ABC MADRID 29-09-1987 página 22

22 ABC OPINIÓN MARTES 29- 9- 87 Prensa extranjera El Conde de París, sobre LePen Pregunta: Le Pen dice que las cámaras de gas son un mero detalle en el curso de la segunda guerra mundial Respuesta: Estoy atónito. Esos términos son inaceptables y escandalosos. Trivializan el genocidio perpetrado por los nazis. P: El fenómeno Le Pen ¿le resulta inquietante? R: Sí. El eso se arregla con... trata de disfrazarse de pensamiento político. Es un organismo portador de gérmenes peligrosos. P: Sin embargo hay algunos monárquicos que siguen a Jean- Marie le Pen. R: ¡Que se quede con ellos! P: ¿Hay que reformar, a su juicio, el código de nacionalidad? R: Si hay una pregunta que no hubiera debkió formularse es ésa. Bastaría aplicar el tus solí fundamento de la nacionalidad francesa. El que nace en suelo francés es francés... La. República ha seguido el criterio dé la Monarquía en este punto. Apruebo la decisión del primer ministro al confiar a una comisión de sabios el examen. P: La identidad francesa ¿está amenazada por la integración de los inmigrados? R: Conozco la teoría de Le Pen. No la comparto en absoluto. Hagamos un pequeño esfuerzo de memoria: imaginemos a Hugo Capeto y a sus primeros sucesores. No había lengua francesa, ni unidad geográfica, ni unidad racial. La unidad francesa es una paciente amalgama de diversidades. Francia debe seguir recibiendo aportaciones de otros pueblos. Siempre que los recién llegados se sometan a las leyes francesas, que hablen francés, que se hagan franceses. P: ¿En que consiste ser francés? R: Es una adhesión profunda que resulta difícil de definir. Las jóvenes generaciones magrebíes, por ejemplo, me parecen elementos muy franceses. Se encuentran a gusto entre nosostros. A condición, daro, de que no les busquemos piojos en la cabeza. P: ¿Por qué celebrar el milenario de los Capeto? R: Lo importante no es el milenario. Lo esencial- que es lo que el presidente de la República ha tomado a su cargo- es recordar a los franceses que un pueblo no puede vivir sin sus raíces históricas. Es lo que yo quería cuando alerté al jefe del Estado sobre este aniversario. No me parecía bien que esta fiesta nacional fuera confiscada por una facción de monárquica. P: La monarquía como idea ¿consigue abrirse paso? R: Desde 1958, gracias al general De Gaulle, vivimos bajo un régimen de monarquía septenal. Francia se ha acostumbrado a que el jefe del Estado juegue un papel capital en vez de ser un objeto decorativo; El restablecimiento de la monarquía no sería incompatible con la evolución de las instituciones. Estoy a favor de la Constitución. L Express París -E s un político nato, lleno de ideas, programas y proyectos, alguno de ellos incluso útil para los demás. Planetario LISTOS Y LISTILLOS P ARA saber quiénes son los más listos, los más guapos y los más ricos de España, una de esas oficinas que ahora funcionan aquí, se lo ha preguntado a cinco mil españoles. Un semanario, que paga la curiosa investigación, lo cuenta. ¿Qué hubiera dicho usted, amigo, si le hubieran preguntado? Yo confieso que ignoro quién pueda ser el más listo, no digo ya de mi pueblo, ni tan siquiera el de mi calle. ¿En qué consiste ser listo? ¿En hacer dinero? ¿En ligar? ¿En rehuir las mallas fiscales? ¿Qué quiere decir listo? ¿Diligente, pronto, expedito, apercibido, preparado, sagaz, avispado? Se ve que la Real Academia no lo tiene claro puesto que admite que tantos y tan diferentes adjetivos pueden convenir a la definición de un listo. Parece más claro saber lo que es un listillo. Todos creemos saberlo. Casi todos opinamos que en España hay demasiados listillos y que buscar sólo mil listillos es una cosa tan insuficiente como sacar mil granos de trigo de un silo. Probablemente el que es rico es listo. Sobre todo si se ha hecho rico por sí mismo. ¿Cómo podría ser bobo un rico así, de cataplum, de penalty? Nuestro Cervantes, del que ahora se dicen verdaderas infamias y era, en el fondo, un zumbón ingenuo- ahora a los zumbones, -sobre todo si dibujap los llama- que en todo el bachillerato, y en tres meses lo hablará y escribirá mucho más correctamente que su propia lengua No es un reclamo; es absolutamente cierto Grupos de tres alumnos como máximo Avenida de Menéndez Pelayo, 33, 3 derecha Esquina Ibiza, frente al Retiro. Metro a la puerta En dos horas aprenderá aquí mucho más Teléfono 273 62 7 mos humoristas- opinaba que quien quiere ser rico en un año al cabo de seis meses lo cuelgan. Para hacerse rico en aquel tiempo y no ser colgado, habría que ser más que listillo, listo. Ahora, los listillos son diputados, consejeros autonómicos, alcaldes, concejales, asesores. Incluso ministros. Luego en España hay mucho más de mil. Basta contar las diecisiete Autonomías, el Parlamento, los asesores conocidos y los asiduos de la bodeguiya Sostenía Kant que lo bello es el símbolo del bien moral. Empiezo a sospechar que el filósofo de Kónisgberg- Luteró le salve de la dramaturgia de Antonio Gala- era todavía más ingenuo que nuestro don Miguel. Si ser guapo tuviera algo que ver con la moral, qué pocos ricos serían guapos, y qué pocos guapos serían listos si, además, no eran ricos. Me aturde admitir que no conozco a casi ninguno de los personajes designados como listos. Muchos me parecen listillos. Algunos parecen ser ricos y, sólo una minoría, resultan guapos, lo que se dice guapos. Hay otra sociedad, u otras sociedades en el seno de nuestra sociedad general, que no sube a la espuma efímera de las encuestas. Listos de verdad. Esos están devaluados. Son incapaces de hacerse ricos en seis meses, de modo que no puede decirse de ellos que sean listos posmodernos, de esos que ahora en el siglo de las luces suelen ver poblarse su pecho de cruces y sus cuentas bancarias en Suiza de números secretos. La llamada clase política suministra las más de las facies tildadas de listeza, de guapura de la encuesta. Aunque sólo fuera por eso habría que admitir la eficacia del sufragio universal. Ellos son los listos, luego son los guapos, y acaban por ser los ricos. El paisanaje les vota y ellos, algunos, votan fuera de la poltrona a Fernández Albor. Ahí sí que hay listeza de la buena. Lorenzo LÓPEZ SANCHO