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ABC MADRID 29-11-1987 página 38
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ABC MADRID 29-11-1987 página 38

  • EdiciónABC, MADRID
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38 ABC OPINIÓN DOMINGO 29- 11- 87 Panorama A p p ¡To Sólo Se l MALDADES, A? CE P A úUAtUTOsEN QAMBí NO Se LE 0 ¿üRR AJADA, ASÍ RELOJ DE AYER NA avería en el reloj que uso habitualmente me obligó a buscar una solución provisional en los armarios de la infancia. He recurrido a otro reloj en cuya esfera la memoria proyecta historias de otra época. Preciso y exacto en la medida del tiempo, diríase que sus minutos y sus horas tienen distinto ritmo que el aparato llevado al taller del relojero. Camilo José Cela decía hace poco que es distinto el minuto del enamorado que el del condenado a muerte, y quizá sean también diferentes las horas de los niños que las de los jóvenes, los maduros o los ancianos. El lenguaje popular refleja muy bien cuanto de subjetivo hay en el paso del tiempo al referirse a las largas horas y los breves minutos, como si ante el cronómetro existiesen unas horas con prórroga o unos minutos que no llegasen a los sesenta segundos. ¿Es el tiempo lo mismo para Ronald Reagan y para Mijail Gorbachov a medida que los días se acercan al 7 de diciembre, fecha en que firmarán el acuerdo de desarme de los euromisiles? ¿Qué es, en la memoria del pequeño Akaitz el hijo de María Dolores González Catáraín, Yoyes el instante en que fuéfáséstñadá su madre en una plaza de Oftíizia? Cuentan en estos días que el niño, de cuatro años de edad, comenta al pasar por esa plaza: Hemen hil zuten ama Aquí mataron a mi madre ¿Y qué son las de incomunicación y nieve, cuando aún no ha entrado el invierno por la puerta del calendario oficial, para las cuarenta aldeas aisladas de mi tierra asturiana, en algunas de las cuales la luz eléctrica sigue siendo un sueño? Miro a la esfera del reloj de mi infancia, reloj orondo y de acero inoxidable, y en sus enormes números veo que se han detenido él tiempo y la memoria, como si estuviesen en un frigorífico. Mas no tengo la mano para ahuyentar el hielo y regresar a la vida a cuanto allí se almacena. A veces los recuerdos atormentan, por inalcanzables, mientras las agujas del viejo reloj siguen indiferentes, como Una noria ausente, tan ajenas como las cajas fuertes de los hoteles cuando son alquiladas por turistas japoneses. Siento que ni un minuto del ayer sea mío. Faustino F. ALVAREZ U Cosas que pasan L M- 151 M UCHAS familias españolas han enviado a sus hijas a Inglaterra e Irlanda para que éstas perfeccionaran la lengua inglesa, imprescindible en la vida de hoy. Los resultados no siempre han sido los mismos. Las hubo que retornaron hablando como una locutura de la BBC, otras que parecían naturales de Sussex, algunas que no pasaron del May tailor is rich y unas pocas que volvieron a sus hogares- milagros del amor- dominando el italiano. Pero todas ellas, al bajar por la escalerilla del avión, inspiraron a los familiares que las esperaban en el aeropuerto la misma frase: -Cómo na engordado la pobre- Porque esto es verdad. Vuelven bastante gordas de Inglaterra. La misma sensación la ha debido experimentar el vicepresidente Guerra al encontrarse con su hijo político preferido, el comandante Daniel Ortega, en el aeropuerto de Managua. Ortega, después de unos años de mando personal y buena vida, se ha puesto pepón y papudo, corrió si comiera filetes de carne macerados en cortisona. Está de demasiado buen ver y, ha echado mucho trasero. Eso también le sucedía a las que volvían de Inglaterra. Qué venían con un culo enorme. No pompís, que el pompis s e tiene hasta cumplir Un año de edad, sino culo. Pues el comandante Ortega parece que ha permanecido tres íneses en el Rosslyn House College, que es- uno de los más elegantes colegios femeninos para extranjeros aspirantes a perfeccionar el inglés y desproporcionar sus panderos. Guerra no habrá podido reprimir su decepción al verle tan culón y torpe. Secuelas de la Revolución sin duda. También le habrá sorprendido á Guerra el automóvil que usa su amigo Ortega. Es un jeep militar que sólo tienen algunos millonarios de California, porque su vator supera con creces al de los Mercedes de última hornada. Familiarmente se le conoce por Mutt y su modelo responde a las siglas M- 151. Es un jeep de lujo, de fabricación norteamericana, acondicionado con todas las comodidades figurables. A Guerra le hacía más ilusión que el coche de Ortega fuera ruso, pero éstos son más duros, se estropean demasiado y someten a la zona cular del usuario a suplicios lacerantes y trascendentes. No es vehículo apropiado para gordas peponas. En ese jeep M- 151, Ortega se trasladaba hasta hace poco a los campos de entrenamiento militar donde el Ejército nicaragüense, asesorado por expertos soviéticos y cubanos, adiestraba a terroristas de naciones amigas para que mataran mejor de regreso a sus países. Estos terroristas no echaban culo, pero aprendían muy bien a asesinar. El que fuera embajador de España en Managua, Mariano Baselga, lo denunció y le sustituyeron. Desde ese jeep M- 151, Ortega contemplaba cómo progresaban los conocimientos de sus ilustres huéspedes, los terroristas de ETA. Claro que Alfonso Guerra tiene respuesta para todo. Me preocupa la gordura del comandante Ortega. La Revolución le está cebando. Si no se le viera tanto en su jeep americano de lujo, se diría que permanece estabulado mientras lee las novelas de García Márquez. Alfonso Guerra, que es el vicesecretario general del partido de los pobres, se habrá llevado un disgusto. Comer tanto en un país muerto de hambre, y que gasta la mayor parte del presupuesto en uniformes y armamento, no es muy progresista. Se debe sufrir mucho con este tipo de amores. Aunquen le paseen en el jeep Alfonso USSIA ESCUELA INFANTIL EN FUNCIONAMIENTO PRECISA DOS SUCIAS Enviar curriculum vitae y- fotografía- Apartado 45193. Madrid

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