ABC MADRID 09-08-1987 página 33
- EdiciónABC, MADRID
- Página33
- Fecha de publicación09/08/1987
- ID0001607792
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DOMINGO 9- 8- 87 RELIGIÓN ABC, pág. 33 Los católicos ucranianos celebrarán en Roma el milenario del bautismo de Rusia Posibles apariciones de la Virgen refuerzan su fidelidad Ciudad del Vaticano. Ep En septiembre se celebrará en Roma el IV Sínodo de la Iglesia católica ucraniana. A pesar de las duras persecuciones a que han sido sometidos, cinco millones de ucranianos siguen siendo fieles a la Iglesia católica, lo que les ha costado a muchos de ellos vivir en el destierro u ocultar su fe dentro de su patria. Las posibles apariciones de la Virgen en una aldea de Ucrania están suponiendo para este pueblo una inyección de esperanza. Del 21 al 30 del próximo septiembre se reunirán en Roma los dieciocho obispos ucranianos de la Iglesia católica, todos ellos obligados por el régimen soviético a vivir en el exilio. El motivo del encuentro será celebrar el IV Sínodo de su Iglesia y abrir oficialmente las celebraciones por el milenario de la cristianización de Rusia. El cardenal Myroslav Ivan Lubajivsky, cabeza de la Iglesia católica ucraniana, desde su exilio romano pidió al Kremlin que le permita residir en su patria y celebrar de la catedral de San Jorge, en Lemberg, el bautismo de Rusia, que ocurrió en territorio de Ucrania. Sin embargo, la jerarquía ucraniana- fidelísima a Roma desde 1595, a raíz de la unión de Brest Litovsk- no pretende polemizar con la Iglesia ortodoxa rusa, que festejará por todo lo alto y con el apoyo del régimen soviético el milenario de su cristianización. Si bien Staün, en 1946, declaró ilegal a la Iglesia católica en Ucrania y la sometió por decreto al patriarcado ortodoxo de Moscú, estas celebraciones, que culminarán en Roma del 7 al 12 de julio de 1988, serán apolíticas y no están planteadas con ánimo de desquite. El 7 de julio está prevista una conferencia de Prensa de los obispos ucranianos. El día 8, una misa pontifical en la basílica de Santa María la Mayor y una plegaria penitencial en la Escalera Santa y en la basílica de San Juan de Letrán. El sábado 9, varios miles de jóvenes realizarán una procesión con antorchas desde el Campidoglio al Coliseo. El Papa clausurará el bautismo de Rusia con una solemne liturgia en la basílica de San Pedro, delante de las reliquias de San Josafat, el obispo que fue martirizado por no querer abandonar la fidelidad a Roma. Junto al permiso pontificio para la celebración del Sínodo, el Vaticano envió a los obispos un memorándum donde recuerda la necesidad de someter sus conclusiones al examen y a la aprobación de la Santa Sede, y recomienda que nada sea difundido antes de tal aprobación. El Vaticano sugirió que este Sínodo no trate el problema de las beatificaciones y canonizaciones de católicos ucranianos, muchos de ellos muertos por fidelidad a la fe durante la persecución de Stalin. La indicación obedece a una razón de oportunidad política puesto que esas beatificaciones en este momento no contribuirían a celebrar el milenario en un clima de paz con la Iglesia ortodoxa, ya que los católicos fueron martirizados por no querer hacerse ortodoxos. La Iglesia ortodoxa rusa siempre ha puesto como principal obstáculo para el diálogo ecuménico con la Iglesia católica la existencia de los católicos de rito griego. Buena nueva ¡DIOS! ¿ESTAS AHÍ? Elias se refugia en una cueva porque su pueblo abandonó a Dios y derribó sus altares. Vino un huracán y no estaba allí Dios, vino un terremoto y no estaba Dios, un fuego y no estaba Dios. Se escuchó una brisa, y Elias volvió al pueblo. Pablo lamenta que su pueblo, a pesar de sus tradiciones: aíianza, ley, culto, Patriarcas, promesas no quiso reconocer en Jesús al Mesías. En el Evangelio, Jesús aparece andando sobre las aguas en una formidable tormenta. Pedro ie pide hacer lo mismo... los demás confiesan: Realmente eres el Hijo de Dios La religiosidad (la fe es otra cosa) consiste en el intento de apresar a Dios, sentir su presencia. El ateo y el creyente luchan en el mismo frente: el creyente dice sentir a Dios y el ateo dice no sentirlo, quizá ninguno miente. El religioso se escurre, cuenta historias, repite ritos, peregrina a, viejos sitios. ¿Estás ahí? Que Cristo caminara sobre las aguas (que haya estado ahí) no me compromete nada. Yo estoy comprometido en mis aguas y en mis tormentas, ¿estás aquí? Lo cosmológico parece haber perdido su sacralidad. Dios no está ahí. E! Dios de los lugares y de las fórmulas o es otro o está realmente muerto Dios queda fuera de la experiencia científica del hombre moderno: la vieja sacralidad no conecta con la experiencia que hoy se tiene del mundo y de la realidad. Los integristas consumaron la ruptura entre lo sagrado y la historia, su Dios no puede ser ni amor ni destino para el hombre. Los sacralizantes justifican su agnosticismo entre sonriente y respetuoso. El progresismo rencoroso acabó también con los símbolos, como creer dejó de ser algo humano... Se quedaron en la feria merendando con los agnósticos. ¿Dónde estás? -N o en abstracto (que no existe) no en lo que vaya a hacer Dios en cualquier momento (posible pero improbable) Dios está en lo que los hombres concretos (no hay otros, ni mejores) vayan a hacer hoy y mañana. Hace tiempo que está dicho, pero no hemos querido entenderlo: Dios es amor Donde hay amor allí está Dios. Y si el amor es cotidiano y menudo, incluso ateo. Igual que Cristo. Todo sigue igual: Jesús, el Evangelio, Dios, la historia, una barca o similar. Han cambiado dos cosas: Hay otras tormentas, hay otros navegantes. Creer incluye dos cosas: saber que estaba allí, porque, también está aquí. Si no está aquí, tampoco estaba allí. Tenemos tanto miedo a amar... que nos distraemos... hasta rezando... y Dios se esconde aún más. Jaime CEI DE Religiosas españolas ayudan a las madres solteras Madrid. S. R. Varias Congregaciones religiosas femeninas desarrollan en nuestro país un difícil y encomiable servicio en favor de las jóvenes que han quedado embarazadas y que, por este motivo, han debido abandonar sus hogares. Las Oblatas, las Trinitarias, las hermanas de Villa Teresita y otras más han habilitado residencias para que estas mujeres puedan pasar en un ambiente acogedor el periodo de gestación y encuentren allí la paz y el valor para traer a su hijo al mundo y para decidir sobre su futuro. Sin embargo, esta labor totalmente desinteresada de las religiosas ha tenido en ocasiones detractores que son incapaces de aceptar la existencia de una acción generosa y así, periódicamente, surgen voces que acusan a las monjas de participar en la compraventa de niños, presentándolas como intermediarias entre las madres solteras y las familias que desean tener un hijo y no quieren someterse al trámite de la adopción. Estas acusaciones, que aparecen hoy incluso en un artículo dedicado a la situación de la mujer en el Tercer Mundo y que publica el dominical de ABC, son totalmente injustificadas y provienen de la falta de información o del intento de empañar una labor excelente. Apariciones mañanas En este contexto de incomprensión- ios católicos ucranianos siguen perseguidos en la actualidad igual que lo fueron en tiempos de Stalin- se ha producido un fenómeno que puede alterar profundamente la vitalidad del sufrido pueblo de Ucrania. En la aldea de Grouchevo, cercana a la frontera polaca y a la ciudad ucraniana de Lvov, se podría estar apareciendo la Virgen María. La primera de estas apariciones habría tenido lugar el 19 de abril de este año a una joven aldeana cuya identidad es totalmente desconocida, pues sus paisanos la han ocultado para evitar represalias de las autoridades. En un principio los dirigentes soviéticos decidieron ocultar el fenómeno y ordenaron tapiar las ventanas de la vieja iglesia en la que se producían las apariciones y cercarla con vallas para evitar que se aproximasen los curiosos y los devotos. Entonces, las apariciones comenzaron a producirse al aire libre. La afluencia de peregrinos a la pequeña aldea es cada vez mayor y por eso la noticia no ha podido ser ocultada por más tiempo. Las autoridades soviéticas se limitan por el momento a hacerse cargo de todos los donativos que los campesinos dejan en el lugar de las apariciones.