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ABC MADRID 03-11-1987 página 3
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ABC MADRID 03-11-1987 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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EDITADO POR PRENSA ESPAÑOLA SOCIEDAD ANÓNIMA 3 DE NOVIEMBRE 1987 FUNDADO EN 1905 POR DON TORCUATO LUCA DE TENA STA visto qué las prácticas políticas motivadas por acontecimientos comunes se acomodan, según los países, a los estilos más dispares. Inmediatamente después de cerrarse las turbulentas sesiones bursátiles de los dos últimos lunes negros el presidente Reagan, ante las cámaras de la televisión, intentó explicar las causas del descalabro e infundir la calma necesaria a una opinión amedrentada. El presidente González, mientras tanto, disertaba en Florencia sobre el hermoso ideal de la unidad europea o componía un silencioso gesto circunspecto durante los debates presupuestarios. No por ello los españoles, perplejos ante la violenta caída de las cotizaciones, nos hemos quedado ayunos de opiniones responsables: el ministro Solchaga acaba de asegurar solemnemente, con la fuerza persuasiva que le caracteriza, que ya no hay que apretarse el cinturón, y el mismísimo presidente, antes de cruzar el charco, ha vuelto a decir que si tuviera dinero invertiría en la Bolsa. Estamos, pues, en el mejor de los mundos. ABC cracia. Pero no hay que dejarse arrastrar por la teoría sin comprobar la realidad y acomodar la una a la otra. Quizá no sea ocioso decir una vez más que todo saber, como toda ignorancia, tiende a ser oportunista, y oportunistas son muchos de quienes, apoyándose en la vigencia del mercado a manerade pretexto, propagan la buena nueva de que ha vuelto venturosamente la época fecunda de las vacas gordas en la que ya es posible comprar duros a tres pesetas. Algunas voces- n o todas las que debieran alzarse en este punto- han puesto en claro que buena parte de la inversión extranjera no sólo no es productiva ni genera riqueza, sino que apunta directamente a actividades especulativas que a la postre empobrecerán al país. Y si esto es tan notorio, ¿cómo se entiende que los medios públicos de comunicación, la televisión en primer lugar, alardeen de que entran a raudales esas caudalosas fortunas en una España puesta en almoneda? REDACCIÓN ADMINISTRACIÓN TALLERES- SERRANO, 61 28006- MADRID E LA BOLSA O LA VIDA la buena fe en estos tiempos s i n estar loco de remate? dirán con su habitual desenfado. Creo que en la ausencia de buena fe mercantil está la respuesta a su insolente pregunta. Basta, para comprobar el aserto, con pulsar el candor de los pequeños inversores arruinados, o poco menos, por los vaivenes previstos ab ¡n ¡tio por los grandes especuladores. A la hora de comprar tal o cual valor esas gentes sencillas creían acertar en su modesta inversión porque alguien muy enterado les había filtrado el mágico secreto que les abría las puertas de la riqueza, sin caer en la cuenta de que tan desinteresado informador era primo hermano de los picaros más redomados en el timo de la estampita. La democracia ha de dotarse de leyes democráticas, de reglas que previsiblemente pongan remedio a los excesos recusables. Porque democracia no es anarquía, ni siquiera en economía. En cualquier país medianamente serio un especulador que utilice información privilegiada o reservada en beneficio propio tiene muchas probabilidades de dar con sus huesos en la cárcel. No hay un solo Los aires embriagadores que respiraprecedente en España de tan saludable mos a partir de ciertos signos de recupeEn el pasado agosto, sin ánimo de turración económica son fruto, en buena bar el descanso de nuestros políticos, medida; mas bien a quienes burlan al parte, de una ficción endogámica que al- publiqué en este periódico un artículo prójimo mediante tales medios se les gagunas élites erráticas cuidan de difundir, que, contra mi voluntad y mi pronóstico, rantiza el prestigio social, reservado a cautelosamente por lo general y a bom- ha producido alguna censura un tanto sus deslumbrantes habilidades. Para evibo y platillo en ocasiones, para disparar destemplada. Me limitaba a prevenir en- tar la dentellada mortal de estos tiburohacia la estratosfera la espiral de los tonces, y no me envanece haber dado nes hay que arbitrar urgentes remedios, más descarados movimientos especulati- en la diana, sobre lo artificioso de cuanto entre los que cuentan la articulación jurívos. Un puñado de grupos exógenos se venía sucediendo en las Bolsas, pues dica y financiera de los mecanismos neha lanzado sin pudor en pos de la presa, creí entender que movimientos tan bri- cesarios para frenar los movimientos esno por su agudo sentido de los negocios llantes en apariencia dependían más de peculativos de capitales, proteger la forni merced a los riesgos asumidos, ni mu- circunstancias tangenciales y subterrá- mación objetiva de los precios bursátiles cho menos en razón de su esfuerzo, sino neas que de la realidad económica. Las y acentuar la imparcialidad de quienes a lomos de una anticipada certeza sobre imputaciones de contrario consistieron en tienen acceso confidencial a los canales el resultado final de la iniciativa y a costa que mis puntos de vista pugnan con la li- privilegiados de información. No podrede la gente común, tos miles de modes- bertad de mercado. Nada más lejos de la mos, de otro modo, transitar con decoro tos ahorradores anónimos prendidos en verdad: yo no he arremetido contra el por la Europa comunitaria, que, según el señuelo de la ganancia soñada como mercado, sino contra los defectos de mis noticias, se apresta a dictar enérgiindefectible. La debilidad estructural de nuestro mercado. Galbraith, en una me- cas medidas para reforzar la claridad y la nuestras Bolsas, el tráfico abusivo de in- morable intervención ante la Internacio- solvencia del mercado. formaciones privilegiadas, la inobservan- nal Liberal, acaba de sostener que lo Ganivet trazaba en 1896 un cruel recia impune de las normas jurídicas y los que no puede hacerse es elevar la teoría agujeros negros abiertos en las prácticas del mercado a la categoría de dogma. trato de los españoles: Las anomalías mercantiles constituyen la clave del sin- Sobre el mercado hay que actuar con ra- de nuestro carácter jurídico son tales que gular fenómeno urdido por media docena cionalidad y limpieza, para adaptarlo al permiten a veces suponer a quien nos de iniciados en los inescrutables miste- hombre de carne y hueso y hacer todo observa superficialmente que somos una nación donde todas las injusticias, inmorios del azar bursátil. Los resquicios a aquello que contribuya a corregir las distravés de los cuales es relativamente fá- funciones y garantice la competencia. ralidades, abusos y rebeldías tienen su cil la fraudulenta manipulación permiten Los que en verdad atenían contra el natural asiento. Mucho han cambiado a ese oscuro club de privilegiados multi- mercado son quienes, abocándolo al ab- las cosas desde aquella dolorida España plicar hasta el infinito el valor de las ac- surdo, pretenden llevarlo a sus últimas que vieron nuestros ilustres predecesociones emitidas por sociedades técnica- consecuencias, sin transparencia, sin res de la generación del 98. Pero es trismente en quiebra y que, de ir bien las medida y sin límites. Al mercado hay que te reconocer que tanto tiempo después cosas, tardarán años luz en rendir algún devolverle su fundamento más profundo: el bergante que asalta a miles de pobres diablos, bajo la conminación legendaria parvo beneficio. la buena fe, principio esencial del comer- de la bolsa o la vida todavía anda por cioreconocido en las leyes mercantiles Sostiene Schumpeter con orgullo que más venerables y en los textos interpre- nuestras trochas con otra bolsa, la Bolsa el mercado no engaña nunca. Vano em- tativos más autorizados. Me imagino el sofisticada del mercado mobiliario, en el peño sería a estas alturas descubrir el estupor- y aun la sorna- de esos prag- punto de mira de sus fechorías. valor y la significación del mercado, el rnáticos especialistas en obtener benefigran motor de las economías occidenta- cio sin riesgo. ¿Cómo puede hablarse de les sin el cual siquiera existiría la demoRafael PÉREZ ESCOLAR

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