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ABC MADRID 05-09-1987 página 62
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ABC MADRID 05-09-1987 página 62

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC, pág. 6 2- SUCESOS SÁBADO 5- 9- 87 Los almacenes Arias, de Madrid, se convirtieron anoche enuna gigantesca bola de fuego De madrugada se temía que siete bomberos podrían haber quedado sepultados Un gravísimo incendio se declaró a últimas horas de la tarde de ayer en los almacenes Arias de la calle de la Montera, conocidos popularmente como Saldos Arias, provocando la alarma entre los madrileños, que pudieron contemplar desde numerosos puntos de la ciudad la gran nube negra que se elevaba al cielo. A media A la hora de declararse el siniestro parte de la fachada se precipitó al suelo Madrid. noche ai menos treinta bomberos habían tenido que ser atendidos con síntomas de asfixia, pero ya avanzada la madrugada se temía por la vida de otros siete que podían haber quedado sepultados entre los escombros de la estructura interna del edificio. Perros adiestrados colaboran en la búsqueda de los cuerpos. zona en evitación de mayores males, ya que se temió en algún momento que pudiera ocurrir una formidable explosión, lo que, por fortuna, no sucedió. A poco de comenzar el fuego habían acudido a la calle de la Montera no menos de dieciséis coches de bomberos, llegados de todos los parques de la ciudad, ambulancias y coches radio- patrulla del Cuerpo Nacional de Policía y Policía Municipal, así como personal de la Cruz Roja, Protección Civil y Ayuda en Carretera. Era tal la humareda, que a los hombres del Servicio Contra Incendios les había resultado en principio muy dificultoso penetrar en el edificio, pese a utilizar equipos autónomos, es decir, máscaras antigás, resultando al menos una docena de ellos intoxicados. A éstos se les suministraba leche y oxígeno para, seguidamente, ser trasladados con toda urgencia a los centros asistenciaies más próximos. Otros permanecían tumbados en camillas de las ambulancias, estacionadas en los alrededores. En este sentido, alguien comentó que un hombre, presa del pánico, se había arrojado desde la segunda pianta del edificio, rompiéndose los tobillos, si bien ésta es sólo la versión de una persona, y a la hora de redactar estas líneas- una de la madrugada -todavía no había podido ser confirmada. Según las primeras informaciones, que ban un fantasmagórico ambiente, que se poco a poco fueron tomando carta de natura- acentuaba por los reflejos en las paredes y leza, el incendio comenzó en una caja de escaparates de los lanzadestellos de los coropa en la tercera planta del edificio, siendo ches policiales, de bomberos y ambulancias. controlado y sofocado por los bomberos mi- El hecho de haber evacuado la casa número nutos más tarde. Sin embargo, cuando ya pa- 31 permitió a los hombres del Servicio Contra recía que todo había terminado, se dieron Incendios trabajar desde la misma y lanzar cuenta de que aún había fuego, pues parece los potentes chorros de agua desde otros ánque alguna llama había prendido en un cable. gulos. Asimismo, la finca número 27. donde ascendiendo hacia la cuarta planta del edifi- se encuentra un edificio de oficinas, la zapacio, que poco después se había transformado tería Los Guerrilleros y el hotel y la cafetería en un auténtico infierno. Pese a los esfuerzos Montesol fueron evacuados, por lo que poco realizados por extinguirlo, el incendio se reavivó de súbito, extendiéndose por el resto de los almacenes. Dado el momento en que se produjo el siniestro- horario comercial se Un miembro del servicio conencontraban en el establecimiento los emtra incendios fue alcanzado pleados y gran número de clientes, que. afor; lunadamente, fueron evacuados con gran rapor una enorme llamarada pidez, si bien no faltaron en algunos las carreras, rostros de angustia, gritos y escenas Las llamas se propagaron ráde miedo, paliadas en parte por los propios pidamente al edificio colinempleados- en aquel momento se encontradante ban 65 de una plantilla de 126 que impartieron tranquilidad acatando órdenes de sus superiores, que, incluso, habían llegado a advertir al personal que lo importante era salir del edificio y que no se preocupasen por el después podía verse en la calle a los ocudinero que había en las cajas. Inclusive a al- pantes del establecimiento hotelero con sus gunos empleados les dio tiempo a cambiarse maletas, chapoteando, al igual que ías persode ropa en la zona del segundo sótano. nas que allí se encontraban, debido a los auténticos ríos provocados por el agua de las mangueras, que bajaba a gran velocidad por Histeria desatada la calle de la Montera en dirección a la Puerta del Sol. Entre tanto, en la calle de PreciaPese a que dentro del termómetro de la dos y otras aledañas, vías eminentemente angustia la temperatura no llego a ser excomerciales, muchos ciudadanos continuaban cesiva en el interior del edificio, sí se desatarealizando tranquilamente sus compras, pues ría ia histeria momentos después en la calle. no se habían apercibido del incendio. cuando algunas personas buscaban desesperadas con la mirada y el llanto a sus familiaPero no sólo eran los bomberos- -se perres o acompañantes que pudieran haber quesonaron en el lugar del suceso incluso los dado atrapados en lo que en breves instantes francos de servicio, que trabajaron vestidos iba a convertirse en una jaula de fuego, que de paisano, en. pantalón corto y chándal- amenazaba con propagarse a una de las calos que luchaban contra ¡as llamas, sino tamsas colindantes, en concreto la número 31, bién otros empleados tales como los de la también propiedad de la famiiia Arias, donde Compañía del Gas, que urgentemente habían los bomberos, a eso de las nueve de la no- sido avisados para cortar el suministro en la che, se veían obligados a situar las escalas en un intento de sacar a las personas que allí pudieran encontrarse. Así, poco después eran rescatados varios ancianos, algunos de los cuales fueron evaRuego al diligente ladrón que me cuados por las terrazas, mientras que otros alivió mi Ro! ex a tirón, en la. plaza tuvieron que ser descendidos por las largas de Colón, que me íiame al escaleras. Las llamas y, sobre todo, el humo teléfono 276 07 63. que se recortaba, a la luz de los anuncios de Pagaré mejor que su perista neón de (os establecimientos de la zona crea- Llega el alcalde El alcalde. Juan Barranco, que había estado durante la tarde en las fiestas que conmemoran el motín de Araniuez y que con posterioridad se había dirigido a la plaza de toros de las Ventas para asistir al concierto de Juan Manuel Serrat. fue avisado de lo que ocurría, por lo que abandonó el recital y se personó en la calle de la Montera. Lo mismo hicieron el primer y segundo tenientes de alcalde, Luis Larroque y Emilio García Horcajo, así como el concejal del distrito, Eugenio Morales. El alcalde- eran las once de la noche- mostró su preocupación por si se encontraban algunas personas en el interior del edificio. Cuando llegaron las primeras noticias en tomo a las causas del siniestro, éstas eran muy confusas, ya que mientras unos apuniaban la posibilidad de que alguien hubiera arrojado alguna punta de cigarrillo, otros señalaron que podía tratarse de un cortocircuitoe incluso de un atentado; con posterioridad, fuentes oficiales descartarían por completo la hipótesis de una bomba. Las llamas fueron de tal virulencia que He- COMPRO RELOJ ROBADO

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