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ABC MADRID 10-12-1987 página 31
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ABC MADRID 10-12-1987 página 31

  • EdiciónABC, MADRID
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JUEVES 10- 12- 87- OPINION ABC, pág. 31 NA economía nacional no puede admitir que sin algunas salvedades de fondo el desmantelamiento arancelario y las tendencias de liberalización que progresan en el mundo industrializado puedan desembocar en la pérdida del control de los centros fundamentales en los que se asientan el poder último de decisión. Sin ese último poder no puede hablarse de naciones soberanas. -Una economía nacional europea de nuestro tiempo precisa mantener muy permeables sus fronteras para no convertirse en un área sin futuro por los obstáculos que genera el aislamiento, no sólo para los movimient o s de m e r c a n c í a s y de servicios, sino también para la beneficiosa circulación de capitales y mano de obra. Finalmente, el creciente proceso de liberalización que avanza en el mundo obliga a reconocer que el desarrollo europeo tiene una proyección universal. No se debe ignorarlo y plantear la secuencia de las cosas de otro modo resultaría tan erróneo como inoperante. Es notorio que las naciones avanzadas procuran que sus sectores económicos más estratégicos- -los relacionados con el corazón del mundo financiero, la defensa nacional, el autoabastecimiento alimentario, además de aquellos otros que produzcan energía y bienes de cabecera, no sean dominados, en proporción considerable, por poderes económicos situados más allá de sus fronteras. Este cambio de actitud se ha revelado muy eficaz en casos tan destacados como el japonés, cuyo Ministerio de Industria y Comercio Exterior, el famoso MITI, ha obtenido frutos óptimos en el difícil proceso de la reconversión industrial. En todo el mundo, este nuevo modo de operar se ha bautizado con un nombre expresivo: neocorporativismo Ahora bien, manteniendo las ventajas derivadas de la economía de mercado- reconocida en todas partes- -se admite que la vanguardia de este movimiento la impulse el sector privado. Por ello, los procesos, internacionalmente generalizados, de reprivatización. Por ello también la ren u n c i a a p r o p ó s i t o s de hegemonía sectorial- -priva- U UNA ECONOMÍA NACIONAL dos o públicos- -que están descalificados. Conduce, todo ello, a una redefinición de la política económica con relación a las empresas extranjeras y al ámbito de las influencias exteriores. De un nacionalismo riguroso al modo del que informó el manifiesto de las Cámaras de Comercio de 1898, se fue evolucionando hacia la confiada creencia en la teoría librecambista de los costes comparativos como si David Ricardo, desde su Olimpo, dictase una doctrina perfecta e incuestionable. Sin aceptar ninguna de ambas extremas teorías, porque la primera frena el progreso y la segunda desmantela posiciones nacionales fundamentales, la práctica que mejores resultados ofrece en el mundo combina la seguridad y coherencia del conjunto económico de una nación con la admisión de una libertad no ilimitada de operaciones económicas de marco internacional. AY en estos días un exceso de frases y simplificaciones en torno a la última reunión de la CEE en Copenhague. La Comunidad Europea es un mecanismo sumamente complejo que resiste mal los resúmenes de, trazo grueso. Demasiados intérpretes del momento se empeñan en hacer frases brillantes: Europa demuestra su impotencia mientras los grandes se entienden a sus espaldas. O también esta otra sentencia lapidaria: unas toneladas de trigo o de maíz paralizan el gran designio del Tratado de Roma. Estas banalidades deben ser desterradas si se trata de entender en serio lo que acaban de discutir los Doce. La unificación europea no se puede hacer sobre declaraciones de principios. Son mucho más fiables los debates y las rupturas en torno al maíz y al trigo que las invocaciones al común legado espiritual. Hay que desconfiar de quienes rehuyen lo concreto, lo preciso: la futu- H FRENTE AL EUROPESIMISMO ra unidad económica de Europa se sirve con mayor lealtad resolviendo las diferencias sobre excedentes lácteos o sobre tráfico aéreo. Los dos grandes caballos de batalla de Copenhague se centraban en el nuevo sistema de estabilización de precios agrícolas y en el monto de los llamados fondos estructurales. La primera de estas cuestiones envolvía, no se ha recordado bastante, la viabilidad de la política agraria dé la CEE en su conjunto. Jacques Delors defendía la necesidad de rebajar los precios agrícolas de manera automática cada vez que un determinado producto alcanzara un techo de producción previamente fijado por los Doce. Esta reducción automática de los precios se convierte en un problema de ser o no ser (por despreciable que pueda parecer a los metafísicos del europeísmo) en el caso del trigo. Delors, junto a los británicos, era partidario de marcar un techo máximo de 160 millones de toneladas. Se dice que ciertos intereses electorales franceses y alemanes demoraron la decisión. Pero el problema podrá resolverse en la reunión de emergencia fijada para el 11 de febrero. Sin estabilizadores de precios no habrá Europa agrícola ni avances serios hacia la unidad europea. Los fondos estructurales, por su parte, son el instrumento de compensación entre la Europa bien entrenada del norte y los nuevos miembros, más vulnerables, de la Comunidad: España y Portugal especialmente. No cabe establecer un espacio único europeo sin facilitar a los nuevos miembros unas estructuras suplementarias para resistir el embate competidor de los p r i m e r o s años. España podría recibir por este concepto el equivalente de medio billón de pesetas en créditos extraordinarios antes de 1992. Sería una inyección de fuerte efecto modernizador, puesto que la totalidad de esos créditos debería aplicarse a la sustitución de estructuras industriales y comerciales envejecidas. Hemos aludido aquí a dos asuntos complementarios: ambos muestran que la CEE sigue construyendo su cimiento firme en medio de las dificultades financieras y defensivas de estos meses. LA REINA ACADÉMICA A recepción de la Reina como académica de honor en la Real de Bellas Artes de San Fernando encierra una doble significación: expresa el reconocimiento de la corporación a Doña Sofía por su constante interés hacia las actividades artísticas, lo que la ha convertido en testigo excepcional de las grandes manifestaciones culturales de la nación; pero también viene a poner de relieve el sólido vínculo que hoy liga a la Corona con el mundo del arte. En la tradición de la Monarquía española, que refleja elocuentemente tantas iniciativas reales- desde el Museo del Prado a la Ciudad Universitaria de Madrid- la Institución ha sabido conectar con el universo de los creadores y trasmitir a la opinión pública el valor decisivo de las artes en la conformación de una sociedad donde las aportaciones del espíritu a la calidad de la vida sean un principio vertebrador de las relaciones humanas. L Presidente- Editor GUILLERMO LUCA DE TENA Director LUIS MARÍA ANSON Director de ABC de Sevilla Francisco Giménez- Alemán Subdirector: Antonio Burgos ABC Subdirectores Darío Vateárcel. Joaquín Vila, José Javaloyes, Manuel Adrio, Joaquín Amado Jefes de Redacción: J A. Gundín (Continuidad) J. C. Azcue (E. Especiales) 8, Berasátegui (ABC Literario) A Fernández (Economía) J. I G, a Garzón (Cultura) A, A. González (Continuidad) R Gutiérrez (Continuidad) L. Lz Nicolás (Reportajes) C. Marioona (Continuidad) J. L. Martín Descalzo (Sociedad) J. 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