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ABC MADRID 12-09-1987 página 55
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ABC MADRID 12-09-1987 página 55

  • EdiciónABC, MADRID
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12 septiembre- 1987 ABC ííTcrarío- Novela- ABC XI Ex- LibrisGramática parda El bachiller Cantaclaro Almarabu- -Facsímiles- Madrid, 1986, 124 págs. Contra las cuerdas Ferrán Torrent Editorial Anagrama Barcelona, 1987, 186 páginas El elevado número de novelas negras españolas aparecidas anualmente debería ya haber saturado el mercado. No es así, incomprensiblemente, a juzgar por el hecho de que la riada de este tipo de libros de ficción no cesa ni da signos de estar en trance de cesar, o al menos, de ir disminuyendo su caudal. Lo que tendría que hacernos reflexionar sobre que es lo que busca el lector de hoy en la literatura de imaginación. ¿Evasión- o dicho de modo menos agresivo: distración- Si, por cierto. Pero Fernán Torrent también, una visión cínica de la realidad social que no ofrecen las novelas de otros géneros. dad más evolucionada, como la estadounidense de las grandes ciudades, hubiera sido creíble, en ésta no lo es) En cuanto al naturalismo de los diálogos y de ciertas situaciones y ambientes, hay que decir que también corre el riesgo de abocarse a la irrealidad a causa de que Ferrán Torrent no acierta a hacerlo surgir del realismo, a mostrarlo sobre el telón de fondo de éste: no existe, de hecho, en la novela el contrapunto de modos de vida universales, de modos de hablar compartidos por la totalidad de los grupos de la ciudad en que transcurre la acción de la novela- fallo propio de la literatura casEste peculiar curso se publicó por primera ticista- y ello trae como consecuencia una vez en Madrid, hace poco más de un siglo. literaturización grave de lo que en principio Era un momento de expansión económica, se quiere fresco y espontáneo, no reificado años en los que, entre moderados y progreformalmente. La coexistencia, en fin, de ese sistas, se afianzan la burguesía y la clase naturalismo y de esa estilización extremos media, dominadas por el pragmatismo que puede verse como un recurso fácil ya excesidefiende los valores utilitarios por encima de vamente explotado por muchos escritores esotros valores. pañoles de hoy, y no sólo en el campo de la Dos son sus intenciones confesadas: denovela: para acceder a la verdadera literatura senmascarar las artes de este tipo de persoY digo esto porque si bien las novelas ne- hay que rehuir fórmulas ya establecidas y najes y prevenir a los hombres de bien contra ellos. Pero, a pesar de la advertencia y con- gras se caracterizan por hacer uso de lá críti- aplicación mecánica de hallazgos, nada hay clusión y protesta del autor, no podemos de- ca social, de la denuncia de inmoralidades y tan inconsistente como el asombro que proterminar con exactitud (lo mismo que en Arci- abusos, lo cierto es que esa crítica, esa de- duce ver unido lo que antes no lo estaba prestre de Hita con respecto al Libro de Buen nuncia, no rebasan nunca los límites de lo (Borges acabó por darse cuenta de ello y en Amor) si se trata de un libro moralizante y di- permitido, de lo ya sabido, eludiendo enfren- sus últimos libros abandonó sus hábitos de dáctico en el pleno sentido de la palabra; o tarse con aquello que hace posible la situa- adjetivación sensacionalista) más bien su insistencia en las intenciones es ción presente, y no ofreciendo ningún esqueSi comparamos Contra las cuerdas con mero trámite y en realidad está redactando la ma de valores a partir del cual sea posible cualquiera de las novelas clásicas del género parodia de un tratado didáctico, tan abundan- poner en entredicho las aludidas acciones y que constituyen su modelo indudable- las de tes en su época. Lo que sí es una evidencia actitudes antisociales. Hay, pues, de parte de Chandler, en concreto- comprobaremos que es su tono irónico en cualquier página por la autores y de lectores del género novelesco la misma carece de dos dimensiones que teque abramos el libro. Destaca también el co- que nos ocupa un entreguismo, un desencan- nían las del maestro norteamericano- dos dinocimiento tan preciso de la materia, por el to generalizado, que objetivamente resultan mensiones imprescindibles para asegurar el que- sin pecar de mal pensados- debemos alarmantes, y un jugar con fuego que a la lar- paso de la literatura de mero entretenimiento suponer, o quizá mejor sospechar, que el ins- ga puede resultar suicida. a la literatura con mayúsculas- la dimensión truido bachiller vivía muy de cerca con este Lo que, a mi parecer, singulariza Contra las ética y lo que a falta de un término mejor yo tipo de personajes. cuerdas frente a otras novelas negras actua- llamaría la dimensión humana. ¿Qué quiero Posiblemente en la actualidad, marcada les es la radicalidad con que su autor- v a- decir con ello? Que en la novela de Ferrán por e! signo de la crisis y el paro como una lenciano, nacido en 1951, periodista y autor Torrent no hay un sistema de valores que se de las mayores lacras sociales, pocos bachi- de otras tres novelas en catalán- conjuga oponga a aquél que el libro supuestamente lleres -o más bien ninguno- se atreverían naturalismo y estilización: la estilización está denuncia, lo que vuelve inoperante su carga a publicar una obra de estas características. en la trama policiaca del libro; el naturalismo, crítica. Y que los personajes de Contra las La falta de trabajo es un tema muy serio; en los diálogos y en el reflejo de ciertas pe- cuerdas son tópicos y unidimensionales, y escuando se forcejea en las callles o se hace culiaridades de la vida (de la mala vida) en la tán diferenciados, de manera exclusiva, meuna huelga de hambre para defender el pues- Valencia de hoy. diante caracterizaciones casi caricaturescas, to de trabajo, difícilmente puede estar bien La trama, en efecto, de Contra las cuerdas excesivas y siempre externas (Trilita, por visto el elogio y ejercicio de la Gramática pares absolutamente irreal por cuanto los perso- ejemplo, únicamente se distingue de sus da. Pero, no nos engañemos, los tiempos no najes que la anudan no se encuentran, indu- compañeros a causa de su rijosidad no desahan cambiado tanto; aunque varíen las fordablemente, a la altura de la complejidad de hogada, etcétera) mas, cada época tiene sus correspondientes Los fallos, considerables, de Contra las la misma: es demasiado compleja e inteligengramático pardos, y ésta no iba a ser menos. cuerdas no deberían hacernos olvidar, sin te para haber sido fraguada por cualquiera de No falta quien utiliza el paro para encubrir y ellos; y, por otra parte, la sociedad valenciana embargo, que éste es un libro que se lee con disfrazar su condición de vago empedernido; interés sostenido; y ello, no por su ingeniosino parece lo suficientemente desarrollada rio faltan embaucadores en nuestras calles; dad, ni por su cinismo, ni por sus denuncias como para que en su seno puedan producirsobran militantes del culto a la apariencia. se intrigas de la complejidad de aquélla de la de lo obvio, ni por sus guiños de complicidad Quedan- -y aún abundan- los que procuran al lector amante del género negro, sino por que aquí se da cuenta (lo que en una socieatraer lo ajeno a su bolsillo Los medios, evilas virtudes narrativas de su autor, un hombre dentemente, se han ido sofisticando. Los graque sabe estructurar y contar bien una novemático pardos reciben otros nombres; pero, la, y que, abandonando los caminos fáciles, en definitiva, leyendo este libro escrito hace debería- por su bien- -enfrentarse con tamás de un siglo, todavía nos resulta actual y PIGNORAMOS reas de mayor empeño, pues está obviamenreconocemos en él a muchos personajes que sus joyas, obras de arte y objetos antiguos. Anticipate capacitado para llevarlas a buen término. siguen viviendo a nuestro alrededor. mos el 100 por 100 de su valor. Visitamos a domicilio. FABERGE. Gran Vía, 1 Leopoldo AZANCOT Teléfonos 521 10 82- 521 10 83 Amalia IGLESIAS El bachiller Cantaclaro define la Gramática parda eximo el arte que enseña a comer, beber, vestir, calzar, pasearse y divertirse a costa ajena Toda una filosofía de la vida para caraduras y vagos, expuesta en quince cómodas lecciones y tres niveles distintos; porque también existen grados dentro de los gramático pardos; y no es lo mismo el del nivel superior, que, a costa de timos y astutos engaños, se agencia honor y hacienda; que los del último grado, los que por medios más o menos legales se enriquecen arrimando a lo suyo algo de lo ajeno

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