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ABC MADRID 21-05-1990 página 22
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ABC MADRID 21-05-1990 página 22

  • EdiciónABC, MADRID
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22 ABC OPINIÓN LUNES 21- 5- 90 Panorama ON la L detrás y delante la carretera, y por dentro los nervios a cien y la cabeza a quinientos. La cuenta del banco a cero y el piso por pagar, por pagar el último plazo del coche y la tele. Y la vida entera, que es lo único que no tienes de segunda mano, lo único que estrenas, y lo que- sale más caro a la larga, a la larga la vida es lo que menos te dura y lo más caro y lo más nuevo. Y encima querrán pedirte cuentas. De eso, de tu vida. Querrán saber por dónde vas, de dónde vienes, a cuánto vas y dónde quieres pararte y por qué pasas de largo, con tu L a la espalda, pisando a fondo y saltando el disco porque te olvidas de reducir, te olvidas de que estás aprendiendo y en la primera esquina bajas y escondes la L que no te hace gracia ahí atrás, delatándote. Porque si tiene que pasar algo grave la culpa la vas a llevar tú, avises o no avises, y no servirá de nada ir a menos, el golpe lo vas a pagar tú, el seguro no se hace cargo de un coche de segunda mano, de un novato capaz de arruinar la paciencia y los caudales de todas las compañías. Y para que el golpe sea menos duro te invitan a pagar el doble. Pero la cabeza te la vas a romper igual y en el bolsillo es lo mismo no tener un duro que no tener medio. Y no has nacido para conducir. Un coche lo lleva hasta el más necio, eso era lo que creías. Pero has tenido que meterte dentro para darte cuenta de que conducir no es cuestión de inteligencia. Ni vivir. Y de que eres tan inútil para una cosa como para la otra, porque vivir, como conducir, es cuestión de mecánica. Y de dinero. Con cuatro nociones ya tienes suficiente, eso era lo que creías. Pero aunque escondas la L y aunque agotes el kilometraje, aunque vivas más que los viejos coches y las teles antiguas, lo tuyo es un problema existencial. Porque el motor está bien, pero nunca dejarás de aprender, no se te irá nunca la cara de miedo. Aunque disimules. Porque conducir conduce hasta el más necio. Y derecho a vivir lo tiene hasta el más infeliz. A nadie le cabe duda, y es bastante corriente que un necio parta en dos a cualquier infeliz y que cualquier infeliz, sin coche y sin derecho, le rompa el corazón a cualquier necio. Y para reducir los gastos y el efecto del golpe, encima quieren que lleves casco. Meterte en el casco para no oír ni ver ni sentir lo que pasa afuera. Y querrán pedirte cuentas. Y nadie se responsabilizará. Pero si te blindas el corazón la carrera tiene menos sentido, y menos gracia. Y lo tuyo es ir a ciegas, esconder la L y no aprender nunca, y estrellarte contra el primero que se cruce en el camino, se lo merezca o no. Luego, a la larga, ni dinero, ni mecánica. Es todo cuestión de suerte. Pero los gastos de la reparación y del entierro correrán de tu cuenta. Luisa CASTRO C Escenas políticas: JUAN GUERRA Y JUDAS M ONSEÑOR Cirarda, arzobispo de Pamplona, se creyó hace poco en la obligación pastoral de criticar los frecuentes casos de corrupción que se dan en la vida política española. El señor obispo previno a sus fieles contra tres peligrosos hábitos de la sociedad actual: la corrupción política, el consumo de drogas y el desmadre del sexo. El escándalo de las corrupciones políticas amenaza con deteriorar gravemente la confianza de los ciudadanos en los políticos, administradores de la cosa pública y de desanimar al pueblo en el cumplimiento de sus deberes y ejercicio de sus derechos políticos. Si no se ataja y evita el escándalo de la corrupción política, no sería extraño que los españoles se alejaran cada vez más de la participación en la vida pública, con el consiguiente descrédito y envilecimiento de la democracia. Cualquier toque de atención acerca de este peligro sea bienvenido, y mucho más si llega desde las voces más prudentes y autorizadas de la Iglesia. Pero la soberbia de nuestros socialistas les impide escuchar lecciones de nadie, ya vengan de varones sabios y prudentes, que además no están metidos en la polémica política y que no aspiran a ningún botín electoral. Nuestros socialistas están en posesión de la verdad, ellos son los dispensadores del dogma, se encuentran fuera del alcance de las críticas, son inatacables e invulnerables y nadie tiene derecho a juzgar sus acciones y operaciones o a señalar sus errores, ni opositores, ni prelados, ni intelectuales, ni periodistas, ni obreros, ni empresarios, ni jueces, ni moralistas, ni los vivos ni los muertos. Y tan pronto como habló monseñor Cirarda, arzobispo de Pamplona, saltó Gabriel Urralburu, presidente socialista del Gobierno de Navarra, y dijo que lo de Juan Guerra es una pequeña broma al lado del escándalo de las finanzas del Vaticano. O sea, que a callar. Gracias a Roberto Calvi, el Banco Ambrosiano, la P- 2 y monseñor Marcinkus, el galopín de Juan Guerra puede andar por ahí vendiendo favores de su hermano y haciéndose más famoso de favores en Sevilla que la popular Dolores de Calatayud. Y los obispos, a achantar la muí. Menos mal que Urralburu no se ha remontado a lo de Judas. Aquello sí que fue un caso tremendo de tráfico de influencias. Por treinta monedas de plata, Judas les vendió a Anas y Caifas no La Carrascosa sino a Jesucristo. Lo de La Carrascosa es una broma al lado de aquello. Es como si Narcís Serra le hubiese vendido a Anas el Huerto de los Olivos. Lo que tiene que hacer monseñor Cirarda es llevarse mucho cuidado con lo que habla por teléfono, no sea que el juez Manglano le grabe alguna conversación sobre bodigos, exvotos o sufragios o alguna desviación episcopal de los diezmos y las primicias. Aquí, mientras Judas sea Judas, y mientras monseñor Marcinkus no venga al programa de Mercedes Milá a explicarle al personal que en lo suyo no hay ná pena monseñor Cirarda, sobre la corrupción política, ni palabra. Lo que dice Juan Guerra: A ver si aquí solamente Judas, que era el Naseiro de los apostóles, va a tener derecho a enriquecerse. Jaime CAMPMANY ¿TIENE ALGO QUE VENDER? Utilice la Sección de Anuncios por Palabras de)

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