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ABC MADRID 04-05-1990 página 49
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ABC MADRID 04-05-1990 página 49

  • EdiciónABC, MADRID
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VIERNES 4- 5- 90 MADRID -Barrios- A B C 49 La Elipa Contraventana La Funeraria incrementa la vigilancia en el cementerio de La Almudena Queda prohibido lavar automóviles y tomar fotografías Madrid. E. P. La Empresa Mixta de Servicios Funerarios ha reforzado las medidas de seguridad en el cementerio de La Almudena. La funeraria madrileña ha conseguido que disminuyan considerablemente el número de personas que acudían habitualmente a drogarse o abrir las tumbas para utilizar los huesos de los fallecidos. El aumento de la vigilancia en el camposanto impedirá que se produzcan atracos a las personas que acuden a La Almudena. Aparte del incremento de las medidas de seguridad en La Almudena, la funeraria ha prohibido que se realicen, sin su autorización, fotografías en todo el recinto del camposanto, ya que algunos familiares de los difuntos allí enterrados han protestado por la aparición en la Prensa de imágenes en las que aparecen las tumbas de sus allegados. Las sepulturas, aunque estén en un cementerio público, son propiedad privada y, según la Empresa de Servicios Funerarios, no se pueden fotografiar sin permiso de sus dueños. Así, las tumbas del ex alcalde de Madrid Enrique Tierno Galván y del torero José Cubero Yiyo que reciben numerosas visitas, no podrán ser fotografiadas a partir de ahora sin el permiso de la funeraria. Fuentes de los servicios de seguridad de la funeraria aseguraron que también ha disminuido considerablemente el número de personas que se dedican al lavado de sus automóviles en el cementerio, pues las patrullas de seguridad también lo impiden. En la necrópolis de La Almudena existen numerosas fuentes con el fin de que las personas que lo deseen puedan llenar de agua sus recipientes de flores para depositarlos en las tumbas de sus difuntos. Precisamente, junto a estos lugares se realizaba con frecuencia el lavado de automóviles. Otra de las medidas adoptadas en el camposanto para mejorar su entorno ha sido el asfaltado de sus vías más importantes. Hasta hace poco, las calles más importantes del cementerio tenían grandes baches y muchas de sus zonas se encontraban empedradas, lo que provocaba el malestar de las numerosas personas que se acercan a diario hasta esta necrópolis. Algunos visitantes se quejaban de la cantidad de baches que había en algunas calles interiores de La Almudena. Otras mostraban su malestar y en algunos casos incluso la indignación por la estrechez de varias de sus vías, que las hacían prácticamente inaccesibles. Sin embargo, y durante la Semana Santa, se realizaron labores de arreglo y mejora de las avenidas de La Almudena. Estas obras se sumaron a los trabajos de rehabilitación que realiza la Empresa Mixta en el pórtico de la entrada principal al cementerio. POLICÍA A CABALLO La otra cosa un tanto olvidada, entre los buenos propósitos del poder municipal, ha sido la garantía de seguridad a los madrileños. ¡Con la ilusión que hacía! Ya se sabe que el Ayuntamiento no puede soportar esta carga, que ni siquiera está en la esfera de su competencia directa. Colabora y, de hecho, lo hace bien. Trádicionalmente, el guardia municipal ha sido un agente responsable y eficaz a la hora de integrarse en una planificación que ofrezca garantías para la paz ciudadana. El alcalde y su equipo de gobierno entendieron con suficiente sensibilidad el necesario esfuerzo que requería la causa de la seguridad urbana. La calle estaba abandonada de toda vigilancia, empezando por la limpieza y terminando por el asfaltado. En medio de ello, la inseguridad era algo que se había instalado en Madrid. Se masticaba. Se tomaron medidas, no sé si todas las posibles, pero se han alcanzado pocos reflejos. Entre la mendicidad y las actividades no recomendables se agazapan antesalas delictivas. Las obligaciones de Ana Tutor tampoco se ejercen con la diligencia que fuera menester. Las exigencias del alcalde, por lo menos, no trascienden en la medida que cabría imaginarse desde el mismo momento en que cogió la vara de mando y expresó tan saludables propósitos. Un clima y deseo de permisividad, de excesiva contemplación a una buena imagen- con óptica equivocada, desde luego- ha hecho que la presencia del orden municipal en la plaza de Santa Ana sea blandengue, por ejemplo, en tanto se aplica la asignatura de la colaboración al proyecto de poner a disposición de las prostitutas del entorno de Gran Vía un área de descanso. ¡Agárrame esa mosca por el rabo! Los niños que piden limosna, los adolescentes que limpian cristales de los automóviles y la inflación de ofertas ambulantes alrededor de los semáforos son debilidades del Ayuntamiento, donde terminan amparándose cantidad de delincuentes. Los atracos en plena luz del día no han descendido. Madrid es, definitivamente, una ciudad insegura, además de poco vigilada. Bueno, pues esa realidad es preciso contrastarla con el recuerdo de aquellos agentes a caballo- como la Policía Montada del Canadá- que intentó enseñar el actual alcalde... seguramente para que se hicieran unas fotografías. No es que pretenda sugerir el guardia a caballo en los andenes del Metro, si siquiera por la Castellana, donde actúan los navajeros con excesiva frecuencia. La idea estaba concebida para los parques y, en realidad, no faltó nunca en la Casa de Campo. Lo que quiero poner de manifiesto es la falta de perseverancia de tantos buenos propósitos, el primero de los cuales era garantizar una seguridad perdida y devolver el decoro al casco urbano del centro. Tengo para mí que lo uno y lo otro sigue perdido, cuando el reloj del primer round del mandato del señor alcalde está más cerca de indicar la señal de la campana, y la condición del segundo asalto se presenta incierta, lo mismo que las enciclopedias del Grado Elemental decían acerca del reinado de Witiza... El problema no radica ya en que algo ande perdido, sino en la evidencia de que no se pone, al menos, empeño suficiente para buscarlo... Luis PRADOS DE LA PLAZA Barajas Salamanca Se organizan visitas, con guía, al parque del Capricho Madrid. Isabel Redondo La Junta municipal del distrito de Barajas ha llegado a un acuerdo con la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad autónoma para programar una serie de visitas al parque del Capricho, uno de los jardines de estilo romántico más bellos que existen en la ciudad. Las visitas tendrán lugar los sábados y domingos, en grupos de cien personas. Cada una de éstas deberá poseer un vale gratuito que le permita la entrada al parque. Una vez dentro del grupo, los visitantes serán atendidos por unos guías que les mostrarán, con toda clase de explicaciones, no sólo los espacios abiertos habitualmente al público, sino también otros a los qqe actualmente es difícil acceder (en algunos se realizan tareas de rehabilitación) como los talleres, el palacete, la zona del embarcadero y jardines Otro de los acuerdos a los que se ha llegado- comenta el concejal presidente, Vicente Díaz Zazo- ha sido la programación de actuaciones musicales y orquestales. Estas actuaciones están abiertas a la participación de cualquiera de los vecinos de Madrid que quiera acudir a un marco de excepción como es el parque del Capricho Oposición al traslado de las fiestas del distrito a Ventas Madrid. Pilar de Miguel Izquierda Unida abandonó el Consejo de Cultura del distrito de Salamanca ante la intransigencia del concejal- presidente, Pedro Ortiz, de llegar a acuerdos en torno al lugar donde se celebrarán las fiestas del distrito afirmó Jorge Ruiz Morales, portavoz de este grupo político. Ruiz Morales aseguró que el concejal- pre. sidente quiere cambiar el emplazamiento de las fiestas del Marqués de Salamanca a la plaza de Ventas, cuando todos los años se han venido celebrando en la plaza de Dalí a finales del mes de junio. Sin embargo, Izquierda Unida considera que trasladar las fiestas a la plaza de Ventas es sacarlas del corazón del distrito. Pedro Ortiz cree que trasladar las fiestas a la plaza de Ventas es lo mejor, considerando que en esa zona los vecinos se encuentran situados a más distancia de la plaza de Dalí, con lo que se evitaría la contaminación acústica que se produce en el distrito hasta altas horas de la noche; de tal forma que sólo se mantendrían en su localización tradicional aquellas actividades que no molesten a los vecinos del distrito

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