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ABC MADRID 20-09-1987 página 80
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ABC MADRID 20-09-1987 página 80

  • EdiciónABC, MADRID
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80 SEVODO DE LOS LAIOS DOMINGO 20- 9- 87 Los seglares ira quieren ser La Iglesia no son sólo los curas ni los obispos ni el Papa. La Iglesia, sin embargo, es, para muchos, un organismo muy complejo en el que una élite dirige y una gran masa debe obedecer resignadamerite. Pero esto, si es que ha ocurrido alguna vez, debe cambiar! Por eso, representantes de los obispos de todo el mundo se van a reunir del 1 Madrid. Santiago Martín al 30 de octubre para discutir cuál ha de ser el papel del laico en la Iglesia. En esta encuesta, representantes de varios movimientos seglares españoles hablan de las conclusiones que el Sínodo debería adoptar para que el laico no siguiera siendo una voz pasiva. Una próxima encuesta tratará del papel de la mujer en la Iglesia. Salir de las sacristías Sería necesario un claro aviso: todos los creyentes debemos revisar las motivaciones de nuestra pertenencia a la Iglesia. Creo que todavía domina e! criterio de una afiliación que busca, casi exclusivamente, la salvación personal. ¡Cuánto fiel que tan sólo pisa la iglesia los domingos presume de estar en comunión con el Papa o con su obispo... También es necesario que el Sínodo exija a las Iglesias locales que definan- y programen su funcionalidad pastoral. Mientras, la Iglesia no se aclare sobre su papel en una sociedad concreta, los creyentes de a pie tenderán, inevitablemente, a refugiarse en las sacristías... Finalmente, llegaríamos al rol específico del seglar. En las conclusiones sinodales, según mi criterio, sería necesaria alguna concreción del siguiente tipo: el laico, por vocación y oficio teológico, se debe situar y actuar allí donde las relaciones entre la Iglesia y el mundo se entremezclan y llegan a confundirse. La política, lo social, la ciencia y la cultura; el trabajo, la justicia, los derechos humanos, la paz, etcétera, son su campo específico de evangelización. Y en este campo, los laicos cristianos son los verdaderos y propios sujetos ele la misión de la Iglesia. Los protagonistas de la reflexión y. acción ectesial sobre lo secular. Cualquier otro ministerio (incluso el sacerdocio jerárquico) debe situarse a su servicio. Alberto RODRÍGUEZ GARCÍA, presidente de Justicia y Paz nazo al l a i c o para que sea obispos que, de una vez por todas, consciente de su responsabilidad, definan qué es ur laico. que le obliga a participar en tanto y Fernando DURAN, cuanto creyente en su vida profesiopresidente de Cursillos nal, cívica, política y familiar de acuerdo con su fe. Carmen DE ALVEAR, presidenta de la CONCAPA J Xj if ¡t P Colaborar con dignidad Espero un cambio de mentalidad, en el sentido de que en estos momentos el laico, tiene que descubrir que tiene una auténtica vocación para su misión evangelizadora. Esta vocación no es lo que hasta ahora se entendía como un servicio fuera de las horas de labor profesional y ayudaba a diversas instituciones. Y aquí viene lo que espero del Sínodo: Espero que el estamento eclesiástico entienda al laico como un colaborador en la construcción del Reino, no un elemento del que se echa mano cuando no hay curas o religiosas que lo puedan hacer. Ahora no estamos entrando en la Iglesia porque no hay curas, sino porque descubrimos nuestro papel. José María RIERA, presidente de C. Vida Cristiana Prepotencia clerical Los laicos que vivimos entregados en la Iglesia soportamos todavía hoy la prepotencia de su estructura clericalizada, que nos impide gravemente el desarrollo integral, que nos hace ser menores, a veces con voz, pero nunca vértice en esa estructura y dinámica. La Iglesia tiene que aceptar con urgencia el carácter del ser laico, y potenciarlo. Es necesario entrar en un proceso de identificación y resituación pastoral de todos y cada uno de los que constituimos la Iglesia. La Iglesia del siglo XXI no podrá permitirse el lujo de la dispersión, la desunión y la verticalidad. Tampoco puede olvidarse que en la Iglesia de nuestro tiempo existen vocaciones laicas, es decir que se es laico por opción clara de compromiso y vida, para construir la Iglesia, y no por incapacidad, impotencia o falta de generosidad. Ya el modelo de perfección no es el clérigo, el religioso o la religiosa. En consecuencia, yo pediría a nuestros jj ¿r v Escuchar a los enfermos Que las conclusiones sean más prácticas que simplemente una declaración de buenos principios. Una mayor presencia y participación de los laicos en la toma de decisiones en. las estructuras eclesiales. En lo que atañe al seglar enfermo o disminuido físico, que se reconozca nuestra tarea dentro de la Iglesia como personas activas y agentes de reevangelización con valor testimonial, y no sólo como sujetos pasivos, objetos de sacramentalización. Para ello tienen que hacer accesibles los locales públicos, iglesias casas de espiritualidad, colegios, etcétera, favoreciendo así la integración, del enfermo y minusválido en las tareas de toda la Iglesia. Se trata de no tomar decisiones para- igs enfermos y minusválidos, sino con ellos y desde ellos, traba- jando por la defensa radical de nuestra dignidad, contribuyendo efectivamente en todo lo que favorezca nuestra promoción y liberación. María Dolores BAREA, presidenta de la FRATER Los laicos son adultos Más que aspectos formales, más que declaraciones, lo que se necesitan son conversiones Un cambio de actitud. Hay excesivo clericalismo en la Iglesia por culpa incluso de muchos seglares. Yo pregunto: ¿Cuántos santos seglares existen? ¿Guardan proporción las canonizaciones entre religiosos, clérigos y seglares... Falta confianza, sobran todavía recelos. Los laicos son adultos dentro de la Iglesia y no desean ser tratados como menores. Por otra parte, eí- Sínodo debe servir de aldabo- Ayudar a los Movimientos Señalaría tres puntos, aunque no sean los más importantes ni los únicos: -Definir bien los llamados ministerios laicales en la Iglesia, y entre ellos la misión y envío de los laicos para anunciar el Evangelio en nombre de la Iglesia en una acción apostólica. -Aclarar los oficios o funciones propios del lateado en la pastoral de la parroquia y de la diócesis, contando con e l l o s no sólo para servicios de segundo o tercer orden, no sólo corrió auxiliares admi-

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