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ABC MADRID 09-11-1987 página 45
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ABC MADRID 09-11-1987 página 45

  • EdiciónABC, MADRID
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LUNES 9- 11- 87 ABC Bolsa Futuro- A B C 45 Tipos de interés a la baja y una peseta más competitiva, efectos positivos de la crisis La situación de crisis de las Bolsas españolas está siendo aprovechada para introducir cambios significativos en la política cambiaría, según los expertos de la revista Especial Directivos El enorme problema consistente en hacer frente a la elevada cotización de la divisa española podría resultar aliviado en los próximos meses si el tratamiento de los problemas bolsísticos induce a acelerar la baja de los tipos de interés, como parece que está sucediendo. El Banco de España ha intentado a lo largo de las últimas semanas dos recetas frente a la crisis de confianza bursátil: la de los tipos de interés a la baja y la intervención directa a través de las entidades financieras de primera fila. La primera de estas dos medicinas, la de utilizar a la baja los tipos de interés, ha dado pocos resultados en la orientación de los mercados de divisas, pero sí ha facilitado, en cambio, una tendencia clara de salida de capitales al exterior, mejorando con ello las tensiones de liquidez y propiciando una suavización de la cotización de la peseta. Si estas tendencias continúan- dice la revista- podríamos asistir a un deslizamiento suave a la baja del tipo de cambio de la peseta, con el consiguiente alivio para una parte de la industria española, aquejada por serios problemas de competitividad internacional. La crisis de la Bolsa habría sido positiva, a juicio de los expertos, si al final se salda con una depreciación de la moneda. Carta abierta del síndico de la Bolsa a los accionistas en posiciones extremas desvenQuerido accionista: siempre La Bolsa, probablemente, te ha- dado muchas satisfacciones en los últimos años y algún disgusto morrocotudo. Desde el pasado 19 de octubre, ese mercado de valores que parecía fuente segura de inagotable maná ha secado sus v e n e r o s y, usando un símil muy gráfico, parece que ha entrado en período de estiaje. Las pronunciadas bajas de los días subsiguientes a la gran caída de la Enrique de Benito Bolsa de Nueva Síndico de la Bolsa de Madrid York han hecho que caigamos todos en la cuenta del fenómeno conocido como internacionalización de la economía y que, desde entonces, estemos más atentos al curso del dólar y a la marcha de los cambios en las Bolsas foráneas que al estado real de nuestras empresas cotizadas en los mercados españoles. Creo, con esto, haber descrito un estado de ánimo generalizado especialmente entre los partidarios de emociones fuertes, que gustan de mercados especulativos y que, antes de invertir en la Bolsa lo que hacen es comerciar en valores a la búsqueda de la sabrosa plusvalía fruto de las diferencias de cambio. Pero todos, inversores y especuladores, son accionistas y elementos esenciales, en cualquier clase de mercado. Ante el momento actual, se me ocurren una serie de consideraciones pariguales: 1) No deben tomarse nunca decisiones precipitadas. Las situaciones de paroxismo, al alza o la baja, nos colocan tajosas: vender al peor cambio o comprar al más caro. Es preferible aguantar los nervios y actuar desde la serenidad. 2) Efectuar las inversiones y desinversiones con conocimiento de causa. Esto de la Bolsa requiere una cierta vocación de análisis y una más que mediana información sobre los mercados. Si usted carece de esos elementos, le conviene consultar al especialista, sin automedicarse ni trabajar de oído. 3) Acuda al mercado de nuevas emisiones de valores que estén ya en su cartera o bien inicie ésta con derechos de suscripción. Frecuentemente este proceder genera precios medios inferiores a los del mercado y sujeta el ahorro a un cierto programa y disciplina financieras. 4) No coloque todos los huevos en la misma cesta La diversificación es un principio elemental en Bolsa. Una cierta parte del ahorro debe de estar invertida en instrumentos fácilmente rescatables en dinero (por ejemplo, pagarés negociables) otra parte es conveniente reservarla para la inversión en renta fija, que proporciona intereses seguros y constituye un segundo frente de liquidez. Por último, invierta en renta variable, teniendo en cuenta tres factores: la marcha real de la economía española, la del sector al que dirija sus preferencias y, final; mente, la de la empresa destinataria de su inversión. Son estos unos consejos de perpgrullo. Pero frecuentemente la evidencia, poniendo coto a la fantasía, coloca a la codicia muy por detrás del sentido común. Y éste debe de regir todos los actos de nuestra vida. Enrique F. BENITO Y RODRÍGUEZ La gestión es más difícil sin euforia La gestión bursátil, cuando no hay euforia alcista- e n esto está todo el mundo de acuerdo- es, sin duda, más difícil, pues un alza continua, como la que hemos tenido, lava muchos pecados de las decisiones. La mecánica es bien conocida. Las oscilaciones son más cortas en el tiempo y más altas y bajas en el espacio. La competición entre compradores y vendedores se plantea entre quienes compran y venden en seguida y quienes aprovechan los repuntes para llevarse el dinero a casa, porque se consideran atrapados. Las bajas son mucho más heterogéneas en valor, porque el aura alcista, el mogollón, los unificaba y ya no funciona, añade Núñez- Lagos. Se puede utilizar la venta a crédito con más frecuencia, pero no menor riesgo. Nuestra singularidad nacional va a tener un solo punto de apoyo: la situación interna de las empresas, con lo que, pasado aquel pánico al alza y a la baja, la Bolsa se va a racionalizar o al menos es un deseo hasta ahora no cumplido. El retorno a la base se impone. La Bolsa se ha estrellado por separarse excesivamente de su legitimidad de origen: la acción no es más una parte del capital de la empresa y a ella hay que mirar. Esto es lo que dice la razón, pero la tortícolis actual mirando hacia la última Bolsa extranjera que acaba de cerrar es el criterio dominante. ¿Seguirá de moda la Bolsa? Nadie duda que la gran expansión bursátil tiene un componente de afición a los juegos de azar y una parte del público de bingos y quinielas se ha incorporado a ella añade Núñez- Lagos. Con la gran dificultad de construir expectativas, tenemos el riesgo de que desfallezca. Sin embargo, la función de la Bolsa, como institución pública o social, se ha revalorizado. Ha habido una opinión colectiva mundial, simbolizada en la Bolsa, que se ha insolentado con las autoridades financieras del mundo, que discuten y discuten. La Bolsa ha puesto las cartas boca arriba. Si siguen así, nos hundimos todos y nosotros vamos a dar ejemplo por anticipado. Su misión es información y transparencia, e- ¡ncr. entament e- la ha cumplido. Pero qué es la moda, sino un anuncio o heraldo del futuro y cuál es su secreto, sino la innovación. Hay que extraer lecciones. Según los periódicos financieros internacionales de mayor difusión, la Bolsa española es la que más tarde ha reaccionado y por motivos más ajenos a la mecánica del mercado. Ha demostrado falta de liquidez, estrechez y flexibilidad operativas, que se achaca a la ortopedia de los límites, en lugar de libertad, en la fomación de los cambios y falta de institu- cionalización propiamente bursátil. La ausencia de una intermediación bursátil especializada que preste al mercado no sólo su profesionalidad, técnicas, experiencia- y en momentos difíciles sus oraciones- sino también sus recursos, sus fondos propios. Este estado de opinión internacional puede ser cierto o no, puede influir en las decisiones de la inversión extranjera o no. Pero en cualquier caso no se puede esconder, porque si es cierta, y no podemos hacer nada contra ella, todo lo que he dicho anteriormente tiene este condicionante previo. Si es cierta la sensación de encerrona que dicen que tienen, la Bolsa española no levanta cabeza.

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