ABC MADRID 02-08-1987 página 43

DOMINGO 2- 8- 87 EDUCACIÓN: -ABC, pág. 43 Me han confirmado que 10 del puesto por ser imala Su destitución les ha pareen do a los italianos una historia más propia de Polonia Cecilia Diez defendió los crucifijos del Lkeo español ea Roma Roma. Miguel Castellví Que esta historia haya tenido lugar en Roma es una auténtica paradoja. Porque es de claro sabor español. La intransigencia con la que la Dirección de un colegio, el Liceo Cervantes de la ciudad eterna empujada por un reducido número de profesores, ha luchado para- precisamente en la capital de la Cristiandad- quitar los crucifijos de sus aulas, es difícilmente conciliable con e! carácter de los habitantes de este país. Cecilia Diez es una leonesa de armas tomar y capaz de plantarle cara al lucero de alba. Profesora de EGB; desde hace doce años trabaja en centros de enseñanza del Estado. Su último destino, el Liceo Cervantes de Roma, ha terminado bruscamente. Porque Cecilia, profesora de Matemáticas y de Religión, ha levantado la liebre del caso de los crucifijos cuando el director de este colegio decidió retirar de las aulas estas imágenes religiosas. -Soy de León, de la parte de Astorga. Mi pueblo- que es una especie de paraíso terrenal- se llama Las Omañas, en la ribera délOrbigo, en donde están las minas de oro más extensas del. mundo. Me encanta enseñar y me gustan en especial las Matemáticas modernas, porque soy de la rama de Ciencias. Me he apuntado a varios cursos de perfeccionamiento en esta asignatura. Y otra materia que me apasiona es la enseñanza de la Religión, porque soy creyente convencida. La profesora Diez, después de trabajar en Santa Perpetua de la Moguda, de Barcelona, y en Hospitalet del Llobregat, quiso volver a Roma. Había enseñado en el Liceo español durante dos años, en 1975 y 1976. También había sido directora de un centro de párvulos- una scuola materna como se llaman aquí- en una localidad cercana a la capital italiana. -Por esto pedí que me destinaran en comisión de servicio al Liceo Cervantes. Cuando llegué a Roma en 1984 había una cierta tensión entre los profesores nuevos, que habían llegado hacía poco, y los antiguos. Entonces se me ocurrió organizar una paella e invitar a todos. Eso rompió el hielo y al final de la comida, el director- que era el precedente al actual- me felicitó por la iniciativa. Después siguió con las. ideas, y propuso organizar unos trabajos a nivel de ciclo medio- -que es del que se ocupaba en Roma- y romper el esquema de la clase tradicional. hizo. Por cierto que esta misma directora quh tó la imagen de la Virgen que estaba en la entrada. La capilla se utiliza para distintas ac- tividades, y una profesora quiso hacer una representación teatral utilizando el altar como podio. Por otra parte, ese altar es fijo, no se puede desmontar. Le dije al director que había entonces que me parecía una barbaridad, y esto fue el principio del enfrentamiento con esta profesora. Cambió el director, vino Raimundo Benzal, que es el de ahora. Y cuando hubo la elección del Consejo escolar yo no le voté. Y estas cosas al final se pagan. La primera intentona fue una carta- promovida por la profesora del asunto de la capilla- de un grupo reducido de padres que pedía al director que me quitasen la clase y pusieran en mi lugar a un profesor laico es decir, que no fuese creyente como yo. Al final, todos menos dos retiraronj a firma y no pasó de ahí. Episcopal, que envió una nota de protesta al. subsecretario de Educación 1, Joaquín Arango. Benzal tuvo que dar marcha atrás y dijo que los profesores que quisieran podían poner el crucifijo en sus clases. Pero a (a hora de ia verdad, la única que se atrevió fue la señorita Diez. -Este curso terminaba el primer período de tres años de la comisión de servicios en Roma, y en noviembre pedí que me renovaran otros tres años el contrato, como es habitual. Pues bien, a fines de junio me comunicaron que se me había denegado esta petición. El pretexto fue una visita de inspectores que hubo en marzo. En el informe, dijeron que había falta de coordinación porque daba las clases de modo diferente al de los otros profesores de mi nivel. Represalias Según la profesora Diez, se trata en realidad de una represalia porque se opuso a la retirada de los crucifijos. -A los otros cinco Compañeros que han pedido la renovación del contrato se les ha concedido. Y a mí se me comunicó la cosa a fin de curso, cuando yo ya había pagado incluso el trimestre de verano del alquiler del piso, que en Roma es una buena cantidad. Ahora he hecho un recurso al ministro pidiendo que me dejen ver el informe del director del colegio, y que se reconsidere ¡a decisión. Porque me han confirmado que no se me quita el cargo porque sea mala profesora. Hasta aquí él relato de la profesora Diez, que si no consigue volver a Roma irá de maestra a un pueblo de Asturias. El hecho de su traslado, en sí mismo, no es trascendental. Cecilia Diez seguirá trabajando como profesora, que es lo que le gusta, para beneficio de tantos chavales a los que introducirá en los problemas de la Matemática moderna y de la Religión. Significativo en cambio el modo en que se ha llevado a cabo la operación. Y sobre todo los motivos. Desde una perspectiva italiana, esto de la guerra de los crucifijos suena a Polonia. A nadie se le ocurriría que ha pasado en el centro de Roma, y en un colegio del Estado español. Porque aquí, en los centros estatales mantienen los crucifijos en las aulas. El año pasado, unos padres presentaron una demanda judicial pidiendo que se quitaran porque la cruz es el símbolo de la religión cristiana con al que el Estado no puede identificarse Un magistrado rechazó la petición afirmando que el crucifijo no puede perjudicar a la formación cultural e ideológica de los alumnos Su presencia, añadía el juez, adquiere relieve para el Estado italiano a causa de la especial importancia que la figura de Cristo há tenido en el nacimiento y la evolución de la civilización occidental. Para apoyar esta tesis el juez citaba al filósofo Benedetto Croce, uno de los santones de la cultura laica italiana. Con una famosa frase- no podemos no llamarnos cristianos -Croce reconocía públicamente la dependencia de nuestra cultura de! cristianismo. Toda una lección de memoria histórica que los españoles deberíamos tener muy en cuenta. Yo no voté al director del colegio, y estas cosas se pagan Una profesora quiso convertir la capilla en almacén Después empezaron a decir tonterías sobre mis clases de Religión. Yo estaba dando Religión en EGB y en segundo de BUP. Un día, el director me dijo: Cecilia, en enero se van a acabar tus clases porque dices a los chicos que tienen que ser vírgenes como tú Lo que había pasado es que en BUP un chico dijo que no era posible realizarse fuera del matrimonio y le contesté que eso no era cierto y que yo era muy feliz sin estar casada. La gota que colmó el vaso fue el asunto de los crucifijos. En octubre, el director del Cervantes anunció en un Consejo escolar que iban a quitarlos del centro y a comunicar a Madrid esta decisión. -Yo pedí que no se quitaran hasta que llegase la respuesta del Ministerio. Un día llegué y ya no estaban. El director me dijo que si quería podía coger el de mi clase, pero que no lo llevase paseando por todo el colegio. Le contesté que como había sido él quien los había hecho quitar, que si no quería que lo llevara bien visible lo volviese a poner él. Estaban en secretaría, en ún montón. Cogí el nuestro y lo lleve a clase. -Los niños se alegraron- mucho cuando rhélvieroríooitel crucifijo. Lo tenía con el material de trabajo y cuando llegaba la clase de Religión lo ponía en la pared. Un grupo de padres protestó por esta medida y la noticia acabó en la Prensa. La polémica llegó hasta el Ministerio y la Conferencia Inicio del confuto -S é organizaron actividades de dibujo, trabajos manuales, barro y danza, con la ayuda de los catedráticos de Instituto, y fue una éxperiencia magnífica. Otra cosa que organicé fue una semana en contacto con la naturaleza, que es una cosa que se hace mucho en Cataluña, fomentada por la Generalidad. Allí ponen incluso cocinera. j urLprofesorayudan te. Fuimos a una casa é n í á provincia de, Roma, salíamos árcampo todos los días y los niños se lo- pasaron marávíllosáfjienté ¿Cómo empezaron los probJemas? 5 -Fue por la capilla que hay en el colegio Una directora, que había estado antes de que yo llegase, quiso convertirla en almacén de trastos, pero, gracias a Dios, ái fífial- naJse