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ABC MADRID 03-03-1989 página 3
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ABC MADRID 03-03-1989 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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EDITADO POR PRENSA ESPAÑOLA SOCIEDAD ANÓNIMA 3 DE MARZO DE 1989 FUNDADO EN 1905 POR DON TORCUATO LUCA DE TENA NTONIO y Manuel Machado son inseparables. Ambos fueron grandes poetas creadores; además, se quisieron entrañablemente; se admiraron a lo largo de sus vidas, y con evidencia de que esa admiración era justísima. Nada hubiese indignado más a Antonio que el desdén- c o n pretextos políticos- de su hermano; y. no hubiera sido menor la que Manuel hubiese sentido cuando algunos genios lo empezasen a exaltar, después de descubrir que Antonio era mediocre mesetario ripioso y cosas semejantes. Antonio Machado ha tenido la desgracia de caer en manos de políticos y aficionados, que parecen no haber leído más que el cinco por ciento de su obra- y la menos interesante- y a quienes en el fondo no les interesa. Pero cuando digo que Manuel y Antonio son inseparables, no me refiero sólo a sus personas, sino a su obra: el teatro íntegro es obra común de los dos, en indiscernible colaboración. Y digo indiscernible porque casi nadie se atrevería a decidir qué porciones son de uno u otro, y muy probablemente se equivocaría el que lo hiciera. Hace bastantes años, en un curso de estudios hispánicos en Soria, hice un experimento: leer una serie de poemas o fragmentos de los dos hermanos; después de la lectura de uno, evidentemente de Antonio, añadía: Manuel y tras leer otro, que parecía de Manuel, tenía que comentar: Antonio ABC ediciones publicadas en México o enBuenos Aires (sólo de Antonio) que pocos han visto, y parecen desconocerse por tantos eruditos machadianos las que promovió José Ruiz- Castillo, y que muy probablemente son las que tienen en sus casas. Sería curioso hacer un catálogo de los fenómenos españoles que no se entienden, o al menos que no se entienden mirando a la realidad manifiesta. A mí me interesa el teatro de los Machado, tan representativo de una época, entre 1926 y 1932. Es el momento en que se está produciendo una serie de cambios en la sociedad española, que se va haciendo más abierta, más flexible. Muy especialmente, se va modificando la figura de la mujer. En las comedias actuales de los Machado aparece casi siempre una muchacha moderna, capaz de amistad con los hombres, deportista, que suele llevar una raqueta en la mano, porque viene de jugar al tenis, y que enciende un cigarrillo. Esta figura femenina encanta a los autores, y se ve que tienen puestas sus esperanzas en ella. Se empieza a estar lejos de la Andalucía con calles sin mujeres de que años atrás había hablado Antonio. Ahora empiezan a estar en todas partes, a vivir con libertad, a ser más interesantes y mejores. REDACCIÓN ADMINISTRACIÓN TALLERES- SERRANO, 61 28006- MADRID A LOS HERMANOS MACHADO En este teatro aparecen muchas refeEste teatro se ha representado muy rencias a cuestiones de esa época, a vepoco después de la época en que se es- ces muy precisas y tempranas. Por cribió. Yo, personalmente, no he visto ni ejemplo, al psicoanálisis. Claro que, aununa de estas obras dramáticas, y el tea- que ahora se haya dicho que Ortega lo tro no existe de verdad más que en la ignoró, lo cierto es que en la increíble feescena. Estuve esperando que cuando cha de 1911 escribió un largo ensayo, se celebraron los centenarios de los dos Psicoanálisis, ciencia problemática en autores se le ocurriera a alguien repre- que habló en rtetalte rtk las ri tnnas d? sentar estas obras; no ocurrió así. Ahora Freud, y aconsejó a Biblioteca Nueva la que se conmemoran los cincuenta años traducción de sus obras completas, que de la muerte de Antonio, ¿no sería oca- se fueron imprimiendo desde 1923, en sión para llevar a los escenarios algunas aquellos grandes tomos de papel algodode las obras teatrales de los Machado? noso, en la versión de Luis LópezEstoy seguro de que serían superiores a Ballesteros, que Freud elogió. la mayoría de lo que puede verse en Pues bien, en Las Adelfas (1928) se nuestros escenarios. encuentra este diálogo entre Araceli, duSe pueden leer, ciertamente, pero no quesa de Tormes, y Carlos, médico: es lo mismo. Y en España se han leído- Entonces huelga tu saber- No ampliamente desde 1947. La Editorial huelga del todo, porque no todo es Plenitud publicó ese año una edición de farsa en la nueva ciencia del psicoanáliObras completas de Manuel y Antonio sis. Hay una verdad, aunque vieja, inMachado, que siguió reeditando Bibliote- dudable en ella: el alma puede enferca Nueva, hasta un total de ocho granmar. Cuando enferma, de achaques, lades ediciones- l a s últimas, ampliadas y eras y cuitas deí cuerp puede ser ettsr cuidadas por Heliodoro Carpintero, que también la causa. Acudamos por la vía tan aguda y sensitivamente escribió so- más directa a curarla. ¿Cómo? -Hay bre Antonio- Curiosamente, todos los una erotemática nueva, un arte de comentaristas parecen desconocer esta partear espíritus, que es mayéutica edición, que es la única que de verdad más sutil que la del sabio Sócrates, si ha circulado en España, donde miles y no tan bella, y consiste en alumbrar miles de españoles han conocido estas no las divinas ideas, esas verdades de obras. Se citan- n o faltaba más- las todos y nadie, sino las nuestras, las que cada cual al fondo sin fondo del alma lleva. E n zonas alma donde el candil de la ciencia -o antorcha o sol, si te place- no luce ya o luce apenas, donde el poeta imagina el trajinar de colmena de un mundo creador, nosotros pensamos que está la negra mansión de los sueños malos o el antro donde se engendran. Deseos que no han podido cumplirse, turbias y feas visiones; un mundo inválido de fracasos y miserias. Toda una flora malsana, toda una fauna perversa; cuanto tachó el lápiz rojo de la moral, o la excelsa luz de los sagrados tópicos de la razón se avergüenza, allí está, azorado, inquieto, emboscado entre maleza. Nuestra misión es sacarlo a la luz. ¡Qué impertinencia! No está mal para una comedia de hace un poco más de sesenta años. Y creo que ahí se ve, por lo menos en parte, la mano de Antonio, con su formación filosófica y su curiosidad por lo que se pensaba en torno suyo. Es sólo un ejemplo de lo que revelan estas obras, en las que aparece desde la historia del siglo XVII (Julianillo Valcárcel) hasta el drama romántico (La duquesa de Benamejf) el mundo de la canción (La Lola se va a los puertos) o la actualidad que va asomando en un mundo que se ve con esperanza. Lo más interesante de estas obras en colaboración es lo que, cada uno por su lado, muestran los dos hermanos: la experiencia de la vida. Las suyas fueron bien distintas, quizá complementarias. La de Antonio, bastante ascética, recogida hasta el retraimiento, concentrada, depurada por la intensidad y el sufrimiento. La de Manuel, más rica y abierta, sensual, gozosa y a ratos triste. Ambas, enraizadas en lo popular, en el fondo español de que se nutre toda vida españora, sf no es desvaída e insulsa. En Manuel, con una insistencia mayor en lo andaluz; en Antonio, con un enérgico injerto castellano. En los dos hay una especie de balance vital, algo que se va depositando en el fondo del alma, hecho por mitad de ilusión y desengaño. De ahí una melancolía que siempre está dispuesta a revivir, siempre que haya un motivo suficiente, y que es lo que da inmarcesible vitalidad a la poesía de los dos hermanos. Y eso es precisamente la experiencia de la vida, que no se confunde con los quehaceres, ni las aventuras, ni con la experiencia de las cosas. Y que no consiste en estar de vuelta -l a vida se hace hacia adelante- sino en estar al cabo de la calle de la calle en que ya se está, antes de terminar su recorrido. Julián MARÍAS de la Real Academia Española

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