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ABC MADRID 07-11-1987 página 17
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ABC MADRID 07-11-1987 página 17

  • EdiciónABC, MADRID
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SÁBADO 7- 1.1- 87 OPINIÓN ZIGZAG ABC 17 Escenas políticas Don Juan TRA vez el turbión de las aguas desmadradas (no iban a ser las aguas lo único que no se desmadrara en este país) ha azotado a mi gente y mi tierra. La riada ha convertido los bancales del azahar en una trágica playa de fango y desolación. El Segura pasa por Murcia casi besando los pies de la Virgen de los Peligros, que está encimica del puente y se desborda por la huerta anegando verduras e inundando tinajeros. Deontología Una clínica en Madrid, debidamente autorizada por las autoridades sanitarias, ha llevado a cabo, según estadísticas recientemente publicadas, cerca de 6.000 abortos en los nueve pri meros meses de este año. La cifra, teniendo en cuenta los tres supuestos legales que despenalizan el aborto, es a todas luces exagerada. Parece llegado el momento de que, deontológicamente y por quienes corresponda, se tomen cartas en el asunto y se solicite de los responsables del Centro en cuestión las historias clínicas de esos casi seis mil casos, respetando lógicamente el anonimato de las pacientes, no vaya a ser que se den motivos sobrados para proceder a una acción tan legal como directa. Hay cifras que por su espectacularidad y desproporción no sólo claman al cielo, por los hechos a que se refieren, sino también a la tierra y a las leyes de los hombres. Lo que para la UNESCO era un aniversario de especial relevancia- Mozart dirigió por primera vez su ópera Don Juan en Praga, hace doscientos años- para la capital checoslovaca no ha sido más que una representación rutinaria: ni se celebró en el teatro original- ahora en restauración- ni se anunció al público el acontecimiento, ni fueron invitadas personalidades, Pero no es la escasa brillantez de esta celebración lo que queremos destacar, sino el bicente nario de una de las óperas mejor dibujadas y más completas del mundo. O ALQUERÍAS BEACH El temor al radar El próximo día 21 entra en vigor una nueva sanción en materia de velocidad. Una marea de preocupaciones se ha levantado entre la opinión pública, atemorizada por el flash del radar escondido en un cultivo o tras un matorral. Un grupo de trabajadores que vive en la carretera nos ha enviado una carta con unas puntualizaciones que conviene subrayar. Por ejemplo, que velocidad no es siempre sinónimo de accidente; que una observación constante del cuentakilómetros puede desviar la atención de las circunstancias reales o de lo que ocurre delante del parabrisas; que las señales de tráfico de control de velocidad sufren tales alteraciones en pocos metros que el frenazo es la salida más recurrida y, no debe olvidarse, la más peligrosa, porque hay conductores veloces y despreocupados por el importe de la multa y conductores lentos y obsesionados con las 29.000 pesetas de la sanción. Hacen falta, púés, otras muchas medidas que hagan nuestras carreteras más seguras, y no sólo uri nuevo método recaudatorio: OVIDIO Salas recreativas Cuando todos los calendarios escolares de este curso cumplen dos meses de clase, sorprende descubrir a los alumnos de EQB jugando al billar, disparando en las máquinas recreativas o probando suerte con las tragaperras. Y lo que es peor: desde las ocho de la mañana acompañan sus horas de novillos con litronas de cerveza y, en muchos casos, cubatas de ginebra o de ron. Los precios son módicos, al alcance dé la paga semanal de cualquier jóvencito. Tratándose de mentíres de edad, tanto los colegios como los encargados de estas salas recreativas deben ser rigurosos con la asistencia a clase de sus alumnos y con el despacho de bebidas alcohólicas a niños que todavía no han estudiado la Reconquista. C E NT R O SU NEGOCIO EN EL CENTRO DÉ MAJADAHONDA Información y venta de locales: (Exceptcrf tíitbststrde) Es, esta del agua en el Levante y en el Sureste, una vieja canción que viene repitiendo su estribillo al través de los siglos. Tierra roja, fértil y seca, mira a los cielos en una eterna imprecación de agua. Y luego, cuando los cielos dicen agua va y las nubes vuelcan el cántaro sobre los vergeles, las ramblas se hinchen y caen en catarata arrollando cosechas y entrándose por las puertas de las casas huertanas. Así, de los árabes. Así, desde que aquellas gentes que a mi tierra vinieron, abrieron el surco primero de las acequias y de los azarbes. El Segura y el Júcar, río rojo y río verde, son como dos dioses de la abundancia que van dejando a su paso un largo linaje de frutales y verduras. Pero, de pronto, enloquecen de furia o de plenitud y descargan sobre los tallos y sobre los pétalos la cólera bíblica de un castigo antiguo. Así, desde siempre. Así, desde aquella riada de Santa Teresa, que conmovió a Europa. Así, dos o tres veces en cada década. Ningún Gobierno ha sabido represar esas aguas, ordenar las ramblas encauzar las avenidas, domesticar la inundación. El. primer contratiempo de mi vocación periodística lo tuve yo, allá por los años cincuenta, cuando en un periódico juvenil escribí una larga lista de denominaciones para calificar las promesas políticas qUe anunciaban el inmediato, remedio: filfas, macanas, garambainas. Mentiras. ¿Cuántas veces han escuchado murcianos y valencianos de boca de los políticos la promesa de salvar sus huertas y sus jardines del enojo del agua? Tan- tas veces como decepciones y desengaños trajeron los años sucesivos. Murcia, huerta de Europa. Ya estamos en Europa, y la huerta de Europa sigue anegándose y arruinány dose cada vez que 4 el dios de la lluvia llora sobre ella. Las a uas v u e v e n a su 9 l cauce. Se seca y se aprieta el légamo. Regresa el río al regazo de la madre. Mulle el huertano los bancales asolados. Brota el verde vario y milagroso. Cuaja el oro en los naranjales. Amarillea el limón. Y otra vez, como diría el poeta de Orihuela, hay pimentón tendido en la ladera Rojea el tomate, pintan las uvas, madura el higo y la alcachofa acoraza pacientemente su tierno corazón de doncel en batallas. Y las promesas se olvidan. Se las lleva el viento por encima de las cañas flautas y de la flor adelantada del almendro. Promesas de políticos que llegan, miran, prometen y se van. Se van, pero se quedan. Zona catastrófica, dicen en seguida para dar consuelo. Mo ratoria para el tributo. Ayudas que llegan tarde, mal y nunca. Hasta otra. Ahí te quedas, tierra ahogada. El señor presidente de mi tierra le han cogido las inundac i o n e s en M i a m i Miami Beach, Alquerías Beach, Beniel Beach. En las playas de Miami hay yates anclados y motoras juguetonas. -En las playas del Segura, hay tallos vencidos, verduras arrasadas, árboles descuajados, tejados como islas. Los huertanos de mi tierra andaban con el agua en la rodilla, en el cuello, y se subían al tejado sin querer dejar su casa baja y su rincón de tierra. Hay helicópteros que izan a las gentes y se las llevan hacia lo seco y lo ajeno. El presidente de mi tierra tendrá que pensar en venirse, me dicen desde Murcia. Bon Carlos Collado habrá encontrado ya un avión que no se rompa. Carlos Collado allí, Miami Beach, mustio collado aquí, Alquerías Beach. Señores políticos, viajar es necesario, pero, ¿quién cono se queda en la tienda? Jaime CAMPMANY

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