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ABC MADRID 07-06-1988 página 24
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ABC MADRID 07-06-1988 página 24

  • EdiciónABC, MADRID
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24 ABC NACIONAL MARTES 7- 6- 88. ETA, veinte años Madrid. Servicio de Documentación Hoy se cumplen veinte años del primer asesinato cometido por los criminales de la banda terrorista ETA. En aquella ocasión, la víctima, el guardia civil de la Agrupación de Tráfico José Pardines Azcay era asesinado en las proximidades de Villabona (Guipúzcoa) Era el primer crimen y los etarras demostraban ya su vileza al rematar en el suelo al agente de la Benemérita. En este periodo de tiempo, cerca de seiscientas personas han perdido la vida víctimas del odio etarra, que no ha dudado en dirigir sus atentados contra mujeres y niños. En diciembre del año pasado, un coche bomba estallaba junto a un cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza: once personas morían, entre ellas cinco niñas. Desde entonces, ETA ha intentado repetir la hazaña en otros acuartelamientos, como en Llodio y Arrigorríaga, pero, afortunadamente, ha fallado. Quienes en algún momento cayeron en la trampa de la negociación ofrecida por los terroristas han podido comprobar posteriormente la auténtica y sanguinaria estrategia de la banda, iniciada hoy hace veinte años. El primer crimen Madrid. Documentación El 7 de junio de 1968 José Pardines Azcay, guardia civil de Tráfico, natural del pueblo coruñés de, Malpica, cumplía su servicio en las proximidades de Villabona (Guipúzcoa) donde se realizaban reparaciones en la carretera nacional Madrid- lrún. Pardines y su compañero se encargaban de alternar el paso de los vahículos en una y otra dirección. Al caer la tarde el miembro de la Benemérita dio el alto a un automóvil Seat 850 modelo coupé, matrícula de Zaragoza 73956, ocupado por dos hombres jóvenes. Al no atender las señales del guardia, éste les siguió en su motocicleta, obligando a los sospechosos a detenerse en terrenos de una yesería existente en las proximidades y les hizo bajar. Uno de ellos sacó una pistola y le disparó un tiro en la cabeza. En ese momento transitaba por los alrededores un camión, cuyo conductor se detuvo. Nada más descender del camión se percató de lo sucedido y sujetó al agresor, pero fue encañonado por el otro pistolero, que le obligó a soltarlo. Este último volvió el arma hacia el guardia civil caído en el suelo y le remató de otros cuatro disparos que le alcanzaron en el pecho. Acto seguido montaron en el coche y se dieron a la fuga, pasando a gran velocidad ante el otro guardia civil de servicio, que no había oído los diparos ni se había enterado del suceso hasta que fue avisado por el camionero. José Pardines moría víctima de las balas de ETA. Era el primero de una larga lista. Poco después del crimen se organizó la persecución de los asesinos. Tras encontrar cerca de Tolosa el coche de los terroristas abandonado se comprobó que la matrícula era falsa. El servicio de vigilancia montado dio sus frutos y los criminales fueron localizados por una pareja de la Beremérita en las inmediaciones de la ciudad. Al tratar los agentes de identificar a los terroristas, éstos hicieron fuego. Después de un intenso tiroteo los guardias civiles consiguieron herir a uno de los etarras, quien fue trasladado al hospital de Tolosa, donde falleció momentos después. EOS JÓVENES AUTOMOVILISTAS ASESINAN A TIROS f X n o Y T S B M T V B E 4 UN GUARDIA CIVIL DÉ TRAFICO EN VILLABONA I TM TM? M o s (GUIPÚZCOA) kT, -1 RIÓ EN TOLOSA Los sucesivos Gobiernos de España se han empleado a fondo contra la plaga del terrorismo, especialmente el de ETA, convertido desde hace tiempo en verdadero problema de Estado. Los momentos de recrudecimiento de la guerra sucia que este grupo terrorista mantiene contra la sociedad española obedecen a razones múltiples y complejas. Amén de las acciones intermitentes, ejecutadas por comandos de poca relevancia, existen datos significativos que revelan una estrategia definida por parte de la jerarquía de ETA. Es evidente que determinados atentados corresponden a una sangrienta táctica de respuesta o provocación ante concretas situaciones políticas como son las elecciones, la reinserción de antiguos miembros de la banda, los intentos de diálogo político sobre terrorismo y el traslado de presos. Uno de los acontecimientos que los etarras prefieren para extender con profusión la dictadura del miedo y el terror es la celebración de elecciones. La campaña de las elecciones autonómicas del País Vasco en 1984 fue suspendida tres días antes de celebrarse los comicios como consecuencia del asesinato del senador socialista Enrique Casas Vila, perpetrado en San Sebastián el 23 de febrero por los Comandos Autónomos Anticapitalistas. Más cerca en el tiempo, el 22 de junio de 1986, cinco días antes de la cita que los españoles tenían con las urnas para elegir sus representantes en el Parlamento y el Senado, eran asesinados en Madrid el teniente coronel Carlos Besteiro Pérez y el comandante Ricardo Sáenz de Ynestrillas, además del soldado conductor dé su automóvil. En 1987, durante la campaña de las elecciones municipales, autonómicas y al Parlamento Europeo, ETA golpeó de nuevo y secuestró al industrial Andrés Gutiérrez Blanco, al tiempo que colocaba tres coches- bomba en Madrid, La reinserción social de antiguos miembros de ETA provoca en el seno de la banda una especial desazón; La reacción ante estos abandonos es el asesinato de sus antiguos correligionarios para que no cunda el ejemplo, a la par que se emiten comunicados en los que se tilda de cobardes y chivatos de la Policía a los ex camaradas. El 4 de febrero de 1984 fallecía en Algorfa (Vizcaya) a causa de un atentado, el arrepentido de ETA Miguel Francisco Solaun Ángulo. Yoyesp, nombre con el que era conocida María Dolores González Catarain, también pagó con su vida el hecho de dejar las armas. U REUCIONES C 0 MYÍ 6 ÁUS f K f ÍÍ J; b iRÜ í íf 0 S Ó El primer atentado de ETA, en las páginas de ABC El otro individuo consiguió darse a la fuga. El asesino de José Pardines, muerto en el enfrentamiento con las Fuerzas del Orden Público, resultó ser Francisco Javier Echevarrieta Ortiz, licenciado en Ciencias Económicas y nacido en Bilbao en 1944. Echevarrieta figuraba en los archivos policiales como miembro del Comité ejecutivo de la banda terrorista ETA. Al día siguiente fue detenido el otro integrante del comando, Ignacio Sarasqueta Ibáñez, en la localidad guipuzcoana de Régil, y se le incautó una pistola Astra de calibre 7,65. El jueves 13, tras celebrarse el funeral del etarra en la parroquia de San Antón, en Bilbao, parte del público asistente se congregó en la calzada, lanzó gritos separatistas e interrumpió el tráfico, por lo que tuvo que intervenir la Policía Armada, produciéndose algunos enfrentamieñtos.

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