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ABC MADRID 02-08-1987 página 156
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ABC MADRID 02-08-1987 página 156

  • EdiciónABC, MADRID
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RlMl- RO fue P i Hsa- el cih llo volador J t ki mituInPlil rJirpií. iqiicl que hiío ílc Bt lL rofonlc t i mejor iincic iJv- lj Ilísloria... DtspiU s fueron lo cabalUft tic b Iliad. i. j y muy en espacial aquel- Janlo tJL- Aquiles. que icnj. i los pies niflí li -ros qUf su- kmn. Lufpt s u r p o el nCM Ludo- cnh lla negro Je fl. M mil y unii tii clie? que quil el suerto al giun ei nurdo y ar unrií U líi; gasi; i J e esos nionsirui i del aire que se Lbniíin va unK. V Y ahí ia nos lop. nmoh con Cla iLcño v si i unJo eLihallo tiel- QuijulC y uno lif Ins sueños de don Miguel de Ccrvanles. aquelki múquim ile vnlai qui; eleva tl cjib illero de IÜ írisU- fi urii y su estudt- ro mus illa de lt s reinos del ÍRiinic Míiliimbrunu. La hisTiiníi comienza en el capitulo XXXVI de hi segunda parle Donde w cuenta j extr ¿n, i y jamás im iginada a v e n i u u de la dueña Dolorida, ili.i? de J- MMdesü de Trtf; ildi, con un: i Cíirta que Sancho Panza c- cribio MI muici- Teresa Panza- J y es, sm duoa, una do las más cnlVeienidas de b obra inmortal, pues no en vüiio Snncho ttansinula su cspírilu se prepaij para gobernar, í PDr la fe dt honihre tic bien juro- y pttr el siglo dt lodos mis pasados hvi Pant que jannks he oída ni visto ni mi amo me ha contado, ni en u pensamiento ha cabido menjanlc tv nlura como p MI eilff IIALLOS m 1 ISES iDlElA CLAVILENO E l BISNIETO DE PEGASO (37) ésta- 0 Pero ¿qué es y cuándo y por ué aparecE lavilcño Induablementc. Claviieño no es un caballo de carne y hueso como Kocinanlev, sino unu niL quinüv- -como dice el propio Cc rvanl e s- con apariencia de cabjillo que vuela, planea ¡i ras de suelo o ic eleva por los iiirc a mcdiii altura -E s el caso- -rcspondiú la Dolorida- que desde aquí il reino de Candaya uqutl que cae eniie la riin Trapob na y el mat del Surt dos leguas más all del cabo Contorinb si se va por tierra, bdv cinco mil kguas, dos más o menos; pero sí se va poi el aire y put la linea recta, hjiy (íes mtl y doscienias vciníisicTe. Es liimi ién de saber que Malümhruno me dijo que cuiínJo la suene me deparase al caballero nuestro libertador, que le e n c a n a una cabalgadura harto mejor y con menos maljdas que las que son de retorno, porqus ha de íer aquel mismo caballo d t madera sobre quien Ikvú el valeíoso Píerreí; robada a la linda Misg: ona e cual caballo w ris por una cla ya que líeiw en la frente, que le sir e de freno, v vuela por el aire con tanta Ugereza que parece que los mismob diablos le llevan. Esle la! caballo, según es iiadickón ¡iiittgua. fue compuesto por aquel ta- a lampoto se llama Hírtlia como el tabhdlo en que el desdichado Rodrijío. ultimo rey de los gtxlos, entri t en la batalla donde perdió la vida V el temo. -V o apcts (aie- dijo Sanchoqucr puv no le h. in dadü ninguno du ev s fainos 4 s nombres be caballos tan confuidos, que tampoco le habrán dado el de mi anio. Rocinante que en seT propio e cede a lí dos UJS que se hiin nombrado- A s í es- resp mdió la harlíada condesa- Wfo todavía le ciiadra mucho, porque se llama lavik no el Ahuero tuyo nombre eonsiene con el ser de leño, y con la elíivija que trae en la fíente, y con la h ereza con que camina; y asi, en cuanto al nombre, bien puede i; omi eLir con el famoso Rocinaníe -N i me dcscoíitcnta el nombre- replln Saíjcho- jx ro ¿con qu ¿freno o con i ué aquima se gobietnj -V a he dicho- respondió la Trifaldi- que con la clavijj, que volviL ndola a una parle n a i tr, n el Cíihallero que va encima le hace criminar como quiere o ya r li s aires, o rasEreando y casi irnendo la tierra, o por el medio, que es el quL se busca y v ¿ha de tener en todas las acciones bien ordenad. is... Luego, hd tm v va de noche, llenó Clavileñox a hombo. ís de- cuatro sabajes eslidivi iodos de verde hiedra, que traían un caballo de mHideía ...H y Don Quijote y Sancho i e n la aran aventura de sus idas. NaluraimentL Cía vilcño el Alífero no levantu dos palmos del suelo ni vuela por las regiones del aire. C bio Mcrlin; presítisclo a Pierrcs, que era su amigo, con el cual hizo grandes viajes y lobó, como se ha dicbo, a a linda Magalona, llcvímdola a las ancas por et airi- dejJindo e m b o b a d o s a cuantos dtstie la üerra los mirab ¡m; y no IE prestaba sino a quien vi queria o mejor se lo pagaban, y desde el gran Pieries hasta ahora no sabemos que hava subido alguno en el. De allí íc ha sacado Malambruijo con sus arle? y le tiene en su povler, y se sir e de t ¿l en sus viajes, que los hace por niomenlos por diversas partes del mundo, y hoy está ÜUU y mañana en Francid. v otro día en t otosi; j es lo bueno que el tal caballo ni come, ni duerme, ni s, as a herraduras, y l k a un porianle por los ain: s. sin tenw alas, qui- rl que lleva encima putrde lleiar una laza Llena de at ua en la mano sin que se le derrame i ola. según camina llano y repiasado. por lo cual la linda Magalona se holgabj mucho de andar caballera en d E ¿y cuántos callen con e: ie caballo? -piepuntiS Sancho. La Dolorida respondíc i: -D o s pcr onhis. la una, en Ja silla, y la otra, en las ¡incis, v por la mayor parle esius tales dos personas son caballero y escudero, cuando taita alguna robada doncella- Querria yo saber, señora Dolorida- d i j o S a n c h o- quií nombre tiene ese ciballo- -El n o m b r e- r e s p o n d i ó la Dolorida- no es como el caballo de iJeleiofonie, que se llamaba Pegaso ni como e del Macno Alejandro. Iljmado BucÉfalo m como vi deJ furioso Orlando, í u o nombre fue Beilladoro í ni menos Ba arle que íue el de R e i n a l d o s d e M o n i a l b a n ni Fronlin i como el del Rugero, m Booles ni Ptriloa que dicen que se llaman los de! Sol; ni l- Sin duda alguna. Sancho, que ya debemos llf ar a b secunda región del aire, adonde se engendra el grauiru o las nie ei; lo Iruenus, los r e l á m p a g o s los rayos se engendran en la I reerd regiún y si es qut de esla marKra vamos ubiendii. presto daremos en la región del fue no sé cómo lemplar esta clavija para que no subamos donde nos abrasernos. pues stMo se trata de un engaño m is de los muchi s que suíren! os personaje a a laiüo de la obr. i. l cro al final, cuando- ClavUeñoip s lia por los aires í- por estar el caballo lleno de cohetes tionadoro- í y Don Ouijole y Sancho se estrellan contra el suelo medÍo chamuscados y mallrechos. de lal modo se hun creído y han vivido la aventura ue siquiera el pillo escuse atreve a Iero m dicho, aquídecir ladelverdjd. Mejor Sancho st hre pasa ya a Don Quijote en imaginación y en credulidad... porque hasía confiesa h, iber visto las siete cabriLS del arco celeste ílas dos serdes, las dos encarnadas, las dos acules y b una de meicla JuMo MERINO E 2 Píósimo capítulo: Él Ciiballo de S n Fernando-

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