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ABC MADRID 27-12-1987 página 48
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ABC MADRID 27-12-1987 página 48

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC, pág. 48 TRIBUNA ABIERTA DOMINGO 27- 12- 87 L libro que acaba de escribir Julián Marías sobre La felicidad humana posee a ojos vistas esa condición de las obras maestras, que consiste en que todo el mundo, en la medida de sus posibilidades, encuentra en sus páginas algo que le impresiona, le gusta o le suscita un particular interés. Por lo pronto, pocas gentes podrán sentirse de verdad ajenas a un problema como el de ser feliz, que tan de cerca nos toca a todos. Puede, como señala Marías, que el problema de la felicidad esté ausente del pensamiento oficial de nuestro tiempo; pero ciertamente no lo está de la vida cotidiana. Los hombres de hoy, igual que los de siempre, seguimos intentando ser felices, sin que a la hora de la verdad nada de cuanto pueda empañar nuestra fortuna deje realmente de afectarnos. Por eso, a más de otras razones, pienso que Marías ha tenido una idea feliz al escribir este espléndido libro. Pues a decir verdad, ¿qué otra filosofía más apropiada para habérselas con este asunto de la vida feliz que una que comienza por hacer de la vida la realidad radical? Por más que lo pienso, no acabo de ver un pensamiento con mayores títulos que el de Marías para hacer una reflexión a fondo sobre el tema. Ciertamente, la obra responde con creces a las expectativas que despiertan su título y la personalidad del autor. Ya el primer capítulo comienza por ponerle a uno los dientes largos. En él se recoge una pregunta que todos nos hemos hecho alguna vez, pero muy pocos han sido capaces de responder con sencillez: ¿qué es la felicidad? O, más exactamente, ¿qué se entiende por felicidad? La respuesta es inmediata y convincente. Si consideramos nuestra propia vida, escribe Marías, encontramos que tiene una tonalidad: en cada momento nos sentimos bien o mal, mejor o peor, y ese sentimiento nuestro se refleja luego sobre el mundo. Pues bien, cuando esa tonalidad afecta a la vida en su conjunto, ese sentirse bien o sentirse mal es justamente lo que llamamos felicidad Es una respuesta clara, ai alcance de todos, que daría inmediatamente por zanjado el debate si no fuera porque precisamente a partir de ella es como el autor va desgranando un sin fin de observaciones y de ideas que mantienen en vilo la atención. De hecho, las casi cuatrocientas páginas del libro están dedicadas a desenredar esta imponente madeja de problemas que el pensamiento actual ha fingido no ver- y de hecho ha abandonado en el desván de las ausencias- pero que, en el sentir del autor, a lo que más se parecen es E LA FELICIDAD HUMANA RESIDENCIAL LAS NORIAS 156 metros, tres dormitorios, cocina amueblada, más trastero de 20 metros y 70 metros de jardín propio. Plaza garaje, piscina, tenis. 20.500.000 pesetas. Urge venta. Abstenerse agencias. 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En todo le enfrenta a uno con la cuestión de las cuescaso, si ser feliz es algo que él tiones, con la más reprimida de hombre puede hacer, sería melas inquietudes del hombre de nester explicar entonces por qué nuestro tiempo, esto es, con el ia felicidad no cuenta con un verproblema de saber si de verdad bo propio; sería preciso aclarar la felicidad humana es posible al también por qué la felicidad dista margen de la vida perdurable. tanto de poseer un perfil concepNi que decir tiene, imaginar tual claro y unívoco; sería indisesa vida resulta muy difícil: en el pensable averiguar por qué la fefondo, es imposible. Pero aun licidad se confunde de tal modo así, persuadido incluso de que con otras realidades, el bienestar probablemente ese capítulo soo el placer, por ejemplo, que a lo bre La imaginación de la vida sumo pueden ser su condición, perdurable no debería haberse pero, evidentemente, no constiescrito, Marías lo redacta, portuyen su esencia. Marías piensa que no está en la mano del que nada de esto, y menos aún hombre- nos confiesa- -renunla pluralidad de pretensiones de ciar a lo imposible, y nadie lo José Luis Pinillos felicidad que registra la historia sabe mejor que quien ha pensaPsicólogo del género humano, se debe al do sobre la felicidad ese imazar. Antes bien, piensa que seposible necesario que la humamejantes hechos obedecen a la imposibilidad de dar con una fórmula natural de la vida nidad nunca es capaz de alcanzar del todo, feliz, con un modelo de felicidad que sea váli- pero tampoco dejar de perseguir. Aquí, Julián do para el común de los mortales. La cues- Marías pone en juego la voluntad de saber, ei tión, pues, no estriba sólo en reconocer la valor que en todo tiempo ha sido imprescindiexistencia de variaciones individuales en tor- ble para explorar a fondo las capas profundas no a un patrón común. Por supuesto, Marías de la verdad o para elevarse a las más altas acepta que cada individuo tenga su sentido cimas del espíritu. Es un capítulo éste de La propio de la felicidad. Pero lo que de veras le imaginación de la vida perdurable que hay importa hacer notar es que en cada época que leer de espaldas a las pueriles arroganprevalece una determinada forma de realizar cias del positivismo: más bien al arrimo del esa universal pretensión de felicidad que ani- sentido cristiano del misterio. ma a la humanidad entera: Ocurre- nos dice el autor- que cada tipo de hombre (en Para terminar, quisiera añadir que el interigor cada hombre singular) necesita para rés del libro crece y crece a medida que se ser feliz unas cosas u otras, con grandes di- llega al final. Las últimas páginas están dediferencias; pero, además, y esto es más gra- cadas a una cuestión de suma importancia ve, entiende por ser feliz cosas distintas para una humanidad que cree estar de vuelta Sentirse feliz o no depende de la época, del de todo y no se entusiasma con nada. La país, del tipo humano, de cada caso indivi- cuestión se refiere al lugar de la ilusión en la dual y de cada una de las fases de la vida. vida del hombre, y muy particularmente en la Y es que lo que llamamos naturaleza huma- imaginación de la felicidad. En esto el profena resulta sumamente ambiguo. A última sor Marías es terminante: Sin ilusión no es hora, el hombre no es un trozo de naturaleza posible la felicidad o, yendo un poco más inmune a las vicisitudes de la historia. Su lejos: la felicidad consiste en ilusión Les tiempo es histórico, y por eso lo que tal vez dejo a ustedes con el envite. Yo voy. Creo hizo felices a los hombres de la Ilustración, también que vivir es desvivirse por lo que topongamos por caso, haría probablemente davía no es y tal vez no pueda ser. Pero la desgraciados a los hombres de hoy. ilusión de la felicidad es ya una forma de ser feliz. Que es lo que, por fortuna, acontece Este es un hecho fundamental que Marías con la lectura de este libro. recoge y conceptúa a las mil maravillas justamente desde su visión histórica de la razón humana. Más aún, a través de las magistrales descripciones que nos brinda de las formas en que Grecia, Roma, el cristianismo, la La Publicidad le informa. 1 a mística y la modernidad han ido plasmando Le pone al día de las últimas sus respectivas pretensiones de felicidad, novedades. Recuerde que la Marías nos hace ver que en el. irasfondo de decisión de compra todas esas pretensiones hay algo más que siempre la toma pura diversidad: hay también decepción y usted. vuelta a empezar, porque, a la postre, la felicidad nunca se logra. Lo cual, finalmente, si- túa al lector, cara a cara y sin remisión, ante las grandes cuestiones de sentido que con tanta diligencia como inútil cuidado ha tratado LA PUBLICIDAD

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