ABC MADRID 11-10-1987 página 162
- EdiciónABC, MADRID
- Página162
- Fecha de publicación11/10/1987
- ID0001615185
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AL LORO U A N D O Wells nfirmy qui ninguna a b r a do une ic produce la cmod o n i k- licd do) sallo tic un p e o del vüiílo di- un i tpro, e l- í com pie til moni e seguro de que los y U cces que el pucdií ctjniJmpIaT no ion, en cierto iiitMJo, una eTcacioncs 1 rusticas? -H o y tic visio un paisaje que parecía e aei ¡imenie un cuadro de usted- l e dijo un dui a Whistler una de sus numerosas admiTJidoras. Y c! p r i j i n i n i o r c o n U mayur iranquiíídad de mundo, b respondió: HUMOR C Antología del h u m o r EL SEÑOR DEL RETRATO Por Julio CAMBA ciL- piisculos del Tame is nt son. o no eran, nv. w que una copñi de las deeoradones det Covcnt Carden: perú, dc iandu a un lado eMa cuestión de paternidad, lo nidudahle ei ijuc si j. natur le; no imila al Jirie. por lo menm el ÜTII nos ensena a la ve la naturjile a y que. al enseñarnos a verkt, la nKJditiea de una manc; a sust; indal inrc nuestros OJOS. I e oiro modo: no e que el señor y qnicn le hacen un retrato en el que piedominan tales o cuales valores de su fisonomía que ha, la entonces hiibían pasado jiencralmente inadvcrndos tL npa que someierse a un r jtnen o que impíineise el menor esl uer o para parecerse al reiralo que le hicieron aprijvL- char a 5,l el dinero uue invinió en c No, Sin que el necesite hacci, esFucrío alguno, tudo i: mundo, en lo sucesivo, tonienzará a verln tal y como lo vio el arlista y. i condiciíSn de que ésíe hay; i estado akcrladu en su inrerprel iCJÓn, el señor del relíalo ya no xolverá nunca a ser Jo que era. En esia íoima. y no en otra, es Cfimo Linto señores iicühan por p. ireccr? sc a sus propios retratos, como los paisajes nalurales enpi; recuerdan casi siirmpre los de Lts paisajistas, y como roda la n a t u r a l c ü en Un. viene imiiando al arle desde el día rcmoiísímo en que dste se puso a darle lecaones en la cueva de vMiamiEa, -I- I arle es una csclaviiutl- d i í e W e l K- Yo prefiero conrcmplar el sallo de un peí o el v u e l o d e un p i i j a r o a la mavor obra de arle antigua o tonlempcnanea... Y lo que no ijcne en cuenta el celebre es riiiír es uue vivim eu un mundo deformado poT siglos y mis siplos de aviliíaeion y de culrur- i. donde los pájaros y los peces h. n perdido, por decirlo así. toda su naturalidad, y donde sólo algún arirsla e iraordin; (rio logra muy de larde en larde verlos a su mancriJ en ve ¿de verlos a la nirtíiera de los otíos artistas. -N o me eiíraña. Desde que vo he cüineníadn a pintar, la hamralc 7 a ha heehü pRigiL- soí níílabilísiniTO, Df esia frasi fue de donde saeu Osear Wiltlc üuuelh famusj p; irado i de que la naturaleza miíta a arle v de que los El observador entrometido CEMENTERIO DE ELEFANTES ta O e s t e J l e r r a d o s con una- What vouf ñame? mano a esa bolsa de papel que- EKV iKim Foftiey) Rodaste pur Codas las rutas h u e l e a Hcor. hurj an con la de todos liH paseos marílimos. otra y pueden encontrar sin deI as palmeras stpuíjn a to suyo, masiado problema restos de caa su baile pariicular. movidas rrocerías de color prosellü, un por la brisa de los escualos. Al- brazo incorrupTí de Jim Morriguien arrecio a un hombre por son, asientos de motoeicietíis, no ir a bordo df desc; iporiJble, páginas desgarradas de revistas sedán o cabriolé. Los asperso- pomo, foMeío- S de los uue firma res rodaban con á d d o ¿nítri- Moisés David, un tenderete de co? ¿liséreico? devoxirribo- helados cubierto de moho mun u c l e i c o? el perfil de los rante (se supone que el moho- surgidos üc ilguna decente no ataca a los plástidimensión inferior. Los perros cos) discos r o t o s de Pcrcy lanosos tiiscabíin por el ciísped Fatth- colecciones enteras deJ y las avispas tejían alambradas Readei s Digest pechos posde espino con su vuelo borra- tizos, dentaduras postizas, ratas cho, insóleme, amenazador. El como lerriers devorando una viejo cómico, reteñidos sus cua- carnada e n t e r a de siameses tro pelos vistiendo harapos- gadgegls- electorales de Reachillones y mostrando al sol de gan, una ntbiía de Gutenberg mediodía la dignidad del li- aue alguien arrojo ctfmo gesto e protesta por sabe Dií. s qué, dioilo, se descalza de sus zapatos de daqué para caminal so- tresillos horrendos, juegos de bre la arena. El bar- TliaL In- cama, de luz. de agua, de a? ar, c r e d i b l c- i j e n e un j o v e n ordenadores, hornillos elíciribicéfalo cTkmo blasón f nos en- cos. una bañera repleta de orterrará a Iodos- dice la leven- quídeas medio desconi pues las da) Como un huevo dL- hron- Cerfumando la sijua on amlenle, osamentas de expíisit v tosaurio. b- roulotte de y su a m a n t e Heathclitf res de hipermcreado, periódiíhijo secreto de un KLJO secreto cos (muchos) letrinas de ámd d jbuelo de los- Jacksons- bar y ó n i c e m a n i q u í e s con reposa sobre un parterre. Peb- manzanas de cera en las mables es la muchacha más peli- nos. Seguifiis rodando por torroja del coñmtí y urnfundada das lav rutas de lodos los paen un albornoz turquesa de su seij niari jm y. hasta que Pan- parlner- prepara un desayuno dora resurja de las apuas y le elecirodomésiico. vitaminÍTado, libere le lihereV, se prengun a Jujius Marx haciendo vis, imineralÍTado v un algo cete; il II d vertedc ro, al fmal de ia jran playa. Jos parias de la cosFernando MÁRQUEZ 34