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ABC MADRID 13-09-1987 página 63
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ABC MADRID 13-09-1987 página 63

  • EdiciónABC, MADRID
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D 0 MING 8 13- 9- 87- póg- éM Juan Pablo II: ¡América, la verdadera libertad consiste en elegir el bien! El Papa pone el dedo en la llaga de los problemas norteamericanos Columbia. Miguel Castellví, enviado especial Desde Carolina del Sur, en el corazón de los Estados Unidos, Juan Pablo II ha lanzado a América el mensaje que más le preocupa: la auténtica libertad consiste en escoger el bien, en elegir la verdad. También pidió una renovación de los valores de la familia y participó en un importante acto ecuménico celebrado en una región que reúne el menor número de católicos de toda la Unión, pues sólo setenta mil pertenecen a la Iglesia. Carolina del Sur es uno de los Estados que conserva más el ideal americano. Fue uno de los que firmaron la declaración de independencia y sudista- durante la guerra civil americana estuvo al lado de los confederales- y forma parte del llamado Bible belt el cinturón de la Biblia los Estados tradicionalmente evangélicos- l a mayor confesión religiosa es la baptista y los episcopalianos son una minoría- y uno de los más conservadores. Desde Miami, Juan Pablo II se desvió de su ruta hacia Nueva Orleans para ir a Columbia, capital de este Estado. Carolina del Sur es uno de los Estados con menos porcentaje de católicos- sólo un 2 por 100, con un total de setenta mil fieles- Pero allí nació el cardenal Bernardin, una de las figuras más importantes déí Episcopado norteamericano, y el Papa accedió a venir a su Estado natal. Aquí asistió a un acto ecuménico en el estadio de fútbol americano local, en el que participaron ochenta mil personas. Muchos eran católicos venidos de otros Estados, pero también había protestantes. Antes se había reunido con veintiséis líderes religiosos, dé diversas denominaciones baptistas y metodistas de predominancia negra. PérO el principal mensaje rio fue ecuménico; s 1 no mQríil. América- dijo el Papa- debe reavivar ios ideales que la han necho grande, y uno de los más importantes es el de la familia. Desde e) corazón de América, el Papa se dirigió a los norteamericanos para pedirles que recuperen los valores familiares y decirles que la libertad de la que están orgullosos y que constituye uno de los logros fundamentales de esta nación se está echando a perder. En América y en el mundo entero- dijo Juan Pablo I I- la familia está siendo arrancada de sus raíces. La consecuencia para los individuos y la sociedad y lá inestabilidad e infelicidad individual y colectiva son incalculables. Á menudo, las presiones de la vida moderna separan a los maridos de sus esposas, amenazando la interdependencia de amqr y fidelidad qué se han prometido para toda la Nueva Orleans: Dura crítica al racismo contra los negros Nueva Orleáns. M. C. En Estados Unidos, ser católicos y pertenecer a la raza negra es casi una contradicción. Los católicos negros son un millón doscientos mil, sólo el cinco por ciento de los negros, y un dos y medio por ciento de los miembros de la Iglesia Católica. Ayer, en Nueva Orleáns, uno de los Estados con mayor población de raza negra- u n tercio de, sus habitantes- el Papa habló a esta pequeña parte de la Iglesia animándola a proseguir la évangelización de sus hermanos de raza. Los primeros católicos negros fueron casi todos esclavos. El prfmer sacerdote católico negro norteamericano fue el padre Augustus Tolton. Hijo de esclavos católicos- s u padre había sido bautizado por un misionero- nació en una plantación en Ralis Country, Missouri. Estudió teología en Roma y fue ordenado en la Basílica de San Juan de Letrán en 1886. Murió en Chicago diez años más tarde En Estados Unidos hay ahora trescientos sacerdotes y once obispos de raza negra, aunque sólo uno es residencial. Monseñor Howze, ordinario de la diócesis de Biloxi, explicó al Papa que los católicos negros norteamericanos son una minoría por tres conceptos: además de ser parte de un grupo minoritario, son una minoría dentro de su propia raza y su religión. Y a veces sufren incomprensiblemente entre los de su propia raza. Monseñor Howzer subrayó que lá Iglesia Católica comprende pueblos de todas las razas, naciones y colores, y pidió una plena participación de los negros católicos en la vida de la Iglesia. El racismo es el mayor prejuicio para el pleno desarrollo de la presencia negra dentro de la Iglesia, pero para nosotros debe ser una oportunidad para trabajar en la renovación de la Iglesia, como parte de nuestra evangelizacióri Al comenzar su discurso el Papa dijo que se sentía como en sui casa -fseí: refería a su secretario africano, monseñorKabóngo- Su mensaje se centró en las injusticias sufridas por los negros de los Estadojs Unidos. La comunidad negra sufre privaciones económicas. Demasiados de vuestras- jóvenes tienen menos igualdad de oportunidades para una educación de calidad y un buen trabajo. La Iglesia debe cordinar sus esfuerzos con los de otros que trabajan para corregir estos desequilibrios. La Iglesia nunca podrá permanecer silenciosa frente a la injusticia También elogió que la mayoría negra utilizase medios pacíficos en su lucha por los derechos civiles- la respuesta de la no violencia representa un monumento de honor a la comunidad negra de los Estados Unidos afirmó- y citó a Martin Luther King que contribuyó al mejoramiento humano de los negros estadounidenses y por tanto, de lá sociedad estadounidense Por último insistió en la unidad de la Iglesia, frente a la tendencia de muchos negros norteamericanos que fundan y se agrupan en confesiones religiosas sólo para negros. No hay una Iglesia negra, una Iglesia blanca, una Iglesia americana, sino que hay, y debe haber, en la unidad de la Iglesia de Jesucristo, un hogar para los negros, blancos, americanos, para toda cultura y raza vída: f Sería una gran tragedia para toda la familia humana si los Estados Unidos, que se enorgullecen a sí mismos de su consagración a la libertad, perdieran el verdadero sentido de este mundo noble. América, no puedes insistir en el derecho a elegir sin insistir en el deber de elegir bien, el deber de elegir la ver- dad. Existe tanto desmoronamiento y dolor en vuestra sociedad porque los valores fundamentales, esenciales para el bienestar de los individuos; familias y naciones, han sido vaciados de su contenido real. El viaje papal, entre grandes medidas de seguridad y sinlas anunciadas protestas Nueva Orleáns. M. C. Mientras el despliegue de seguridad en torno al Papa alcanza niveles increíbles- superiores incluso a las que se emplean con Reagan- las anunciadas protestas brillan por su ausencia en los tres primeros días del viaje. Por otra parte, un comité antipena de muerte ha pedido a Juan Pablo II que se pronuncie contra las ejecuciones capitales. Tanto en Miami como en Columbia y en Nueva Orleáns, la Policía ha tomado drásticas medidas. Centenares de coches- patrulla impedían el acceso a las autopistas, vitales en un país donde el automóvil es el rey. Hasta ahora no ha habido incidentes dignos de mención y estos despliegues son producto de la preocupacipn por evitar un atentado. La Coalición Nacional para Abolir la Pena de Muerte ha hecho público un comunicado en el que informa que 1.900 hombres, mujeres y jóvenes se encuentran en los corredores de la muerte de Estados Unidos. Este grupo recuerda que en 1983, Juan Pablo II pidió que todas las penas de muerte en Estados Unidos fueran conmutadas. También la Conferencia Episcopal se ha pronunciado en contra. La visita del Papa, afirma este movimiento, tiene que ser una ocasión para que los abolicionistas se unan pidiendo la supresión de la pena de muerte. En el campo de la disidencia católica un grupo de religiosos y seglares de Nueva Orleáns han distribuido una carta abierta al Papa en la que expresan su protesta en cuestiones como la exclusión de la mujer de los cargos de decisión en la Iglesia y de una completa participación en el ministerio el trato a los homosexuales y las lesbianas la decisión sobre Curran, el rechazo de la autoridad de la Iglesia para admitir que muchas de sus enseñanzas en moral sexual han sido rechazadas por la mayoría de los fieles Al menos en Nueva Orleáns, el medio millón de católicos no parecen muy interesados.

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