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ABC MADRID 05-08-1988 página 20
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ABC MADRID 05-08-1988 página 20

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC, pág. 20 TRIBUNA ABIERTA VIERNES 5- 8- 88 IEMPRE que puedo, cuando el q u e h a c e r me lo permite, acepto invitaciones para dar una conferencia en ciudades españolas distintas de mi Madrid habitual. No sólo por la conferencia, sino porque normalmente se tiene una experiencia compleja de un fragmento de España. Casi siempre se pasan varias horas hablando con algunas personas hasta entonces desconocidas, de diversas edades, de los dos sexos, de profesiones distintas. Con la facilidad de trato propia de españoles, se llega pronto a una cercanía que en otros lugares no sería posible. Se van descubriendo puntos de contacto, coincidencias, también discrepancias. Lo interesante es que las opiniones políticas no suelen representar dificultad, salvo cuando los que las tienen carecen de libertad personal; quiero decir cuando están encerrados en una observancia dogmática y no se atreven a pensar, sentir, opinar por su cuenta. Si esto no ocurre, las diferencias políticas no estorban, se puede hablar de ellas, y, sobre todo, no son importantes. Dicho con otras palabras, quedan al fondo, ocupan poco es pació en las almas, definidas mucho más por otras cosas. Creo que esto es saludable, salvo un riesgo que se actualiza cada cuatro años: que el día de las elecciones se pase por alto lo que verdaderamente se siente, lo que ha inspirado la vida real de cada uno, y se siga la comente o lo que sugieren los medios de comunicación. Con estos pequeños grupos de cualquier región, desde el Cantábrico hasta Andalucía, se habla animadamente de muchas cosas. Sorprende la actitud llena de curiosidad, en estado de alerta. Estas personas preguntan mucho, lo que es acaso una novedad entre españoles, siempre dispuestos a dar su opinión más que a escuchar. Un ejemplo claro son las preguntas que en muchos países son usuales después de una conferencia. En los Estados Unidos, el question period puede ser lo más interesante y a veces más largo que la conferencia misma. Los americanos escuchan primero, procuran enterarse, y luego preguntan; por lo general, aquello que faltaba, que uno hubiera debido decir, pero no cabía en cincuenta o sesenta minutos. La tradición española era triple: el oyente aprovechaba la ocasión para colocar una miniconferencia o bien planteaba una cuestión de su gusto, enteramente ajena, o, finalmente, salía por los cerros de Úbeda. Esto está cambiando, y cada vez más el conferenciante recibe interrogaciones pertinentes, que le dan ocasión de completar y aclarar lo que ha dicho. Y esas preguntas, con gran frecuencia, descubren algo interesante: una larga preocupación del que las hace, que se ha preguntado a sí mismo algunas cosas, con afán de ver claro, y aprovecha la ocasión con la esperanza de encontrar alguna ayuda. Una de las cosas que sorprenden es que hay muchas personas, de distintas edades, que revelan una larga familiaridad con la obra del escritor. A veces tienen presente gran parte de ella, con precisión extraña; ponen en conexión unas cosas con otras, extraen consecuencias de muy viejos libros que les sirven para interpretar un artículo de la semana S Universidad extranjera, miedo al probable aburrimiento. La excepción son los EstaPor Julián MARÍAS dos Unidos, en que al cabo de un cuarto de anterior o lo que acaban de oír. Hay excep- hora se ha establecido la confianza y se haciones, y una de las más frecuentes- que bla amistosamente con personas a las que se me perdonen, pero la verdad es para mí lo acaba de conocer. En España ocurre esto primero- es la de los periodistas. No todos, mismo, reforzado por algunos elementos ciertamente; de vez en cuando se encuentra más: la comunidad de lengua, que permite uno bien informado y con penetración; pero si que todo sea absolutamente transparente y yo recordara- sería descortesía, no sólo traslúcido (ahora ciertos que procuro evitar- las pregungrupos intentan dilapidar esta tas que me han hecho muchas maravillosa riqueza y refugiarse veces, produciría asombro. Poren una lengua particular, que en que revelan un absoluto descomuchos casos no conocen) el, nocimiento de una persona que fondo inagotable de lo consabilleva más de medio siglo escrido que es lo que constituye, un biendo, publicando, hablando sin país; la probable simpatía de los cesar. Nada de eso existe; en su españoles, cuando no creen que lugar, un esquema simplicísimo, lo valioso es ser antipático. que puede ser la inversión de la Todavía habría que agregar realidad. Y me pregunto cómo es que no son comidas de profeposible, qué tipo de formación sores sino variadas, sin deforhan recibido, qué se les ha mación profesional. Me apasiona inyectado sin que opongan resisver cómo reaccionan a los estencia. Como complemento de tímulos personas muy diversas, Julián Marías esto, habría que hacer una lista que se ganan la vida con mede la Real Academia de las cosas de que no se habla, nesteres muy dispares, que han Española y se tendría una idea fiel e intenido, según su edad y condiquietante de todo un lado de ción, experiencias diferentes. nuestra situación. Hace poco tiempo tuve un almuerzo con un Estos breves viajes para dar una conferen- grupo de militares, desde un general para cia suelen terminar en una cena con un gru- abajo; se habló de muchas cosas, y se llegó po relativamente grande de personas. En al- a tratar de la guerra civil. Me sorprendió la gunos lugares predomina la desdichada cos- comodidad, la holgura, la veracidad con que tumbre de que sean hombres solos por lo hablaban de tan espinoso tema. No es fácil general, los acompañan las esposas; hay una encontrar esto entre intelectuales, no digatercera variante, mejor aún, y es aquella en mos si se trata de la Prensa o la televisión. que participan en la cena mujeres, esposas o Aquellos militares se permitían pensar- n o no, por su cuenta y con su personalidad. sólo hablar- con libertad, sin querer llevar el Siempre he tenido un poco de miedo a las agua a ningún molino particular. comidas con profesores, por ejemplo en una Y cada vez es más fácil encontrar en España mujeres con mente abierta, con muchas lecturas a la espalda, que han hecho estudios- con la calidad que las instituciones les han ofrecido, con lagunas y quebrantos- y los han completado con su reflexión personal. Ejercen profesiones en muchos casos; en estos mismos y en otros ejercen también la profesión difícil, trabajosa e interesante que es ¡Cicero permanece abierto durante el llevar adelante una familia, una casa, transmimes de Agosto, para que degusten la alta tir la realidad a los hijos. Algunas tienen vocación intelectual; muchas más tienen afición, cocina italiana... al dente! algo extraordinariamente valioso, origen de casi todas las cosas que valen la pena. LAS COSAS CLARAS asm Capitán Haya, 43 Teléf. 270 6816 OCUPADAS Y VACIAS COMPRAMOS EN MADRID CAPITAL OPYEX Teléfono 542 60 84 Busque local en la sección de Anuncios por palabras El factor común que más me interesa y me da más esperanza es el afán de claridad. Son muchos los españoles, cientos de miles, acaso millones, esparcidos por todo él territorio, que quieren ver las cosas claras. Su actitud no es mera curiosidad, gana de ver de cerca a alguien cuyo nombre les es conocido; tienen la esperanza de que algo confuso quede claro; de que se pueda encontrar una manera de conciliar creencias, ideas o deseos que parecen contrapuestos, o que les han dicho que se oponen. En el fondo, buscan defender su impresión íntima y elemental de que hay muchas cosas valiosas, de que España es una prodigiosa realidad llena de defectos, de que la vida vale la pena. Quieren ver con claridad que, se diga lo que se diga, no siempre lo peor es cierto. ¿QUKRK PONER L N NEGOCIO? de ABC,

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