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ABC MADRID 31-10-1987 página 117
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ABC MADRID 31-10-1987 página 117

  • EdiciónABC, MADRID
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GENTE Percanta que me anuraste en lo mejor de mi vida dejándome el alma herida y espinas en d corazón. fl) ei primer que lo quisieran O se sabe quién es don Juan Tenorio. Eruditos, investigadores, psiquiatras, poetas, sociólogos y expertos varios han caído sobre él como buitres para definirlo implacablemente: un tipo de dudosa virilidad, según algunos; un desalmado sádico inmoral, en opinión de otros; un macho latino irresistible, para los más optimistas; todo con infinidad de variantes y matizaciones. De ningún señorito andaluz se l a hablado tanto para tan pocos esclarecimientos. Nadie sabe ya a qué carta quedarse Don Juan seducía a las mujeres unas veces por el sencto procedimiento de prometerles matrimonio (esa manía tan femenina) por io que a i s conquistas son más que disculibles. Dice Tisbea, ana de las deducidas Engañóme el cabaMero debajo o e f e y palabra demando, y profanó mí nones dad y nñ cama. (Poique al parecer, si se toan a casar despuésji creía necesaria la honestidad. En otras muchas ocasiones, doa Juan accede a los N Don Juan, según Mingóte Del sofá al diván Buenos Aires? Por aqtií nunca s e vieron, salvo don Juan Perón, desde luego. Será que la lírica del sofá no encaja demasiado en este decorado de desérticas pampas. O quizás e s que íafla Ja tradición. Gante! pudo ser el donjuán de la época, y apenas se le conocieron un par de novias. Otro mocito pintón, como el Che, prefino la erótica de las revoluciones a la de los revolcones. De modo que si no llega a ser por GutUermo Vilas y sus aventuras monegascas, la extendida imagen del porteño seductor e irresistible se quedaría en una mera superstición. El criollo, más que un donjuán arrollador, se comporte como un machito virulento. Sábalo escribió que el machismo es un fenómeno muy particular del porteño, en virtud del cual se siente obligado a ser macho al cuadrado, o 1 cubo, no sea que en una de esas ni siquiera lo consideren un macho a la primera potencia Es decir, que cuando trota de alcoba en alcoba lo nace impulsado por la histérica violencia del tímido mas que porta corajuda confenza del mujeriego impenitente. Lo más asimilable de por aquí a la figura del donjuán- -romanticismos al margen- -es el compadre, aquel malevo, guapo y peleón, que saltaba de mina en mina y de muerte en muerte. Aunque en el fondo era un sentimental, y al menor descuido te entonaba aquello de en mi vida tuve muchas minas, pero nunca una mujer con lo que perdía su aura de rendidor para convertirse en un ser lastimero y doBente. El primer tango que grabó Gardel- con letra de Contursi- inaugura precisamente la luego muy abundante temática del guapo toroso poique to abandona su mña: Percanta que me amuraste en lo mejor de mi vida dejándome el alma herida y espinas en el corazón. Y es que a cualquier donjuán le llega su Dona Inés, aunque aquí las beses flegan y se largan vertiginosamente con el primero que pasa: Ai verla con otro pasar por mi lado en vez de matarla me pongo a llorar. 1 Razón por la cual al profesional del levante (el ligue) sólo le quedan dos opciones: acudir en pos de aventuras livianas, deliciosas criaturas perfumadas quiero el beso de sus boquitas pintadas frágites muñecas del olvido y del placer O bien, desengañarse de to pérfidas que son, y volver 3 a visto hacia la madre, una de las constantes inevitables en el pmtoresquisrao local: Madre, no hay cariño más subüme ni más hondo para mí Y aquí se entra ya decididamente en el terreno de lo freudiano, y se explica de paso que Buenos Aires sea la ciudad con mayor número de psicoanalistas por metro cuadrado, después de Nueva York. Del sofá de Doña Inés al diván del analista, sin solución de continuidad. José Alejandro VARA el no menos oe nacerse sar por el fegümo usuario. duce a una duquesa haciéndosej asar n 1 a caridad inr (Aunque no está confirmada. sa isuMte quiere- enc e d e uta luz, ¿pm qué? le pregunto don Joan, afamar do, y ela fe espante- enwarso, claro- Para que I atoe dé fe delliien que Segué a gozar. uemuesna que ID n ú pasado muy bien, y que no estaba muy segura de que su prometido dera para tonto. La gente saKa dafealro hecha polvo, aanqueprfficaita Zorrfla remeció to cosa dos siglos después Tde Tirso haciendo que don Juan se anepinfese de sus desmanes y se encaminara al Oeto del brazo de doña toes, lo que, sin duda, era un final feliz. En todo lo demás fue Zorrilla fiel al modelo; sólo en el episodio de la quinta, cuando don Juan quiere enamorar a la novicia y no burlarla- de aquí la empalagosa escena del sofá, vaya por Oíos- 9 gño d poeta fe comente serómewaaíl dal tiempo e n que s e ii J ii I ii Ti nli f I bien que la seducción m atributo común a todos los ajeí; tales, siio priviegio de poces Por eso, aveces, serano dé e s o s pocos me resolta a jB duro. De ahí la metencola que. repentinamente me asalteen algunas fiemas. Ahora sé y siento que a n i espíritu le hacen falta dos cosas: marchar a tos leudos dé Lawrencede Arabia a tomar el sol, y volverme, tes- este oscuro periodo de interregno en que tos dioses me tian sumido, a esterio. B e fe coafcago, momo nihilista orizas logre, 4 e Derecha frivolo nómada nocturno, en un Poe desconsolado. La vieja (y justa) ley pees que sentenciaba: Cabalga, tensa tu arco, di la verdad también na de ser respetada en la cama. Don Juan, hoy. será anposibte. Cualquier jovenete se torcsña de ñsa arte- las maniobras de un seductor clásico. Y no hablemos de to remotísima posibilidad de engañarla metiéndose en su cama haciéndose pasar por otro (entre otras razones, porque ahora no se apaga la luz) La naturalidad ha sido la muerte de don Juan. (Historia de la gente) ABC 117 SÁBADO 31- 10- 87

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