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ABC MADRID 13-02-1988 página 110
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ABC MADRID 13-02-1988 página 110

  • EdiciónABC, MADRID
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GENTE y aparte El sueño eterno Rubias S E inicia este apartado dedicado al cine, con la intención de que su titulo y contenido no sean utilizados de elixir eontra el insomnio y que no produzca bostezos ni ronquidos. Quedando estos cometidos para las estadísticas oficiales y los telediarios del todo va bien, sin novedad en el país. Como principio que estimule, comenzaremos hablando de las rubias. Motores incandescentes, alburas cegadoras, iluminando la estela del sueño eterno cinematográfico. No es nada particular en contra de las tigresas morenas de verde luna, pero un servidor siempre ha sentido predilección por las mujeres de cabellos claros. Los personajes encarnados por rubias representan ia clave acentuada del ser femenino por excelencia. Pecaminosas, protagonizando la suspicacia y la senda tenebrosa de la contradicción. Enigma con un erotismo ambivalente, plasmado por el genio de Hitchcock en, sus heroínas: Grace Kelly, Kim Novak, y Tippi Hedren. Así han pasado los inviernos, calentándonos en la chimenea del recuerdo con la nostalgia de rostros pretéritos y extrañamente vivos, merced a la media eternidad del celuloide. Una ternura patética y desvalida, encerrada en un cuerpo tentador como Marilyn Monroe, o el peligro puntiagudo colgando del flequillo de Verónica Lake. Hasta que aparecieron ellas, como encarnaciones perfectas y necesarias para que una generación de mitómanos posean sus propios mitos con la clase y el magnetismo de la antigua aristocracia hollywoodense. Me refiero a Jessica Lange y Kathleen Turner. La primera, con un tono burlón agolfado, que no le ha abandonado desde su representación particular de la muerte en Comienza el espectáculo Kathleen Turner es naturalmente ambigua, como muy bien señala Joaquín Albaicín. Entre la brasa y el hielo, dulce pureza de ama de casa, combinada con lujuria desenfrenada. A partir de ahora tiene que empezar a seleccionar los pápeles que le ofrezcan. Con ello, nuestra rendida admiración contará con una filmografía digna de ser un valioso objeto del deseo. Anita Loos dijo que los ca: bá erós las prefieren rubias, pjró, al final, sé casan con las rííprenas. Ficción y realidad, ésa es la cuestión. Ramiro BUENO La autoridad incompetente no deja jugar a los cazafantasmas La zona muerta La guerra diaria de la supervivencia A me han fastidiado los fines de semana, a mí, que pensaba pasármelos jugando a la guerra. La perspectiva de camuflarme atacando ferozmente a mis enemigos me resultaba de lo más excitante. Incluso tenía una lista de amigos a los que pensaba invitar, pues, ya que no les puedo plantar una bofetada tan a menudo como yo quisiera- los manuales de urbanidad no lo aconsejan- hacerles la vida imposible con mis proyectiles durante todo un fin de semana me parecía una justa venganza. Pero, que no, que eso es muy agresivo y puede fomentar los instintos asesinos de los participantes. ¿Es que no saben que los seres humanos somos un poco monstruos por dentro? Me resulta chocante la censura que persigue a todas las manifestaciones de distensión violenta. En un país como los Estados Unidos, donde parece que todo está superado e incluso asimilado, hay una férrea- y o diría McCarthiana- junta de censura cinematográfica que se encarga de cortar por lo sano escenas de violencia implícita, cebándose, por supuesto, en el cine de terror y cometiendo el error de convertir imágenes premeditadamente exageradas en la exposición de lo desagradable, dándoles así un tratamiento de cómic en secuencias molestas de verdad, al ser privadas de todo trazo de humor. Hay más películas al año que reciben clasificación X por causa de la violencia que del sexo. Y la agresividad es, desgraciadamente, un instinto tan natural como el sexual. Desde la formación de la primera comunidad rural, el hombre ha ido aprendiendo a reprimir sus instintos, positivos y negativos, para adaptarse al modo de vida social que él mismo Y ha creado. La normalidad está precisamente en ese difícil equilibrio entre lo que se quiere y lo que se puede (o debe) El equilibrio mental de violadores y psicópatas surge de esa falta de armonía que hace que sus reacciones, normalmente reprimidas, se conviertan en actos que escapan a su control. Cuando digo que la maldad y la violencia son algo intrínseco en el hombre, no pretendo defender a los tipos reaccionarios y buscapelas que pretenden imponer su voluntad a base de fuerza, como tampoco por decir que el sexo es algo natural se me ocurre pensar en algo tan poco estético como que todo el mundo hiciera el amor en mitad de la calle, o con el primero que pasase (lo cual no indica que haya que prohibir la pornografía, espectáculo al que asiste el que quiere sin molestar a nadie) El que a los pequeños no los dejen jugar con armas de plástico me parece tan aberrante como que a una niña no le dejen jugar con camioncitos o a un niño con muñecas, cuando son ellos los que deben elegir lo que más les divierta. Reprimir la agresividad sólo conduce a evitar que el exteriorizarla en cosas banales actúe como antídoto contra males mayores. El que es un asesino en potencia, lo es, y punto. Cualquier cosa le va a servir de gatillo para disparar su locura: un juego, una noticia sobre un crimen o una película, como el que, intentando emular al Travis de Taxi driver, atentó contra Reagan. El juego de la supervivencia no ha sido autorizado, y no porque haya una ley que debidamente aplicada pudiera servir para prohibirlo, sino porque a algunas personas no les parece bien. Se alega que puede ser peligroso para los participantes (eso es problema de ellos, como tantas otras cosas en esta vida) que tiene características especiales de peligrosidad -según palabras de Ana Tutor- ya que el blanco es otra persona, y no un animal, como en la caza (o sea, que dispararle un pegote de pintura a un amigo es pecado mortal, mientras que asesinar a un pobre conejo debe de resultar muy edificante para el espíritu) que puede servir como entrenamiento en artes paramilitares, con su posterior utilización para guerrillas y atentados terroristas (no me veo yo después de varios fines de semana de distensión interviniendo por libre en Centroamérica o convirtiéndome en etarra) que a algunos vecinos de la localidad donde se pensaba ubicar el negocio no les gustaba la idea ¿acaso me preguntaron a mí mi parecer por la apertura del pub del portal de al lado o por el supermercado de la esquina? Muchas excusas, pero los criterios personales no deberían servir para prohibir ningún tipo de actividad de iniciativa privada destinada al esparcimiento de los que así lo quieran. Todo esto es absurdo, porque las pistolas que disparan pintura (de moda desde su aparición en la película GoV cha) pueden ser adquiridas por cualquiera en las jugueterías de otros países. Ya sé que hay mucho loco suelto, y no dudo de que este juego pudiera volver peligroso a más de uno, pero no se puede generalizar de una manera tan déspota. No nos engañemos, que un asesino, terrorista o cualquier salvaje de ese tipo lo va a ser igual haya juego de guerra, semana cultural para la tercera edad o títeres en el parque. ALASKA SÁBADO 13- 2- 88 110 ABC

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