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ABC MADRID 30-10-1987 página 59
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ABC MADRID 30-10-1987 página 59

  • EdiciónABC, MADRID
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VIERNES 30- 10- 87 SANIDAD ABCpág. 59 En seis meses se acabarían las listas de espera acudiendo a las clínicas privadas Felipe Ruiz Duerto propone un plan al Ministerio de Sanidad Madrid. Felipe Jiménez La Federación Nacional de Clínicas Privadas ha presentado al Ministerio de Sanidad una propuesta para resolver uno de los más graves problemas del sector y que el propio Julián García Vargas ha reconocido como el mayor de los retos de su Departamento: las listas de espera en los hospitales de la Seguridad Social. El presidente de los empresarios de clínicas privadas, Felipe Ruiz Duerto, ha explicado dicha propuesta a ABC. -L a Federación que usted preside ha ofrecido al Ministerio de Sanidad su colaboración para terminar con las listas de espera en los centros de la Seguridad Social. ¿Nos quiere precisar más esta oferta? -L a Federación Nacional de Clínicas Privadas efectivamente ha hecho a la Administración una serie de propuestas de colaboración con la misma, y una de ellas consiste en mostrar su intención de colaborar para acabar con las listas de espera en los hospitales públicos. No es, pues, la única propuesta de colaboración formulada, aunque sí pudiera ser una de las más llamativas. ¿En qué marco legal se insertaría esta colaboración? -Mire, las autoridades sanitarias han repetido en muchas ocasiones que hay que aprovechar los recursos sanitarios disponibles para ofertar al ciudadano español una buena asistencia. La propia ley de Sanidad institucionaliza un sistema sanitario en el que, siendo muy importante el público, también señala la necesidad del privado. Es más, este sector pasó de ser subsidiario en una primera revisión de aquella ley, a complementario en su salida del Congreso de los Diputados. Quiere esto decir que la Sanidad nacional la componen tanto la oficial como la privada, y éste es un supuesto que se ha dado en todos los países modernos en los cuales los servicios sociales tienen garantizada la eficacia. -Bien, pero hay que desarrollar aspectos más concretos... lución de la Secretaría General de Asistencia Sanitaria del Ministerio o, como máximo, una orden ministerial, para regular la situación. Pero el instrumento legal más adecuado sería un decreto que ampliase el contenido del artículo 18 del Decreto de 4 de septiembre de 1973, en el que se regulan los supuestos en los que los beneficiarios pueden utilizar servicios distintos de los que prestan las entidades obligadas a cubrir la asistencia sanitaria asegurada. -Puntualícenos un poco más. Para el presidente de la Federación Nacional de Clínicas Privadas, Felipe Ruiz Duerto, el problema de las listas de espera es sólo un problema de voluntad política capacidad asistencial y la adecuaría a la relación antes mencionada del Insalud. Un acuerdo entre este organismo y la Federación permitiría ofertar a los beneficiarios el lugar exacto donde podría realizarse su intervención, desde luego con todas las garantías debidas. ¿Cómo se plantearía económicamente este supuesto? -Esa es, créame, una cuestión menor en la que estoy seguro nos pondríamos de acuerdo con la Administración. Se puede recurrir a muchos sistemas, aunque a nosotros nos gustaría ensayar la calificación de acto médico para cada uno de los supuestos posibles y asignarles una tarifa mediante el análisis de costo que cada uno de ellos comporta en la Seguridad Social, o en las tablas internacionales existentes, o mediante la experiencia al efecto existente en otros países. Podría intermediar la Organización Médica Colegial o cuantos organismos se entendiese conveniente a efectos de una cuantificación exacta del costo para la Seguridad Social y para la Federación de Clínicas Privadas. Pero ya le digo que éste sería un tema sólo secuencial. ¿Y todo ello necesitaría mucha preparación? -En absoluto. Le insisto que es un problema de voluntad política. El Insalud terminaría en muy poco tiempo con las famosas listas de espera. La Sanidad privada podría demostrar su inclusión y eficacia dentro del sistema sanitario, y todo esto funcionaría coordinadamente aprovechando su plenitud. Pero, sobre todo, los beneficiarios verían cómo sus males son corregidos y sus derechos protegidos. En sólo seis meses podríamos demostrar en este país cómo se es eficaz cuando realmente se quiere, por encima de pruritos ideológicos o de prejuicios que a nada conducen. Derecho a la asistencia -E l Decreto de 16 de noviembre de 1967, que es el reglamento actual por el que se rige la asistencia sanitaria de la Seguridad Social, y sus modificaciones posteriores, permiten garantizar que el beneficiario recibirá la asistencia a la que tiene derecho, de una forma u otra. Su artículo 18, modificado por el Decreto de 14 de septiembre de 1973, permite una serie de supuestos de asistencia distintos a los prestados, llamémosles, oficialmente. Son supuestos de denegación injustificada de la prestación debida, o casos urgentes de carácter vital. Bastaría ampliar esos supuestos y considerar que la demora excesiva en la atención sería un supuesto en que el beneficiario pudiera acudir a servicios ajenos a la Seguridad Social. Creo que es bastante fácil ¿no? ¿Y cómo piensa que podría hacerse de una forma realista? -D e la siguiente manera: El Insalud clasificaría por especialidades y entidad de la intervención quirúrgica necesaria la situación de los beneficiarios que necesitan y esperan asistencia. Por otra parte, la Federación de Clínicas Privadas actualizaría su relación de Voluntad política -E n efecto. Pero el problema es de voluntad política, como se dice en el argot estrictamente político, porque la instrumentación es fácil: bastaría, muy probablemente, una reso- MANZANARES (CIUDAD REAU I926I 610450

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