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ABC MADRID 24-09-1987 página 64
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  • EdiciónABC, MADRID
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64 A B C REPORTAJE JUEVES 24- 9- 87 n tercio de las mujeres trabajador Más de un tercio de las mujeres que trabajan en España lo hacen dentro de (a economía sumergida. Este porcentaje, que se eleva hasta un 65 por 100 en el caso de jóvenes entre dieciséis y diecinueve años, contrasta con el de los varones laboralmente activos, puesto que sólo un 16 por 100 de éstos se encuentran dentro del trabajo sumergido. La falta de alternativas de empleo para las mujeres, así como el escaso nivel de formación profesional de las mismas, convierten La OCDE define el empleo sumergido como aquel que, sin ser ¡legal en sí mismo, no se declara a una o varias autoridades administrativas que deberían conocerlo, eludiéndose, por lo tanto, la normativa administrativa, la imposición o las prestaciones de la Seguridad Social En España, según una encuesta realizada por el Ministerio de Economía y Hacienda, un 15,5 por 100 de la población activa son trabajadores irregulares. Es decir, más de dos millones de españoles tienen su trabajo dentro de la economía sumergida. Esta misma encuesta señala que el 16 por 100 de los varones que trabajan lo hacen en la economía sumergida, mientras que la proporción correspondiente a las mujeres alcanza el 36 por 100. Este porcentaje se eleva al 44 por 100 en el caso de mujeres de edades comprendidas entre veinte y veinticuatro años y al 65 por 100 para las comprendidas entre dieciséis y diecinueve años. ¿Por qué afecta especialmente la economía sumergida a las mujeres? Según Teresa Nevado, de la Secretaría de la Mujer de Comisiones Obreras, éste no es un hecho casual. Las condiciones y los papeles sociales diferentes asignados a mujeres y hombres conducen a que la mujer tenga unas dificultades mayores para incorporarse al mercado laboral, lo a la mano de obra femenina en mucho más susceptible a aceptar malos salarios, pésimas condiciones laborales y largas jornadas de lo que estarían dispuestos a tolerar los varones. Los talleres clandestinos y, sobre todo, el trabajo a domicilio, constituyen las formas clásicas de este tipo de actividad, que hace creer a la mujer y a la sociedad en su conjunto que ésta es la forma natural de trabajar y que así puede compaginar las tareas del hogar y un sobresueldo. tiene, generalmente, la asistencia médico- farmacéutica y la jubilación cubierta a través del marido. No hemos de olvidar tampoco el hecho ideológico de que se presione a la mujer para que acepte un trabajo en la economía sumergida, fundamentalmente el trabajo a domicilio, en función de que así puede compaginarlo con las tareas de ama de casa. Este es el caso de Carmen López, quien afirma que cuando tuve mi primer hijo me ofrecieron en la empresa en la que había estado trabajando la posibilidad de coser en casa, de modo que, a la vez que atendía al niño, podía seguir ganando dinero. Era una ayuda para la casa, pero la verdad es que me pasaba muchas horas al día cosiendo. Yo he tenido mucha suerte, porque ahora la fábrica ha necesitado ampliar la plantilla y me han contratado. Aparte de que gano más, lo bueno es que tengo un horario decente, sábados y doque le hace más proclive a aceptar condiciones de salario y de trabajo peores Así, pues, nos encontramos en primer lugar con una división sexista del trabajo, por la que se considera que la mujer es prioritariamente ama de casa, y sólo de una forma secundaria sujeto laboralrnente activo. También es cierto que las mujeres, y sobre todo las casadas, aceptan mucho más fácilmente que los hombres su salida de la empresa, debido en gran parte a la presión social existente para que, en caso de reducción de plantilla, sean las mujeres las primeras en salir: están quitando un puesto de trabajo a un cabeza de familia Sin Seguridad Social Otra de las razones para que se dé esta situación- continúa Teresa N e v a d o- es que la mujer acepta con más facilidad un trabajo sin Seguridad Social puesto que Por su menor control, las distintas ac a la mujer en la ei te, ya que, como afirma Teresa Nevado, la falta de alternativas de empleo para las mujeres, el escaso nivel de formación profesional de las mismas y su dificultad para insertarse en el mercado laboral, convierten a la mano de obra femenina en mucho más susceptible de aceptar malos salarios, pésimas condiciones de trabajo y largas jornadas de lo que estarían dispuestos a aceptar los varones. Se hace creer a la mujer y a la sociedad en su conjunto que ésta es la forma natural que tienen de trabajar ellas y que así pueden compaginar las tareas del hogar y un sobresueldo Aunque los sectores más afectados son el textil y calzado, también abusan de este tipo de trabajo empresas públicas La característica general es la ausencia de Seguridad Social, larguísimas jornadas laborales y pésimos salarios mingos libres, así como Seguridad Social y vacaciones Pero el caso de Carmen se da en raras ocasiones: lo habitual es que la mujer que empieza a trabajar en economía sumergida no tenga la posibilidad de encontrar un empleo fijo que rompa esa situación ilegal. Las formas típicas de economía sumergida que más afectan a la mujer son el trabajo a domicilio y los talleres clandestinos. El trabajo a domicilio es la forma de trabajo más difundida y más opaca legalmente, debido a que la relación entre el empresario y el trabajador está enmarañada a través de una compleja red de distribuidores. En este ámbito la presencia de la mujer es absolutamente predominan- j Trabajo a domicilio Según la Secretaría de la Mujer de CCOO de Elda, se hace tremendamente difícil determinar dentro de la producción clandestina qué porcentaje trabaja a domicilio y cuál en talleres clandestinos, pero sí podemos decir que es mayoritaria la producción hecha a domicilio, en el sentido que ocupa a un mayor número de trabajadoras Es precisamente dentro de esta clase de trabajo donde el porcentaje de mujeres es mucho mayor, y, así, se calcula que en la comarca de Elda el 80 por 100 de los trabajadores a domicilio son mujeres. La presencia de trabajo a domicilio es mayoritaria en sectores in- Características de la mujer que trabaja en su hogar Edades De 16 a 25 años De 26 a 40 años De 41 a 65 años %30,5 46,3 23,3 Situación laboral del cabeza de familia Activo 65,4 Jubilado o pensionista 15,4 Parado 19,2 Estado civil Grado de instrucción Solteras 31,7 de la trabajadora 60,6 Casadas 4,9 No sabe leer ni escribir... Viudas 1,9 2,8 Primaria completa 28,3 Divorciadas... Estudios primarios o EGB 59,9 ¿Tiene usted hijos? Bachillerato o BUP 3,3 Sí 66,8 Formación Profesional 3,7 2,9 No 33,2 Estudios superiores Datos del informe- encuesta Trabajo de la mujer y economía sumergida referidos a la provincia de Alicante, editado por CC OO.

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