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ABC MADRID 20-09-1987 página 229
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ABC MADRID 20-09-1987 página 229

  • EdiciónABC, MADRID
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r e g r c í o con n c m p o suíicicnii? paThi hai T nuestra Er ENl- idn. Un lí dj expedición Mjclen prfscniarsc csTc lipti de jlUiídonc en qtie se harc c nJcnlc Ui ÍÜIUI de rcspcio que liencn algunas org u i t i z a t i o n c í üc cazii c o n sus el te nT es. Supongo que consideran jue untis locos capaces iSe pagar muCIUTT dineros por v tvir incüniiMjii S (in vklim s propicialonas pfiM soportar cualquier informHihci id, pero no caen en a oicma que Li derncnaa de Itv; cazadores se produce süijimcnie rc? ect a su üfición; paní el restti de los asuntos son personas cuerdai y. en mud i o CTSOS. profesionales competen ic La larde se despide con una escena virfíih. ina: el ako colliido, hasta iihora cubierto de nubes, se a b r e a la l u del c r e p i l b c u l o mientras en el valle re? Meiia el Límenlo mmióiono del tíanado y el hnmo de Uib chimeneas supiere que denlo. de las vurtd se JCübLí una jomada en paz. mtcrrumpimos nuestra actividad para tomai un Ixxrado v echarnos una siestecita. Y otra C 7 ¡registrar desde cerros y promontoTii s. Jín determinada líca- íí n, un mjcho montes de nnos cinto ailos de edad niv deja aproMTnarnos hasta una distancia de treinta mellos. Está delgado como un sable y parece medio ciepo. Para mí que sufre de queralu con untivi is. En esta zona el sol apneta de veras, por lo que l,i s cabras no abandonan sus cr tjmes hasta que empieza a decliuiíi. Hay muchas; tantas ijue me iene a la niemona el refrán árabe: -Hay ires cosas que no p u e d e n o c u l t a r s e la abundancia, el amor y un hombre lubido en un camello La sierra se puclila de caza: uenlo más de sesenta machos, ¿ntre los que destaca Ja silueta póteme de un viejo ejemplar: es macizo, el pecho muy negro y el c o n o c e d o r l o c a l se d e j a ver cuando estábamos casi encima de ellt V salen todos de naia Man srdo dos horas muv emocionantes, nunquii se hayan saldado con un i decepcio Bustando Li m ¡iMmJ movilidad, cada maiiana cargamos el jecp con lixl i la imixrdimenta v por la noche acampamos donde mejor mis cuadra, t s t a ve; lo h eemos en la yurta de un ovcn matrimonio: to lo nue o, limpio c im X cahle, hasta la sonrisa de la pare ¡a El calendario es mi única pre ieupaciún: si hoy hubiera reniatado con e i t o reeeihi nhora dispondría dtl resto de! tiempo para concentrarme en el argah. pero, aquí muchos y grandes argahCS. pero cvidentemeniL- ahora han desertado d estos pagos, situactiin que confirman uxlos UÍS p a tores kxialcs. Mi piden que tome una decisiún. Les recuerdo que abandonamos Kohksirh por los mismos motivos v que la responsabilidad del L yuo o Eracaso les incumbe p ir entero tamos en la zona de la más famíisa dul Alio Altai, y cerca del campamento numero dos, que esie ano no se uiiliza por el turismo cinególico. y aunque los guUi pretenden que el lugar ya no es lo que fue en tiemK s piens i que al menos lo den confHrer periecEamenie, COM que no ocurre con estos parajes por donde navegan como atunes macados. Por lo lanío, propongo a AníaJgerel cazar un par de días en el campamenlo número dos en busca lie un buen carnero, v en el caso de que no se presente, dedicar los tres úlnmos a la cabra del Altai, conslílernindose a t n. kis los cfccttj? la expedición como exclusivamente para monteses. Aunque el plan no se parece en nada al orií- inal, por lo menos económicamcnte qued i salvada la situación. Lunes 26 Otra vez como los caracoles, con la casii a cuestas. Aprovechí- Sábado 24 MientfJi espero a Antalperel disfmio del primer día de sol de de que llegue a Mon ü lTa. Ante mi desfilan l ¡is im gcnts sin tiempo de la trashumancia Duranle ti da la mañana cruza toda clase de g a n a d o cabra n ovejas, caballos, yacks v vacas uc b s familias de past Tes conucen a nuevos pastos en elimos más benipnoi. L- iS yunas camTX in convcnienl e m c n í e d e s m o n t a d a s- lobre el Jomo p o t e n t e de los camellos ¡liiálicos, y los alegres vertidos femeninos dan la mneel. ida colorista a esta escena ¡lena de vidaAyer decía que habría que emigrar, pero o que hemos hecho nosotros es un auténtico destierro, diez hora- s d e- jeep para recorrer AOO interminables kiU jmeí rosAi principio atr vc amo v inmonsas llanuras donde se pierde la mirada, pjra deiar lueao paso a una sucesión de m o n t e s eun suaves rehevci en los que afloran las rocas mjs ¡antiguas. Cnntempliindo este paisaíe se comprende t ue estas extensiones íueion en un tiempo fondo manno- 3 Üo mingo 25 Esta noche ha caído una buena helada que e ha hecho scmir incluso con el sdco de dormir, ero el día amanece radiante Correteamos con el iodo terreno, trepando de cuando en cuando a lah m o n u ñ a doimnanTes. Localiz imos un rebaño grande de cabras manteses y luego varias partidas rnúb. ¡Ya era hora! Son animales jóvenes, pero anuncian que las pe r i p e a ivas cinegéticas han cambiado En las horas centrales del dia Anialgerel acepta de inmediato mi propuesta v ponemos rumbo a nuevos ho z nte Yo voy con el ánimo en la suela de los zaparos, cuando Anialgerel descubre a los argahcs. Se trata de uii. i gran torada compuesta pifr 34 machos Renacen las esperanzas. Con el catalefo descubrimos que hay vanos animales con la blanca capa que distingue a los xiejos do carneros que portan unos ma; nífÍcos trofeos Estaba en el averno y subo a la glona. El argali del Altai- Con el grupo de cazaikir s mongoles Espeíamos a que inicien su careo y nos iraslaJamos a unas peñas m b provnnas a los borregos arco de la cuerna se alarga y en- mos lis favorables condiciones del terreno para reetirrcrlo con- Al llegar, nuevo vuelco al corasancha hacia sus aneas. cienzudamente con nuestro ve- zón; en el v Ue hay ganado div Decidimos rececharlo. mcsiico que puede incomodar a Los guias so Tieren la par- hículo, ratiiis aJ ágil caminar de los caballos de api r. batimos tos carneros salvajes y muv al ticular opinión que la capra sibínfondo se destacan las pirámides ca ve poco v se empt ñan en cru- una gran extensión. azules de dos tiendas de campaVlu icniprami loca 1 ¿a mos un 1 zar un vallejo al destubicrto. Lt ña. Pertenecen sni duda a los CJihacemos hechos una pina y San grupo de ovis aminoní se trdta de zadores del campanienio numero Elumhcrio nos protege: luego te- v machos o e n c s que tres, que U mismo que nosotros nemos que detenernos piíra dejar suponen un arro de agua fíi ¡i so- han decidido probar íortuna en paso y no asustar a un grupito de bre nuestras esperanzas, ya que esta zona. cabras y a un estupendo m, cho los vejestorios instalan sus cTsinos de más del meiro de longitud de lejos de las scñoias. En cambio, Los actmiecimientos se precipivemos bastantes gacelas. tan; tenemü que recechar hoy cuerna. ¡Me entran veleidades! Giramos consiantcmL- nie alre- estos ntachos a pes; ir de la hora, El aran macho que hemos fijadedor del mismo macizo monta- va que no hay ninguna garvintía do como nuesirt ihjetivo se ha puesto a cacarear junto con sus ñoso iin descubrir ningún argah, de que nianana concinuen en el cuatro acolóos. Los seguimos, pero en cuanto se vislumbra en la mi mo sitio. una asomada, otra más y ios en- Jeiania algún lugareño, inmediaDesde arriba elijo una piedra lamcnEc nos accrcanitts a ét p, ira que me parece j iccuada para ticontramos en un regato. Descendemos ia garganta, pvro requenr información de los L: JI- rar desde ellhi I bcemos rápidamente el recorrido v cuando asose han suelto a alepr en su cami- neros Me parece que los guias están mo la jelhi los leo tranquilamente nar Como esta a bastante distjneía desorientados ante la ausencia de pastaiidOr F. s un esjit- i: Laculo contemplar sus grandes cuernos heliprefiero e s p e r a r a la siguiente ca ii o p o r t u n i d a d que desgraciadaA la hora de comer, cantan la coioalcs mecerse al compás de mente no se produce- Dagjal. el gallina: Hace tres meses Iwibia cada bocado G 9

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