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ABC MADRID 02-08-1987 página 44
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ABC MADRID 02-08-1987 página 44

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC, pág. 44- TRIBUNA ABIERTA DOMINGO 2- 8- 87 es que, salida del país del Moen cierto narca depuesto y que, modo, no por tanto, le faltaba lelo fue? No lo fue, ciergitimación activa para Por Joaquín CALVO- SOTELO tamente, de la manera residenciarle. Ese es reglada que se produjo el argumento de Calvoen el caso Nixon, que perdió su dormitorio y del trabajo de Carlos Seco Serrano El cerco Sotelo -te replicaron desde los escaños- su despacho en la Casa Blanca y hubo de rede la Monarquía- l a ruptura de Jos partidos en lo que no le faltaba razón al interruptor, fugiarse en las sombras del semianonimato, dinásticos con Alfonso XIII durante la dictadu- porque José Calvo- Sotelo, en efecto, sustenfantasma de sí mismo desde entonces, erranra de Primo de Rivera y, del otro, el libro de taba esa tesis. Si hubo a partir de entonces te por algunas universidades, visible a me- Javier Tusell, más extenso éste, con título no alguien injustamente incluido en la dolorosa dias en algunas colaboraciones, sesteando muy dispar, ya que le impediría serlo la iden- nómina de los apatridas fue don Alfonso, pormelancólico en las márgenes verdes de la que, con independencia de sus tidad del contenido: Radiografía Florida, preparándoles, sin saberlo, la inver- de un golpe de Estado- e l asposibles culpas, veleidades y nada a Natalia y a Raphael. No, no fue de errores, no sé de ningún español censo al poder del general Primo esa misma manera, con el mismo ritmo pro- de Rivera más enamorado de España que cesal y los resultados y los considerandos o él. Diré, en principio, que ambos los hechos y los fundamentos de derecho de se leen, mejor se devoran, con ¿Nos atreveríamos a decir que la sentencia definitiva, sino tumultuaria, multisi aquello que nos cuentan Carla misma velocidad con que sutudinariamente, en suma, por una vía electolos Seco Serrano y Tusell hubieben las aguas en el monte Saint ral que, ajustada a las normas previstas, no ra sido conocido de los votantes Michel. Son dos historiadores, sí, tenía que haber conducido, de ninguna madel 14 de abril, el escrutinio hay por tanto bien provistos de renera, a la reversión de un trono, sino tan soto bría dado cifras diferentes? Pienferencias que dan autoridad a al reemplazamiento de unos alcaldes por so que no. A la Monarquía le falsus supuestos y a sus conclusiootros igualmente inodoros, incoloros e insípitó una de las dos ruedas que nes, pero diríase que, simultádos. Sí, sí... de eso nada. Aquellos votos totoda Monarquía, todo sistema neamente, son también dos remaron, de improviso, altura, trascendencia, democrático necesita y a falta de porteros al alcance de la última vigor y el solio de la plaza de Oriente, asenla cual su marcha se hizo cojinoticia, acosados por la avidez tado- inconmovible, diríase- desde siglos tranca y mutil, más aún, no hade contrastar su cuño y de transJ. Calvo- Sotelo atrás, se derrumbó en vertical, como. -los bía conseguido incorporarla nunmitirla a las redacciones expecde la Real Academia ojos transidos de emoción- he visto desploca, pese a los deseos íntimos Española marse la postrera torre de Riaño. Nos han tantes y, si se me apura, novelisdel Rey. ¿Podría yo designar explicado, con mayor o menor tecnicismo, tas, que han sabido escalonar, un Gobierno socialista dentro de esta Consticuál era el detonante al que sucumbió la er- con pericia y agudeza sumas, los diversos tución proyectada? (Se refiere a- la que iba a escalones del interés, desde su planteamienguida iglesia parroquial, bellísima en sus posser objeto de estudio por la Asamblea Contreros momentos, y se ha explicado también to a su desenlace, al que llegamos, inclusive, sultiva. En esa pregunta que hace el Rey a lo que barrenó la Monarquía, pero así como los coetáneos rigurosos desde las aulas uni- don Juan de la Cierva- -la cita es de Carlos la fórmula química que sepultó a Riaño esta- versitarias, de. aquellas fechas trascendenta- Seco- late el escondido sueño del infortunaba calculada minuciosamente y aprestada les, sin respiración casi, anhelantes, como si do Rey, inviable, de toda evidencia con los para un fin anunciado, la fórmula política que lo ignorásemos. Los conspiradores- -escribe sociaystas revolucionarios y stalinistas de enarrastró a Alfonso XIII distaba mucho de ser Tusell- no consultaron al Rey, ni fueron in- tonces y no con los de hoy que pragmáticatan clara, tan susceptible de reducirse a sig- ducidos por él, ni dieron por descontado su mente, con leaítad y patriotismo y fina pernos, razón ésta por la cual ha estado deba- decantamiento hacia ellos, por mucho que cepción del tiempo en que vivimos lo han hetiéndose desde entonces, desfigurada en fueran personalmente monárquicos. Según cho posible. Evidentemente, la Monarquía de unos casos por puro sectarismo, como una Tusell, el Rey podía haber pensado en una 1931 era una torre sin horizontes y sin cimenespecie de justificación a posteriori de algu- situación autoritaria personal pero diferente tación. Esta última la minó con egoísmo imnas graves decisiones, y en otras, con mayor de la pensada por los conspiradores sin ha- placable, celoso de su propia supervivencia, inocencia, por pura desinformación. Y resulta ber tomado ninguna iniciativa concreta para a expensas de la del trono, el dictador, un que ahora, transcurrido ya medio siglo largo llevarla a cabo Dice eso y lo demuestra. dictador sonriente y querido de su pueblo, indesde entonces, aparecen sugestivos testi- Cronológicamente algo antes, Carlos Seco, al cruento, animado de los mejores deseos pero monios que obligan a los hombres de buena que Tusell reconoce como maestro, lo de- que se extralimitó en el tiempo y se derribó a fe, a los que se permiten el lujo de ser leales muestra también, sólo que Tusell adiciona a sí mismo en otra especie de golpe de Estado a su conciencia, que son menos de los que las fuentes que maneja Carlos Seco otras de a la inversa del que montó en Barcelona para debieran ser, a rectificar sus juicios y a ento- enorme valor; entre ellas, nada menos que el fulminar a García Prieto (a la famosa consulta nar, no el mea culpa, pero sí a confesar que archivo del general, puesto a su disposición de los capitanes generales me refiero) anduvieron equivocados. Porque, anecdotario merced a la generosidad y el abierto espíritu aparte, la máxima inculpación que se hacía al del homónimo del dictador, el duque de PriPero ésa es otra historia. Y ya tiene basMonarca y en la que se apoyaban gran parte mo de Rivera, y el expurgo de los cinco lega- tante anchura la que Carlos Seco y Javier de los cargos era su conocimiento previo del Tusell han escrito sobre aquella época que jos en que se basaron las Cortes republicagolpe de estado de Primo de Rivera y, por se abrió el 13 de septiembre de 1923 y cerró nas para llevar a cabo, ahora por la vía parlatanto, su deslealtad con los miembros del Gosu ciclo el 14 de abril de 1931, aunque un mentaria, el ¡mpeachment de Alfonso XIII. bierno que presidía el marqués de Alhucecierto paralelismo, pese a su distancia, sí Eso sucedió en la sesión del 19 de noviemmas, a lo que seguirían, cierto, severas inguarde lo que acaeció entonces con el acoso fracciones constitucionales. De pronto, en. el bre de 1932. Fue- toutes les distances gára que el Congreso de los Estados Unidos soplazo de pocos meses, dos historiadores de dés -el Oliver North, más que el John pinmete a Reagan o al que la opinión pública dexter del Rey, el conde de Romanones. El honestidad evidente indagan, rebuscan, tienorteamericana sometió a Nixon. El de Rea- diputado comunista Balbontin dijo a cuantos nen la suerte de encontrar fuentes inéditas, gan lo entenderemos mejor los españoles pero de valor y autenticidad indiscutibles, y aguardaban los resultados de la votación, inque el de Nixon. Los caciques de mi querida terminan dibujando la silueta de un hombre mensamente adversa, ya puede suponerse: Galicia infantil que amenazaban a los electo- e l Monarca -atenazado bajo el alud de los Se han perdido ustedes el mejor discurso de res reticentes con hacerles la autopsia sí moacontecimientos, perplejo ante la decisión! a legislatura. Y don Alvaro de Figueroa- s u rían, lo que desataba su terror, y así llenaban que convendría tomar y adoptando al fin la fotografía derrumbado en el banco de la estaías urnas a su antojo, hubiesen femado a única línea de conducta posible, con el cora- ción de El Escorial, viendo alejarse el tren broma a los fontaneros del Watergate. De zón y la inteligencia puesta en el mejor que llevaba a la Reina Victoria Eugenia caminuevo, ésa sí que es otra Historia. Quede, servicio de su país. Me refiero a la publica- no del destierro, es de un patetismo desgapuntualizada la del destronamiento de Alfonción, primero en el Boletín de la Real Aca- rrador- don Alvaro de Figueroa- d i g o- so Xlíi, condenado antes del ¡mpeachment adujo que la República, vaya, Alcalá Zamora, que, ya en el destierro y- prácticamente indedemia de la Historia y en separata después, había pactado con él la caída de! régimen, ¡a fenso, afrontaría un año después. EL IMPEACHMENT DE ALFONSO XIII

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