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ABC MADRID 07-08-1987 página 22
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  • EdiciónABC, MADRID
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22 A B C Centroamérica INTERNACIONAL Horizonte VIERNES 7- 8- 87 Malestar entre loscancilleres por el plan de paz de Reagan Ciudad de Guatemala. José Elias Aunque sólo conozco el plan Reagan de una manera fragmentaria y a través de publicaciones de Prensa, personalmente me parece extremadamente descortés y una maniobra muy ruda por parte del presidente Reagan el pretender introducir una alternativa de paz en una cumbre que tiene un propósito muy específico: considerar la propuesta del presidente Arias ha comentado el ministro de Asuntos Exteriores de Nicaragua, Miguel D Escoto. El funcionario sandinista agregó: Para ello- p a r a discutir el Miguel D Escoto plan Arias -hemos sido convocados y eso es en lo que hemos estado trabajando los cancilleres (ministros de Exteriores) Eso es lo que los presidentes vienen a ver, por lo que es a todas luces improcedente que en este momento el presidente de los Estados Unidos pretenda desplazar al plan Arias con una nueva propuesta D Escoto hizo estas declaraciones al salir del Palacio Nacional de Gobierno, donde los cinco cancilleres centroamericanos se habían entrevistado con el presidente de Guatemala, Vinicio Cerezo Arévalo. Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores guatemalteco, Mario Quiñones Amézquita, comentó que el plan de paz del presidente Osear Arias y un documento del grupo de Contadora son las únicas propuestas que se estudian en la reunión preparatoria de la cumbre presidencial centroamericana y añadió que ninguno de los cancilleres tiene conocimiento oficial de la propuesta del presidente Reagan, quien anteayer anunció en Washington un nuevo plan de paz para Centroamérica. La reunión, que empezó con cinco horas de retraso debido a que el vuelo de la Delegación de Honduras sufrió una demora por causa del mal tiempo, tiene como objetivo principal elaborar un documento base para las deliberaciones de los mandatarios. Nos reunimos en busca de un bien muy apreciado y muy deseado por los pueblos centroamericanos: la paz. Por momentos nos parece que esta paz se nos hace muy difícil de alcanzar, pero creo que con esfuerzo y con la ayuda de Dios podremos encontrar las soluciones, los caminos y los medios que nos conduzcan a ella expresó el ministro anfitrión, Mario Quiñones, en el instante de inaugurar la reunión ministerial. Al término de la primera reunión, los cancilleres comentaron que se avanzó sustancialmente en la elaboración del documento base, aunque hay, evidentemente, aspectos en los que no habrá ningún tipo de acuerdo. Por ejemplo, El Salvador insiste en el control de armamentos, aspecto sobre el que Nicaragua tiene reservas. LA GUERRA DE LOS CUSTRO PLANES OE PUZ Por ¡o menos cuatro planes de pacificación de América Central, y presumiblemente de democratización de Nicaragua, están confluyendo ahora mismo en Guatemala: el Plan de Contadora: el del presidente de Costa Rica, Osear Arias Sánchez; el de Ronald Reagan y el de Daniel Ortega, estos dos últimos divulgados ayer mismo. Parecen demasiados planes cuatro para que todos ellos fracasen, y sin embargo eso es lo más probable que ocurra. En el fondo, los cuatro no son más que reiteración de otros bocetos anteriores, o sea algo déjá vu No son las complejidades de la situación lo que estimula la aparición de tantos planes, ni las vahantes concebibles, sino la difícil aceptación de dos realidades: una, la de que no es posible la paz en la región sin que de una u otra manera intervengan los Estados Unidos, y otra, la conversión de los sandinístas a la democracia. La gran equivocación de Contadora, y la inutilidad de su trabajo, ha sido su afán no tan oculto de dejar fuera de ese asunto a los Estados Unidos. Y la gran equivocación de todos es pensar que los sandinistas están dispuestos a hacerse el harakiri en el desván en beneficio de algo tan atmosférico como puede ser en América Central la democracia. La última propuesta de Reagan está, como no podría ser de otra manera, en esa línea de democratización, incluyendo negociar unas elecciones libres, levantar las libertades suspendidas, ver lo de los derechos humanos, etcétera. A todo lo cual contestó de inmediato Daniel Ortega proponiendo un encuentro personal y directo entre Reagan y él sin agenda, es decir sin condiciones. He empleado la palabra harakiri porque eso sería lo que se harían los sandinistas de aceptar la democratización de su revolución. Es comprensible que no pongan entusiasmo alguno en semejante empresa, pero al mismo tiempo, Daniel Ortega ha demostrado ser más realista que todos sus colegas de la región, al entender que la paz en su país no la van a traer los de Contadora, ni ningún grupo de apoyo, ni ningún Osear Arias Sánchez, pero sí, tal vez, quién sabe si el propio Reagan. Es difícil que éste acepté la oferta Ortega, pero podría ser un error no hacerlo. Durante las audiencias del Irangate se vio con embarazosa evidencia que el presidente de los Estados Unidos ha dirigido la política exterior de su país demasiado condicionado por su equipo del Consejo Nacional de Seguridad y por la CÍA, muy inclinados hacia la contra Podría parecer Reagan un tanto prisionero de ese comprometido pasado y de paso perder la oportunidad de convencer a Ortega de que sin avenirse de alguna manera con los Estados Unidos no hay porvenir para su país. Pero ese ya sería un error de Ortega, que ha tenido tiempo suficiente para convencerse de que todos los demás caminos de salida están taponados. El ejemplo de Cuba debería de servirle para algo. Hace más de un cuarto de siglo, la Cuba de Fidel Castro prefirió echar de su vida a los Estados Unidos, aun al precio de caer en manos de la URSS, y, ahí están los resultados, un enorme y creciente desencanto con los frutos ¿frutos? de la revolución. Lo que tiene Nicaragua en perspectiva es un futuro económico desastroso, y un vivir armada y llena de miedo de ser invadida por algún vecino. Merecería la pena ir a Reagan con una oferta sincera, realista y realizable. Manuel BLANCO TOBIO Optimismo enWashington por la posibilidad de negociaciones con Managua Los demócratas USA aceptan con una sana desconfianza Nueva York. F. de Andrés El presidente Reagan ha anunciado que el proyecto de paz para Centroamérica goza ya del acuerdo general dentro de la Administración y entre los líderes de ambos partidos en el Congreso. Menos optimistas que el presidente, los representantes demócratas declararon que, en principio lo aceptan aunque sobre la base de una sana desconfianza El proyecto establece varios pasos escalo- verse ahora obligado a negociar dada su nados para asegurar, en primer término, la dramática situación económica pacificación de Nicaragua y el fin de la ayuda La oposición demócrata, mayoritaria en el militar extranjera, tanto norteamericana como Congreso y el Senado, ha aceptado sobre el soviética y cubana. En ellos se establece un papel esta iniciativa, aunque ha expresado inmediato alto el fuego entre sandinistas y re- también sü temor de que se trate tan sólo de beldes, seguido del cese de la ayuda exterior, una operación publicitaria para obtener la la retirada de todos los asesores militares ex- aprobación de nuevas ayudas para los contranjeros y el inicio de conversaciones entre tra Según el proyecto de la Casa Blanca, si Managua y los contra paramentar las ba- en el plazo de dos meses no se advierten ses de la reconciliación nacional. Escasas no- progresos en los puntos establecidos, la Advedades respecto a proyectos anteriores, ministración Reagan volverá a solicitar al aunque, en frase del secretario de Estado, Congreso un nuevo paquete de ayuda militar George Shultz, el régimen sandinista podría a los rebeldes nicaragüenses.

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