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ABC MADRID 20-12-1987 página 246
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ABC MADRID 20-12-1987 página 246

  • EdiciónABC, MADRID
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físico Cí inlimlJimcnrc mas e mcluso dicen Im m; icilíOí que tiend e a OTÍgJnar e n p r o f u n d i d a d cambios nidi- cul; ifcs en el propio cuerpo, que puede llegar a un control cxnau iivu de lo úrgancí inU mos, d d p u l w del corazón, de inversión de energías. E s r t o i r o yoga requiere mucho mas tiempo y muchas mus téenicas Oiro necho que (amhii u incide sobre la caLid id de en- scñan í; del yoga es ta prolÜeradón de centros que ha tenido lugar. íohrc todo en los úllimos añoi. Aparte de la. s e: scu las especializadas, ya es habitual t n aulas de la tercera edad, en Ayuntamienios. en empresas y colepío en gimn; iMos y centroí de t eílcza. En opinión de Ramiro Calle, esta prorusion no es negativa en sí, lo peor es e oportunismo de muchísimas personas, muchas de ellas desafortunadamente sin ninguna preparar o n o muv poca que en su casa o en pequeños apanamentos alquilaaos dan clase a grupos de veinte o treinta o setenta personas y que csic número, que debe ser bastanit crecido de lugares sin declarar, sin reconocern sin autorizar, están ahíf. A pesar de su enorme cantidad de anos y de las manos p o i las que ha pasado, el yoga continúa plenamente vÍEenie. si bien no está de moda. De él se han nutrido todos los sistemas filosóGcos y religiosos de O r i e n t e desde el budismo hasta el zen; a aún es su eje espiritual. Más que una tradición muerta o dormida, el yoga, como d i j o Mircea Ehadc, es un fósil viviente Sin ir más lejos, incluso algunas ramas de la f icol o occidental, como el entrenamiento autógeno de Schulíz o la sofrología de Cayccdo. en raizan con él. De hecho, aunque en España lo hayamos conocido hace pocos anos, en Francia y en Alemania existe d e e hace tiempo una tradición orientalista importante, Jung y Schopenhauer se i n teresaron v i v i d a m e n t e p o r los enigmas del Indostán, Y el mitmo Víctor Hugo introdujo en una de sus obras uno de los upanishads más famosos. Parece que desde Occidente y a p a i l i i de Bacon se vuelve la mir ida hada el otro extremo de la T i e n a en busca de tradiciones antiguas que sean capaces de llenar el hueco que el positivismo, la ciencia y la tecnología no pueden colmar. En este sentido eJ yoga ofrece una concepaón de la vida y del cuerpo humano poco común. Según el doctor Fraile, que se i n i a ó en esta disciplma hace dieasicie años, -cn el yoga se considera que el organismo humano posee una energía sutil que le condiciona y determina, siendo el buen o mal funcionamiento de esta cnergla a nivel general del cuerpo lo que da lugar a La a. K o La enfermedad. Los soplos energéticos que citculan por el cuerpo lo hacen a través de unos canales o nadis que les Sirven de guias. Según un t e x t o clásico existen hasta setenta y dos mil de estos conductos pero solo calorce son realmente importantes Lo que se consigue nraclicando el w g a físico es coordinar, regular y armonizar todas estas energías, positivas y negativas. Es algo que se desprende de forma i n v o l u n t a i i a muchas veces. Lo l l a m a t i v o es qu? a lo largo de este camino que pctiíguc controlar cuerpo V mente hay quien desarrolla ciertos poderes extraños y hasta extravagantes. Bs un hecho constatado que algunos yoguis han permanecido entre setenta y ocnenta días sm comer ni beber. Es famoso el caso del yogui Haridas q u e encerrado en una urna metálica, bajo t i e r r a con aire para dos o tres días a lo sumo, soorcvivio cuarenta. La explicación, aunque difícil de creer no es imposible, es que ralentizan sus funaones psicosomá ticas hasta conseguir un estado de hiber- Í nación. líaiTiTro Calle cuenta que en sus viajes por la í n d j j ha visto Ogms que dominan una técnica jamada Barruli. que sí n capaces de reinvcitir el semen una vez lo han echado o que incluso pueden tomar por la uretra líquidos y hasta mercurio, una léemca muy decreta del T a n t r a Pero añade que estas habilidades- n o son yog, a, piuque el yoga no es un íaquirismo; lo que sucede es que indirectamente en su camino de autorrehilizacion. sobre lodo el hatha- yogui, que trabaja con su c u e r p o o b t i e n e a veces esta? proezas, pero no porque se las proponj a, m mucho menos por- A pesar d su enorme cantidad tíe años y de las mflriOK por las qu ha pasado el yoga continua plena menie vigento, si bien no e a t l de moda I 86

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