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ABC MADRID 29-11-1987 página 214
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ABC MADRID 29-11-1987 página 214

  • EdiciónABC, MADRID
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AL LORO N d siíio más mc pcrpi d o en L l M c i r o me el oira di. i a un schor que llevaba el cucllti. la pi chfr i V los puños de la camisol jtd mi rabí emente ilmidnnadobr Llamaba a alcndón, nti Por Antonio DIAZ- CAÑABATE IL S digo n usit dtjí má Y es Mondrugón, por la mesa, m. iespetiali ado en planchadoras. que. rccilmcnic. lo planchado ne id. i5 por las diestras mani s Era el don Juan Je la plancha, con almidón cnbra unn fran Naiuraímente, acabó easándose de las planchadoras. La maesurestancia, oiortíü e m p a q u e con una planchadontj que se Va nn w üevan las cnrünas y tra presidía el conclave de las las sabía rodas Y e ídi ¡Oué mnínoncs blancos y liceos por oficialas, reidoras, cantarínas v camisas llevaba siempre! Lreo ci atmiiióu. Hacia preciado. La parlanchma Y por la mesa, hübítación se cnní bkcia, ptif- esparcida como montones de que hasia los faldones ihan almidonados por la planchadora qvc los hcsos cortinones semenieve, la ropa que esperaba el jaban ala barde rttt v í k m n i a tjuc tábano de la plancha. jOuc pri- de turno. Conocía et arte ói- la plancha t o m o nadie. Una wc dab n guardia aJ baJcún. a Ja mores salían de aquellas male vimos con una planchadora pueri i Ank s se dfcía de una nos! ¡Qué ropitas de cristianar! más fea que Picio. -Pero, oye pejM na ateclada que era almi- l e d i j i m o s- ¿de dónde has donada, V se calumniaba al al- j O u é c a m i s o l a s de t o r e r o s! jOu ¿cnagua í pomposas! ¡Oue sacado a ese renacuajo? Y nos midcin. gorros de cocmerüs! Oue ue- aclaró: Pues esc renacuajo engos de mantelería! Out cami- cañona que es una mstravilhi. Entre ID oficios qutj esrán sas de bombreJ Vosotros no sahíis lo que es dando Jas boqueadas natura el encañonar. Ls algo mucho iTiás A mi, ¡que no me digan Ev de las planchaüOTüs. Por el M J 05 eran los verdaiíero olicJos diíícil de aprender que el Derednd de antaño abundaban los mujehles, y no meterse en nna cho Admimstrativo, y t 3 a tiene una. manos que hacen fiUiíralallcres de V TH de oficina a leclear una máquina o a resolver cxpedienies. o to- nas con la plancha. La otra laroír el ortiulto eon que una mude tenía que encañonar una das las demás ocupaciones en chacha d m a Yo soy planeliaque ahora se emplea la mujer enagua de la Raquel M e l k r doni de lo ííno. ¡Oue airayenFui a verla, OÍÍÚ obra de arte! ici aquellos lalleies de plancha! casi lodas ajenas a su índole ícmenma. ¿Como p xlri conser- Cada p h e a u e era como una L na ntesa larga v ancha, cupincelada de Velá quez, y reñí var su fcmineídaii una señonía bierta con un lienzo de impoluque es jefe de neg M: iado? Hn con la Asun que es una chata blancura. En el centro, una cambio, las que se dedican a pucera, y le pedí retacioncs a la palangana con agua. El planencañonadora. Como la pobre las labores propias de su Í. CVO c h e r o c a l e n t a d o con c a r b ó n acrecientan su deliciosa mimn- es lan feíta y nunca había tenifuerte. Las lablüs de madera sería. Asi, tas planchadoras. do novio, figuraos su alegría, Y para colocar las piezas v sacarlo estoy pasando de pnmera. les brillo, iban v nian las Recuerdo que un compatiero planchas, que se tabiicaban en mío de Universidad se habM HUMOR E Antología del h u m o r LAS PLANCHADORAS No hablamos más que de la plancha. Aver estuvo rizando una eamisola de Jusehto, jLo que d a ñ a yo por poder iucir una camisa aii! Es al o como llevar en el pecho un ardin nevado. Cuando la lermmc delante de todo el taller le bese las manc) s. y a ella se le saltaron las lá nmas jEs má bueAhora creo que hay planchadores mecánicos. jOué mas du! Ya se ha perdido el gusto pifr las p r e n d d s p l a n c h a d a s con üTle. Ni siquiera el fraco se lleva eon pechera almidonada, ni con cuello duro. jCon lo biyniía üue era una mujer planc h a n o o! Ü l r o a m i a o mío se enamoró de su criada viéndola lanchar y se casó con ella Eajo la plancha. Me queexplico. la condición de no dejara k ¡Qué movimicnTos tan grücile los de una mujer plancliando, qué armonía la del vaivén de La mano y de su cuerpo! Es como una danza suave ceremoniosa La plancha se desliza como una caricia. jAy. si las mujeres acariciaran como planchan! bueno. pues nada, las muy lonias, por ntf planchar, se hacen Jefes de ncjioajdo. ¡Planchadoras de lo fino, no me extraña qtje os estéis muriendo, porque lo fmo ya no existe! (ABC, 27- 11- 1363) Hijos chicos, problemas chicos; hijos aranaes, problenjas grandes. La colunuia de Isidoro Por Isidoro Loi E; N o s e a p r o b l e m c con los robk- mas hasla que los prolemas lo aproblemen a usted. -OEl íiculisia probaba con jíran panencia unos le me? tras otros a una cliente. Nada parecía servirle- N o se d e s a n i m e u s t e d- dijo el oftalmólogo- A veces es dihViL dar con los lentes apropiados. -S I- r e p l i c ó ella- -i sobre todo cuand i una viene a compnirlos para una aiitig; i. PROBLEMAS Aviso en un peritklLCO. Ten o un líallo míe cania a las cuatro. Deseo cambiarlo por otro que cante j las cin- ONo me digáis que este problema es difícil, Si no íuese diíícil, no serüt problema Foch Un hi mtire bü ahogaba con un hutso de pollo. Llamaron apresuradamente al mídico, jULcn se lo aco- Cuanto le debo? -preguntó el hombre. -P o r lo menos la mjtad de lo que esiaba dispuesto a pagar cunindo el hueso estaba todavía en la í ai iinia- contestó el doctor. Un par de zapatos apfCTados es la mayor bendición. Lo hacej nh jíiar a uno todo otro dolor o preocupación. John Rillinc -ü- -Don Isidoro, ¿v usredV- -Yo me he ucostumbradii tanto a estar aprublemiido que c u a n d o estoy t r a n q u i l o me pongo nervioso. 54

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