ABC MADRID 23-11-1987 página 19

LUNES 23- 11- 87- OPINIÓN -ABC, pág. 19- O vamos a entrar en la polémica que ha surgido en estos días en torno a la posible fusión del Banco de Bilbao y el Español de Crédito. Tampoco nos parece útil el clima de apasionamiento suscitado por la espectacular noticia. Queremos abordar, al margen de las ventajas o desventajas de esta integración bancaria, un asunto de mayor calado: él de la defensa que deba oponer una nación europea como España ante los intentos de colonización financiera que caerán sobre nuestra economía en los próximos años. La primera cuestión de fondo no se centra en un problema de dimensión sino de capacidad operativa: esto es, de profesionalidad, de competitividad y de índices de productividad. Los costes de transformación de la Banca española son un 60 por 100 más elevados que los del promedio de los países de la OCDE: y así, el gasto medio de un Banco español es considerablemente más alto que el de un competidor holandés, británico o suizo. Ese mayor gasto tiene que repercutir inevitablemente en el coste del dinero y en la calidad del servicio. Por eso nos encontramos hoy con que el 17 por 100 del negocio bancario- nada menos- ha pasado en estos años a entidades extranjeras. ¿No habrá llegado el momento de plantear en España una pacífica y escalonada contraofensiva? A sobreabundancia de oficinas bancarias es, en nuestro p aís, desmesurada: en España hay un establecimiento bancario por cada 1.200 h a b i t a n t e s mientras que en la Europa de los Doce la proporción es de 1 a 4.000. La inversión en créditos por cada empleado de la Banca española es de 160 millones de pesetas; de 330 millones por empleado en la Banca francesa; de 400 millones en el caso de Italia. El problema de la dimensión es secundai io pero tampoco puede desconocerse. Los partidarios de las integraciones bancarias insisten en un argumento: en años de creciente fluidez de capitales hay que evitar el aventurerismo financiero que amenaza desde el exterior. Nadie o casi nadie podría abordar la compra de un N LA BANCA ESPAÑOLA EN EL PROCESO DE INTEGRACIÓN EUROPEA significativo paquete de acciones en un Banco privado como el Barclays, el BNP o la Banca Nazionale del Lavoro. Es posible que el acuerdo inicial entre Bilbao y Banesto pueda firmarse esta misma semana. Lo que a nuestro juicio importa es que las transacciones que puedan llevarse a cabo se basen en la transparencia y en el espíritu de concordia. La utilización abusiva de la información interna podría des e n c a d e n a r en la frágil economía española procesos de especulación ruinosos. Haya o no haya integración Banesto- Bilbao es indispensable subrayar el valor de la información leal cuando se trata de títulos que están en el mercado, cuya compra o venta depende de un mero acto de libertad. Hay que esperar también que el Gobierno cumpla su papel y se mantenga al margen, sin interferir ni mediatizar esas transacciones. Nos parece imprudente que el portavoz del Gobierno se pronuncie sobre la simpatía o antipatía con que el poder observa un proceso abierto entre dos empresas privadas. Por eso ha destacado, en medio de las declaraciones inoportunas, la circunspección ejemplar mantenida hasta hoy por el Banco de España. Hace pocas semanas el gobernador del Banco de Inglaterra lanzaba esta advertencia: Los grandes asuntos de la Banca británica no pueden quedar al albur de lo que dicten intereses extranjeros. Nuestro respeto por la libertad de mercado no nos permitirá confundir los intereses vitales de la economía nacional. El Banco de Inglaterra empleará toda su fuerza en evitar que intereses ajenos puedan dirigir, sin nuestro conocimiento, el sistema financiero de la nación. Nadie sospechará que el Banco de Inglaterra. se ha convertido de pronto al intervencionismo. Pero una cosa es la fe en la libre iniciativa y otra muy distinta el culto ingenuo a los milagros del mercado. N 1992 entrará en vigor el Acta Única. Un único espacio europeo transformará de raíz nuestras redes comerciales, nuestros canales de distribución y nuestro sistema de crédito. En 1993 las autoridades españolas no podrán denegar la entrada en España de nuevos Bancos comunitarios. Desde esa misma fecha los Bancos europeos establecidos en España dispondrán de libertad plena de expansión geográfica. Los límites actuales para la financiación en el mercado interior desaparecerán. Las actuales normas de protección serán abolidas y la competencia será desde entonces abierta. El sistema financiero habrá entrado, de verdad, en el marco jurídico del capitalismo europeo, con muchos competidores avezados y capaces. La Banca española no podrá enfrentarse a la gran competición sin modernizar a fondo sus criterios y su estrategia. No conviene tomar partido sobre la fusión de dos grandes y respetables Bancos españoles como si se avecinara uña gran velada de lucha libre. Posiblemente la prudencia y la experiencia del Banesto y el dinamismo y el empuje internacional del Banco de Bilbao pueden complementarse y apoyarse m u t u a m e n t e Pero es la Banca, toda ella en su conjunto, la que mantiene hoy la mirada atenta de los españoles. Una negociación rápida, transparente y clara es lo que devolverá a los grandes Bancos españoles su imagen de seriedad y su crédito moral. Porque, al margen de la conveniencia o la inconveniencia de la fusión de los grandes Bancos españoles- y existen argumentos de peso en uno y otro sentido- una vez hecho un gesto como el realizado por el Banco de Bilbao parece conveniente que se abra una negociación clara, sin prejuzgar nada. Se trata de hablar con la prudencia y la concordia que cabe esperar de los representantes de dos entidades tan serias y prestigiosas como el Banesto y el Bilbao. E L L expresivo dibujo de Mingóte, ilustración de nuestra portada de hoy, atina una vez más en la diana de una actualidad alarmante: la reiteración de actos de violencia y la lenidad con la que son sancionados; lenidad que se traduce no pocas veces en práctica impunidad. Alude irónicamente el dibujo al botellazo que hirió en la cabeza a un futbolista, que tuvo que recibir varios puntos de sutura. La botella fue lanzada en el estadio del Sestao desde el cobarde anonimato de la masa de espectadores, pero el agresor resultó detenido posteriormente. El juez de Baracaldo atento, al parecer, a la calificación del botellazo como falta ha decidido, de momento, la libertad del agresor. La opinión pública española, ajena a las calificaciones legales y muy sensible en cambio a la peligrosidad de los actos, aún de consecuencias leves, se resiste a admitir que éstas y otras violencias no tengan inmediatamente sanción más grave. Si es preciso legislar de nuevo para corregirlas debe hacerse sin demora. Lo inaceptable es tolerarlas y provocar, así, el descrédito de la Justicia. E MAYOR SEVERIDAD Presidente- Editor GUILLERMO LUCA DE TENA Director LUIS MARÍA ANSON Director de ABC de Sevilla Francisco Giménez- Alemán Subdirector: Antonio Burgos ABC Subdirectores Darío Valcárcel, Joaquín Vila. José Javaloyes, Manuel Adrio, Joaquín Amado Jefes de Redacción: J. A. Gundín (Continuidad) J. C. Azcue (E. Especiales) B. Berasátegui (ABC Literario) A. Fernández (Economía) J. I. G. a Garzón (Cultura) A. A. González (Continuidad) R. Gutiérrez (Continuidad) L. Lz. Nicolás (Reportajes) C. Maribona (Continuidad) J. L. Martín Descalzo (Sociedad) J. Olmo (Edición) L I. 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