situación tan desesperada como le pintan algunos, ni ha perdido en absoluto su capacidad genial de salir indemne de situaciones comprometidas. La única inquietud de Bush proviene de que Gorbachov es un maestro consumado de las sorpresas, y esto es lo único que la Casa Blanca no puede prever ni controlar. A Bush no le interesa en absoluto la derrota de su adversario, sino obtener resultados que convengan a EE. UU. al mismo tiempo que refuerzan la estabilidad de la URSS. A pesar de las críticas crecientes, Bush continúa apostando por Gorbachov y por el alivio de la tensión sobre la URSS, como refleja la extraordinaia prudencia de Washington ante el problema báltico o el creciente apoyo a Moscú en el terreno económico. El presidente norteamericano ha dicho que intentará convencer a Gorbachov de que la permanencia de una Alemania unida en la OTAN es un factor de estabilidad para la URSS. Pero en ese capítulo la suerte está echada, y lo que hace Bush es tender un puente de plata para que Gorbachov acepte lo que no puede evitar. Es más: Washington y Bonn están dispuestos a ofrecer contrapartidas militares y económicas a Moscú, cuándo podrían simplemente dejar que el paso de algunos meses convierta en insostenible la presencia de los soldados soviéticos en el territorio de la RDA. Bastaría para desencadenar el proceso con que el Gobierno de Lothar de Maziere pidese formalmente su retirada, como han hecho sus colegas de Hungría o Checoslovaquia. Pero el riesgo de provocar un golpe de timón militar en la URSS aconseja a Bush moderación en el triunfo hasta que todo el proceso de reajuste de Europa llegué a buen puerto. Gorby no es un apelativo muy afortunado para cortejar durante esta cumbre de Washington al presidente Mijail Gorbachov, quien está obligado a mostrarse especialmente trabajador, responsable, enérgico y seguro de sí mismo durante una visita al sueño norteamericano Cuando las tiendas de comestibles echan el cierre en Rusia, la violencia convulsiona el Cáucaso y la determinación independentista domina el Báltico, Gorbachov se ve obligado a ganar en la arena internacional la autoridad política que está perdiendo en su propio país. El presidente soviético no ha venido a brindar con vodka por el buen humor de las superpotencias, ni a pasear en lancha motora con el presidente Bush, ni mucho menos a dejarse extasiar como M. Gorbachov Breznev o Jruschov por la opulencia o la vitalidad norteamericana. Ni el presidente soviético está para bromas y ni su país le perdonaría el menor atisbo de frivolidad o incluso de complacencia CQn la que pudiese quedar de relieve la estabilidad norteamericana, frente a la convulsión soviética. El pueblo ruso no le perdonaría el menor gesto de frivolidad ni a él ni, mucho menos, a Raisa, que lejos de joyerías y almacenes de modas, mantendrá el tono grave y dramático del encuentro con una visita a un hospital para niños enfermos. La apurada situación de su país pone a Gorbachov. en una posición de debilidad. Cualquier exceso de complacencia daría una cierta impresión de derrota a sus reticentes correligionarios del Partido. Pero también cualquier exceso de beligerancia haría recordar aquel malvado comentario de Gromiko, cuando éste recomendó al actual presidente soviético a los halcones del Comité Central diciendo que, tras su encantadora sonrisa, Gorbachov esconde unos dientes de aceros Para mantener el equilibrio, Mijail Gorbachov ha procurado sustituir los brindis y ceremonias de amistad de anteriores encuentros por sesiones de trabajo y más trabajo, en las. que intentará resolver la paradoja de que jamás haya habido tantas dificultades, ni al mismo tiempo hayan estado más cerca las posiciones entre Washington y MoscúEn sus momentos difíciles, el presidente soviético intenta impresionar lanzándose a la arena con una temeraria seguridad en sí mismo. El escenario, por tanto, está dispuesto para que Gorbachov haga una exhibición de agudeza verbal y, como viene haciendo en algunas de sus últimas intervenciones a la defensiva- sobre todo desde su visita al Lituania- para que mezcle la temeridad con unas gotas de cólera y demagogia. Pero Gorbachov es también un político que no está muy seguro de por qué galaxia vaga su ideología, pero qué fundamentalmente apuesta por el sentido drástico, procurando evitar siempre que el juego se salga de los límites de la sensatez. EN VENTA O ALQUILER TOBRASA RENTITOSA Lunes a Viernes Información C Carretas 14- 4 C C Tels. 5324836 52245 29

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