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ABC MADRID 05-11-1987 página 35
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ABC MADRID 05-11-1987 página 35

  • EdiciónABC, MADRID
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JUEVES 5- 11- 87- OPINIÓN -ABC, pág. 35 NO de los abandonos más dolorosos para toda persona sensible ante lo hispánico, ha sido el verificado ante Guinea Ecuatorial sobre todo a partir de la reunión de La Granja, celebrada en este Real Sitio entre franceses y españoles. El Gobierno González tenía entonces marcada, como preferencia, el ingreso en la CEE. Para conseguirlo, o se pactaron muchas cosas, o resultó objetivamente como si se hubiesen pactado. Guinea Ecuatorial se había independizado de España con excelentes cimientos económicos, culturales, y de ilusión ante el futuro. Los tres grandes partidos políticos- -Munge, Monalige, Ipge- y los de tipo regionalista- -Unión Bubi, Unión Fernandina- -tenían más semejanzas que discrepancias. Una figura lamentable, la del dictador Macías, aupada sobre multitud de errores ecuatoguineanos y confesémoslo, españoles, se dio excelente maña para desbaratarlo todo. Liquidó- p o r muerte o exilio- -a todos los dirigentes; sumió al país en una crisis económica tan profunda que aún no ha salido de ella; creó, además, una atmósfera de miedo y corrupción que aún perdura. El llamado golpe de Libertad encabezado por Teodoro Obiang liquidó al dictador y pareció que iba a encarrilar al fin las cosas. Sin embargo, mal aconsejado el nuevo presidente por los economistas de Mongomo -grupo constituido por antiguos becarios en países comunistas- no se atrevió a dar el necesario paso de liberalizar los procesos de producción y distribución. No logró, tampoco, convencer a buen número de exiliados para que regresasen. A pesar del desastroso antecedente del p a r t i d o único PUNT, de Macías; volvió a montar otro. La corrupción- -los propios testimoniso hechos públicos por Obiang son definitivos- -se enseñoreó de bastantes dirigentes. España no acertó a resolver el enmarañado problema en esta nueva etapa de relaciones con Guinea Ecuatorial. A pesar de que Francia en Gabón mostraba día tras día cómo se puede respetar una independencia y no abdicar de intereses muy valiosos, no se supo en Madrid U reaccionar con la adecuada mezcla de tacto y energía. Por si fuera poco, el PSOE trató con evidente torpeza a Obia. ng. Al creer en Malabo que se ampliaba el enfado de Madrid, se buscó refugio en Mitterrand, que lo concedió generoso. A partir de ahí, se fue de cesión en cesión sin aplicar una verdadera política. El Gobierno, ahora, da la impresión de pretender que, de una vez se liquiden los pocos lazos que quedan. Parece, día tras día, justificar el que se le pueda dedicar este apostrofe publicado por Joaquín Costa en relación con esa otra triste retirada a la que dedicó su ensayo La cuestión de la Micronesia: ¡No tuvieron valor ni para soñar! Y así, perdemos presencia, intereses económicos y culturales y hasta el idioma en la única nación hispana del África subsahariana. A televisión por satélite, y captación de ios programas emitidos por antenas parabólicas, apareció desde el primer momento como el correctivo más eficaz contra la reiterada manipulación ejercida por TVE, gestionada en términos evidentes de monopolio. Fuimos los primeros en advertir y en celebrar que la televisión vía satélite pudiera ser el antídoto contra el monopolio oficial de TVE, porque nada parecía posible hacer para contrarrestar un avance tecnológico que ha superado, hace tiempo, su período experimental y difunde emisiones perfectamente adecuadas para su reproducción en televisores situados en zonas de amplitud intercontinental. Eran hechos ciertos pero no han resultado esperanzas cumplidas en su totalidad. Con antenas parabólicas se captan perfectamente, en L España, programas de televisión vía satélite. Y en la programación de nuestro periódico son anunciados en cumplido servicio informativo. Pero no parecía previsible, a decir verdad, que ahora apareciera, nacida de la noche al día, una sociedad internacional en la que ex directivos de RTVE, como participantes españoles, empiece a transmitir vía satélite programas de- televisión cuyo destinatario masivo van a ser precisamente los espectadores de televisión de nuestro país. Evidentemente, mientras se ha mantenido la atención pública pendiente de la redacción defin i t i v a del p r o y e c t o de televisiones privadas, soterradamente se ha consumado una operación política cuya clara finalidad era adelantarse a ocupar un primer espacio en el ámbito libre de la televisión vía satélite. Con lo cual, digan cuanto quieran ahora sobre la exclusión de noticias políticas en este nuevo canal (Canal 10 TV) el monopolio oficial de televisión no será tan fácilmente desmontable. La noticia de la creación de esta internacional y compleja sociedad reclama, sobre toda otra consideración funcional, una información completa a la opinión pública sobre cómo y por qué se ha constituido. La oposición debe pedir en el Congreso que el asunto se aclare. Sobre la coincidencia de su formación cuando todavía no se ha aprobado parlamentariamente la ley reguladora de emisoras privadas de televisión. Y de modo especialísimo importa esta información con vistas a realizar una evaluación justa de los motivos, o de los condicionamientos, a los que se deba atribuir la ausencia de un empeño empresarial- -que hubieran podido animar los grupos políticos no coincidentes con el socialismo- -en la creación de otra cadena de televisión vía satélite. Porque si esta empresa estaba vedada por la legislación vigente, aún resultará operación más injustamente privilegiada la que comentamos. Y entonces, aunque el satélite sea europeo, las emisiones que nos lleguen patrocinadas por los viejos nombres de TVE no van a corresponder presumiblemente a los usos de las democracias occidentales. AS catastróficas precipitaciones que han vuelto a cobrarse vidas y haciendas en Levante despiertan nuevamente solidaridad entre los españoles, que debe ser aplaudida y subrayada, y obligan a reflexionar, detenidamente, sobre la condición recurrente y casi cíclica de estos desastres. Algo se puede evitar y muchos daños pueden paliarse. Los embalses construidos en la cuenca del Segura- pese a su polémica utilización ocasional- -permiten ahora unos mínimos de tranquilidad, antaño imposibles. Pero no ocurre lo mismo con la cuenca del Júcar ni sus afluentes, o con las ramblas y barrancos que en Valencia y Alicante no bastan para llevar al mar esta especie de turbiones monzónicos. Habría que construir, acaso, nuevas presas; pero serían urgentes dos cosas: revisar qué se ha construiído en espacios tributarios de tanto cauce normalmente secos y cuánto no se ha repoblado o cuántos bosques han ardido, convirtiendo la erosión desertizadora no sólo en el más grave de los daños añadidos, sino precisamente en el origen del daño. Presidente- Editor GUILLERMO LUCA DE TENA Director LUIS MARÍA ANSON Director de ABC de Sevilla Francisco Giménez- Alemán Subdirector: Antonio Burgos ABC Subdirectores Darío Valcárce) Joaquín Vita, José Javaloyes, Manuel Adrio, Joaquín Amado Jefes de Redacción: J. A. Gundin (Continuidad J. C. A 2 cue (E. Especiales) B. Berasátegui (ABC Literario) A. Fernández (Economía) J. I. G. a Garzón (Cultura) A. A. González (Continuidad) R. Gutiérrez (Continuidad) L Lz. Nicolás (Reportajes) C. Maribona (Continuidad) J. L Martín (Descalzo (Sociedad) J. Olmo (Edición) L. I. Parada (Suplementos Económicos) L. Prados de la Plaza (Continuidad) C. 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