Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 27-12-1987 página 142
ABC MADRID 27-12-1987 página 142
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 27-12-1987 página 142

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página142
Más información

Descripción

aprendí que i cultura supcnor es pielenblc a tas trampas de la subculfurs. lo cieno es que el pato Donald me llegtS antes que Aristolelcs. Por Mira parle. Disnoyworld favorece que las generaciones cfecfúcn un curioso miercambio de experiencias. A s i mientras vo ¿icecdo a convertirme en victima propiciaturia del r e c u e r d o mis pequeñas acompañantes reciben el regalo de la ilusión a una edad en que todavía es licito seniirla. Cada atracción, cada tiendccilla, eada producto ainstituye La respuesta a e ti mutos que todavía tienen muy cercanos. V aunque bien pudiera darles yo una lección apropiada obíc los aspectos de soborno y alienación que Di: neyworld i m plica, hücerlo me pareoeríj un crimen. Mucho más truel porc ue también iría din ido contra mí mi -mo. contra mis capacidades de sobrevivir a los embales de la desilusión. Intactos, vírgenes a la razón, proseguimos nuestras excursiones por el universo dorado de tos cuentos infantiles. Y el repertorio es exlensü. pues mcluvc las veriiginosas tazas del Sombrero Loco, aquel que solía feJicitar el N o cumpleanos a lodos los personajes de Alicia; la visita ai casiillo donde fue a reinan la Cenicienta desputis de incontables contrariedades, harío sabidas: un pjseo en vagoneta por la mina de tos iete enanos, permaneniemente amenazadas nuestras vidas por ta bruja siniestra, que aparece a cada recodo ofreciéndonos la m a ñ a n a fatal que provticó el infausto letargo de Bjancanieves... V siguen las incitaciones: vueltas y vueltas aéreas en un tiovivo cuvo motivo pnncipal es t i m ís fainoso de lodos los elefaniitos o! atíorcs, el dulce D u m b o comida apresurada y plastificada en la taberna del pi piriteo Pinocho, pintado repeiida. s veces, junto a sus companeros de ficaón: Gepp e t t o e! g a t i i o F í p a r o Pepito ü r i l l o y el hada v a m p i r e s a el hada de pelo oíiigcnado que se inspiró en Jean H a r l o w según cuentan los iratadisias de 1, i época. Finalmente, el desfile de los personajes famosos. Van llegando Chip y Chop, e! oso Halu, Alicia. Pluío. BlanCiinieves v sus enamtos, mis niñas enloquecen, aún cuando saben que todo es trucoY yo. que d e m W a todos Jos dioses, yo que abomine de todos sus altares, acato ahora, sm el menor pudor la absoluta vigencia de los díosedllos que aeompanaion mis itinerarios. Y así continúan llegando, uno a uno. debidamente prosT mados, desde Donald a Mary Poppm desde Goofv a MickeVi autentica vedette de este singufar Parna. sa de la fantasía. La presencia del simp itíco latón se va haciendo obNesiva a medida que recorremos las numerosas tiendas destinadas a vender los producios de Disney en todas sus vanantes. Mickcy no es srilo la figurilla repetida hasta 1 saciedad en l o d o Upo de o b j e t o s prendas y libros, sino que además representa la cíinfirmación de que todo Disneyworld es una enorme, mctcible. uidusiria calculada a la altura de los m l grandes imperios financieros. Una industria ÍLte compieride este parque, el de pci t, y una pxíerosa rama de bóteles repartidos entre los lagos isncv Village. Sue forman a su vez ei llansado T o ó o ello ba convertido a la inocua ciudad de Orlando en la segunda de mayor crecmiienlo de los Estados L mdos. V desde luego en un privilegiado centro turístico que ha arrebatado a ta antafio prospera M i a m i La mitad de sus ingresos. Y dicen las guías que en las aiTJieciones. tiendas y restaurantes de DísneywoTld y Epcot trabajan aprovimadamente veinte mil personas. Lo cual explica que tfHlo marche tan a la pcrEecciónPara no hablar del optimrsmo. Pue cada empleado obedece a la orden láeila de Ea simpatía a toda cí sty. Y ademis se k- CXÍ K al visitante como obligación fundamental- En Disneyworld no se acepta a los amargados. Y quien lo esté tiene oue tolerar que cualquier empleado le espete: -Smde, s m i l e Con razón nos d i j o un ta. iasta de hablí hispana: -N o verán ustedes allí ni una cara brava. T a l vez p o r e l l o uno de los sede fe) isneve ahaa sidoc i otorgardesuParís. urop la udad Pues aparte de un clima adverso, no se ba visto en toda Francia una cara simpática desde los lejanos tiempos de los druidas. Por otro lado, Disneyworld dista mucho del chauvinismo francés, porque puede contentarse con el sentimiento prepotente oue es típico de la an erícanada, l uestos a exaltarla. Disneyworld hace que su desfile üe coloque bajo el lema Tht Spirit of A m t r i ea. prejíonando el segundo centenario d e la Constitución con la misma insistencia que las Nnividades Blancas del señor Iivmg Berlín. Tixios los elementos que configuran Id nostalgia americana ap; irecen v reaparecen en los deliciosos edificios del Mam Slrcet. la calle que pretende resutilar el aspecto, el sabor los u l o r c de hi Anii rica de los ninetits... y lo consigue. Tambii n estos edificios los llevábamos en el fondo de la memorid desde mucho antes Je que la moda los resucitase para restaurantes, -boutiques- v discotecas soñsiicados. Por esas calles randcs errores de la empresa En el almuerzo con los personaíes de Disney, Terenci y Ablgaurien anfe las ocurrencias d e G o o l y Piulo, dispuesto a devorar a Aanals en el mismo almuev o Lcycnd t- -Principo- para el urinario de los Princesa para d de las hembras. Con lalcs prcíensionc hcrüldicas queda R 3 retiatado el espíritu de la ciudadH us m o l i v a c i o n e s sociológicas, hasia su insolenrc cursíleria. Y pues de la crítica a la icpulia m ídían pocos pasos, las pa in s adversas que pudriamos escribir a su costa ak- iníarían un Lnmai io c o n s i d e r a b l e Porque D i s n e y w o r i d es. lealmcntc, la monda. Una monda confitada, si aspiro a ser exacto. Pero, ¿quilín recurrirA a la ra ¿ún cuai do d soborno es ion delicado? i Ouién aspirari a convertirse en crilico cUn ndo la Navidad se proclama con sus colores más ruhlanies y su ensueño nos trac evocaciones de Dichens puestas en labios de uila de Us hi- nilarliras íle Louise May AtcoU? Y, en fin de cuentas, al acatar las leyes de La inconsecueneía me limito a recuperar todos los mitos que íueron configurando el folclorc de mi siglo. V aunque es cierto que en un determinado momento 14

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.