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ABC MADRID 02-11-1987 página 3
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ABC MADRID 02-11-1987 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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EDITADO POR PRENSA ESPAÑOLA SOCIEDAD ANÓNIMA 2 DE NOVIEMBRE 1987 FUNDADO EN 1905 POR DON TORCUATO LUCA DE TENA Pascal, el silencio eterno de los e s p a cios infinitos le espantaba; pero los espacios infinitos, ¿son un silencio o una gran llamada, una vocación al espíritu universal del hombre? Porque la Creación, si se admite, no es sólo de la tierra sino de la tierra y los cielos. El hombre es terrenal, pero ¿es ésta su última y definitiva mansión? En el Apocalipsis- l a Revelación- las cosas se transfiguran y hay como unos esponsales entre el cielo y la tierra. Dice el vidente: Luego vi un cielo nuevo y una tierra nueva- porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar no existe ya. Y oí una fuerte voz que decía desde el trono: Esta es la morada de Dios con los hombres. Pondrá su morada entre ellos y ellos serán su pueblo y El, Dios, con ellos, será su Dios... Para la generación actual, y más y más para las venideras, la desvelación del silencio de los espacios infinitos es una de las aventuras más extraordinarias que pueden vivir los hombres. Pero, ¿qué es el hombre? ¿cuál es su origen? ¿de dónde desciende si desciende de lo alto? ¿de dónde asciende si asciende de lo bajo? O si nació, como dice el evolucionismo, del agua, ¿cómo desde ella puede ascender a lo alto si ella siempre se desliza al nivel más bajo? El hombre busca en su génesis su genealogía. Para saber a dónde va- q u e es lo que quiere saber- tiene que inquerir de dónde viene. Para saber su fin tiene que saber su principio; principio y fin quieren las cosas y también las personas, la menos cosa del mundo. La generación es un llegar a ser, así como la corrupción es un dejar de ser, pero ¿qué es la generación? La Naturaleza y todas sus cosas las podemos ver ya en su quietud, reposo, permanencia, ya en su movimiento, su fluidez, su devenir. Este dualismo que ya se plantearon las mejores cabezas griegas hace veintitantos siglos, se lo puede seguir planteando cualquier mortal culto o inculto. Es la vieja pregunta: ¿Qué es lo que es siempre y jamás deviene, y qué es lo que siempre deviene y jamás es? Si la evolución es lo que siempre deviene en ella no puede haber especies específicas todas las especies estarán en vías de devenir otra cosa que lo que son, desde esa primera unión- p o r azar o casualidad- de dos células genésicas, hasta el hombre hominizado de los evolucionistas. Así, con referencia a la vida zoológica, se dice que de la sopa cósmica salieron las especies acuáticas, y de ellas las aves y los animales terrestres, y dentro de éstos, evolutivamente, los demás hasta llegar al hombre que, por razones morfológicas, descendería de la familia de los simios. Los evolucionistas, para probar este ABC LA VIDA transformismo, apelan al registro fósil. Es verdad que se registran en él algunas formas que se pueden interpretar como eslabones de una cadena evolutiva, pero en su conjunto, y esto ya le inquietó a Darwin, que era un hombre muy honrado, ese registro es un desmentido del evolucionismo. Si el transformismo evolucionista fuera verdad, ese registro estaría lleno de especies intermedias graduales, y esto, absolutamente, no es así. Los casos aislados, que no tienen que ser evolutivos, no se pueden generalizar. En cuanto al hombre, que es lo que importa, derivar de ese morfologismo- u n poco horrible- de los simios, una rama hominizada, parece arbitrario. Hay animales de mayor capacidad craneal y más inteligentes, y de tanta sensibilidad humana como la del perro, que muere de hambre sobre la tumba de su amo; y en cuanto a lo del eslabón perdido tendría que ser un eslabón supercualitativo, es decir, un no eslabón. Entre el hombre y el mono hay la misma frontera infranqueable que con cualquier otro animal. Pero lo importante es la pregunta inicial. Vamos a admitir que en la Naturaleza, sea cualquiera su origen, hay una capacidad inmanente de movimiento, de cambio, incluso de evolución. Pero, ¿por qué perfectiva? Esa capacidad de cambio podría haberse realizado en una multiplicación incalculable de las formas de vida vegetal y animal, pero el salto ai hombre no es que tenga que ser absolutamente cualitativo, como se suele decir, porque es más que cualitativo, es otra cosa, es esencial. El argumento de explicar el proceso evolutivo, por su enorme morosidad y lentitud, no es de recibo. Las cosas se hacen o no se hacen, pero el tiempo, ni instantáneo ni lentísimo, es hacedor salvo que no sea tiempo sino un deus ex maquina El tiempo es una dimensión en la que las cosas pasan, pero no es el autor de las cosas que pasan porque él también es cosa, criatura. Para que una cosa salga de otra REDACCIÓN ADMINISTRACIÓN TALLERES- SERRANO, 61 28006- MADRID tiene que estar, de alguna manera, dentro de la que sale, y al estar dentro ya no es ella misma, sino que tiene que ser, ambivalentemente, una y otra cosa. Asimismo es rechazable el argumento de las mutaciones o de la adaptación al medio. Es indudable que en los procesos vitales se dan ambas cosas; una mutación puede alterar somáticamente una cosa, y esa mutación puede ser ventajosa para el hombre, pero lo que no se puede es convertir las mutaciones en un escalón de una escala ascendente, por las mismas razones que en las cosas que mudan. La misma tesis vale para la adaptación al medio; la especie hombre se adapta tanto a los fríos como a los calores tropicales, como a cualquier otro ambiente, pero esta adaptabilidad no significa una mejora cualitativa que llega al ser humano. Es verdad que el hombre selecciona las especies, sobre todo las del mundo vegetal comestible, y las zoológicas, sobre todo también las domésticas, pero en modo alguno esta selección es cualitativamente ascendente. El perro que sirve para guardar ganado es el peor para correr tras las liebres, y viceversa; y lo mismo pasa con los caballos de tiro y los de carreras. El hombre no puede, zoológicamente, seleccionar el mejor absoluto dentro de cada especie, sino el mejor para una determinada finalidad. Luego la selección del hombre en la Zoología no prueba la selección natural selectiva De los desastres que origina la Naturaleza o el hombre con sus guerras y exterminios, no quedan los mejores ni los peores, quedan los que quedan. Las células no pueden autocodificarse ni ser finalistas ni ser exigitivas de nada, salvo que no sean células, sino otra cosa que ignoramos. Nos encontramos así ante el acto creativo. En la primera versión del Génesis de la creación del hombre y la mujer, se dice que fueron creados a imagen y semejanza del Creador, como dueños de la creación. Y en el segundo relato que Dios, asimismo, formó al hombre del polvo de la tierra, pero insuflándole su aliento de vida, su espíritu. Ser semejante a Dios es tener capacidad de amar, porque Dios es amor; y amar libremente, porque el amor no admite coacción. Que el hombre es semejante a Dios y ha recibido su espíritu, puede creerlo o no creerlo libremente el hombre, pero que sin acto creativo, desde la maravillosa Bioquímica se pueda llegar a ese milagro que es el hombre, del más grande al más pequeño, del más encumbrado al más caído, del más fuerte al más débil, del más establecido al más marginado... eso es mucho más increíble todavía. Antonio GARRIGUES DIAZ- CAÑABATE A LA MAYOR COLECCIÓN DE ALFOMBRAS PERSAS Y ORIENTALES Certificado de origen y garantía de cambio. Facilidades de pago. MOí i P. -Pintor-

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